23 - Ayuda

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Carla:

-Entonces... Esos son los hechos -agrega mi mejor amiga Sarah. Estamos en la escuela, hora de consumir la merienda escolar, conversando sobre el día que tuve con mi novio Haise, mi cariño.

-Si... Me pregunto que pasara una vez que él recupere la memoria.

-Esa es una pregunta que aún no tiene una respuesta lógica.

Suspiro y asiento con la cabeza. Mi campo de visión cae sobre Haise, el cual parece estar hablando de algo serio con Leo. No veo a Albert en el grupo de amigos, ¿habra faltado a clases hoy?

-¡Noveno grado, a merendar! -nos llamó la profesora que toma nombres del listado de alumnos que meriendan. Anunciando la hora de nuestro turno para ir a la fila. Hoy darán pan con salchichas y un vaso de refresco. Suficiente para llenar nuestros estómagos.

Veo que Haise sigue hablando con Leo muy seriamente. ¿En que demonios andarán esos dos...?

Haise:

Asi que Leo quiere que lo ayude con algo importante... Pero aún no me dijo de que trata, según él me contará todo cuándo salgamos de la escuela.

-Bueno Haise... Espero que me ayudes con...

-¡Ni siquiera me dijiste aún de que trata!

-Shhh, calma calma -susurra Leo para no llamar mucho la atención. Carla, el amor de mi vida está a unos metros detrás de mí, en la fila- Te contaré todo en el camino a casa, Sasaki.

-Espero que sea algo interesante -susurro con los brazos cruzados, pero recibo a cambio un silencio incómodo. ¿En que demonios quiere que lo ayude esta vez?

Pasan unos minutos y ya tomé mi pan con salchichas y refresco. Estoy conversando con Carla en la parte del area de baloncesto, en unas escaleras sentados.

-Asi que por eso estaban actuando tan sospechoso... -murmura Carla y yo asiento con la cabeza- Pero aún no sabes de que trata el supuesto favor.

-No... Según él, me lo contará todo camino a casa.

-Mmm, vale. Sospecho de que trate de alguna chica -dice Carla con una expresión pícara, y se la devuelvo.

-Puede ser. Pero fácilmente podría ser que lo ayude a volar palomas.

Carla ríe a carcajadas a causa del comentario, yo también rio. Es imposible no reírse en esta ocasión. Ya terminamos de comer los panes, debemos ir a entregar los vasos de plástico.

-Vámonos.

-¿Eh? ¿Dónde? -al escuchar el comentario, le señalo los vasos y comento.

-Estos vasos no son nuestros, ¿recuerdas?

-Ah. Tienes razón, mejor vamos.

Y con eso dicho, fuimos a entregar los vasos, luego nos fuimos acompañados de Leo a la salida, y al llegar allí. Me despido de Carla con un largo y apasionado beso en los labios. Se siente rico, delicioso, excitan... Mejor elimimo esa palabra antes de que se me vuelva a levantar el titán, o mejor dicho, antes de que me vuelva a dar una erección. Bueno, volviendo a lo del beso; movemos los labios en forma de sincronía perfecta, sigue sintiéndose delicioso... Bueno, ya nos separamos para recuperar el aliento perdido por tanta hormona amorosa, "como yo le dijo".

-Bueno, mi principe hermoso y guapo. Debemos irnos -dijo Carla señalando a Sarah a su lado. Ella me hace un gesto con la mano en forma de saludo y despedida al mismo tiempo y yo se lo devuelvo con una sonrisa de boca cerrada.

-Esta bien bebé, nos vemos mañana -me despido de ella dándole un bonito y romántico beso en la frente. Y me alejo de ella.

Por lo que veo, Leo y yo tenemos mucho de que hablar...

Entre mis recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora