Kazutora Hanemiya pt. 2

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El silencio que se apoderaba de la sala de ese departamento era toda una tortura para ti.

Te gustaba el silencio, pero ese silencio era excesivo. Incluso podías asegurar que cualquiera se volvería loco a ese paso.

Lo único que se escuchaba en todo el lugar era el tik tak del reloj colgado en la pared.

Suspiraste exasperada recostándote en el sofá de ese hermoso departamento.

El hogar de él Hanemiya era mucho más espacioso que el tuyo.

Te encontrabas en la sala de su casa esperando que él mayor regresará de la farmacia, había salido hace unos momentos para comprar preservativos.

Ese día habían acordado tener uno de sus tantos encuentros.

Encuentros los cuales se habían vuelto frecuentes desde el día en que le hiciste un oral a él joven de tatuaje en el cuello.

Cabe destacar que ese día habían perdido cualquier rastro de virginidad, y aquello que habían acordado sería algo de una vez terminó por gustarles tanto que se volvió una adicción.

Hasta ese momento, en que Kazutora te había dejado solá en su departamento, no te habías puesto a analizar lo solitario que se sentía estar en esas cuatro paredes.

Empezabas a preguntarte sí así de sólo se sentiría Hanemiya en su día a día.

La madre del joven no se la pasaba en casa, lo cual les facilitaba a los dos tener sus revoltones de vez en cuando, y con ese "de vez en cuando" nos referimos a casi siempre.

Pero, ahora que lo pensabas, era realmente deprimente ese frío espacio.

Ahora entendías el por qué pasaba tanto tiempo en tu casa, o en la calle.

Te levantaste del mueble dispuesta a dirigirte a la cocina, para cuando él joven volviera lo recibirías con una sorpresa.

Querías darle un lindo detalle, a pesar de lo mucho que podía irritarte él mayor; en cierta forma extraña, te caía bien.

- Bien, aquí vamos.- hablaste contigo misma mientras arrugabas las mangas largas de tu camisa hasta los codos.

Un joven de iris amarillenta comenzaba a subir las escaleras del edificio con una bolsa blanca en su mano derecha, justo donde portaba en su muñeca un bonito brazalete negro.

Tan pronto abrió la puerta de su departamento un delicioso aroma a estofado lo invadió, supo de inmediato que debía ser obra tuya porque su madre no cocinaba a menos de que la ocasión lo ameritará.

- Ya regrese.- anunció mientras se quitaba sus zapatos dejándolos en la entrada.

- Bienvenido a casa.- respondiste en automático sin ser consciente del efecto que causarían tus palabras.

En cierta forma, habías dicho aquello solo por la costumbre de siempre darle la bienvenida a tu madre y hermano mayor cuando llegaban.

Hanemiya sintió un leve rubor subir a sus mejillas, una calidez embargó su pecho, y una sonrisa se escapó de sus labios, sonrisa la cual borró rápidamente para carraspear, tratando de ignorar lo que estaba sintiendo y pensando.

Parecemos un matrimonio.

Tragó saliva serenándose, sabía que tú no querías nada serio, así que no debía emocionarse con eso.

Él varón admitía que en ese tiempo te había tomado un cariño que no explicaba, cada vez quería que los encuentros fuesen más seguido, disfrutaba de tu cercanía, sin mencionar que también disfrutaba del sexo contigo.

ONE SHOTS [Tokyo Revengers] 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora