Capitulo 11 - AIS

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Por suerte o mera coincidencia llegaron las vacaciones de semana santa, estas significaron un respiro de todo el caos y proceso de asimilar mis sentimientos y emociones, jamás hubiera creído que en algún punto mi desesperación fuera tal que me hiciera sentir la necesidad de un descanso. Sin duda alguna esas dos semanas de descanso fueron las mejores que había tenido nunca, pude descansar de aquellas personas a las que tuve que decirles adiós, de mi querido enamorado sin amor, y sobre todo calmar mi mente y probar cosas nuevas en tan poco tiempo. Ya no había más de que preocuparse, aquellos que agriaban mi estar eran difíciles de encontrar si no estábamos en la escuela, así es como pude pensar mejor y más detenidamente.

Todo marchaba de acuerdo a la normalidad, los días pasaban amenos y en paz, estaba relajado y en tranquilidad, hasta que...

*Sonido de notificación*

Tienes un nuevo mensaje de...

—Hola, te extraño.

Un mensaje emergente que para nada era esperado se hizo presente entre notificaciones, a pesar de que una de mis desdichas de ese entonces era no tener celular, no impidió su llegada. Ese sentimiento de revoltura en el estómago, ese antónimo de "mariposas en el estómago" no tardo ni un segundo en hacerse presente después de percatarme de aquel mensaje, no puedo decir que arruino mis vacaciones, tampoco las mejoró, pero si fue una gran sorpresa que estuviera pasando. En mi cabeza solo existía una pregunta, ¿cómo fue que Coral me mandó mensaje de la nada? Aún más diciéndome que me extrañaba. Mis intenciones eran definitivamente contestarle, hacerle saber qué era un sentimiento mutuo, dejando de lado por completo todo el rencor y orgullo. Después de unos cuantos minutos de haber visto su mensaje respondí, con todo el amor que de hace años había, con el cariño que tanto le tenía escribí: "yo también", quizá lo hacía de manera diferente a ella, ya no llegaba a sentir lo mismo que hace unos meses, pero no era mentira, realmente la extrañaba. Estuvimos hablando por varios minutos, desgraciadamente me surgió una complicación y tuve que irme, paso una hora y volví a contestarle, pero para ese tiempo ya no recibí una respuesta, si me dolió, aunque era de esperarse, al final con mensaje o no quería mantener mi soledad.

Me mantenía positivo creyendo que las cosas iban mejorando, pero en el fondo se sentía rasposo, como si no pudieras avanzar libremente, si de una pared que te imposibilita el paso se tratase, mi mente me traicionaba con ideas tontas y crueles, solo pensaba en la espontaneidad y rareza que había sido recibir su mensaje, aunque no fuera completamente reciproco jamás fui grosero. El resto de las vacaciones continuamos hablando, los largos mensajes donde nos decíamos adiós, poco a poco se fueron quedando arriba de la conversación, hasta el punto de perderse y ya no ser percibidos, fue ahí, cuando realmente pensé que tal vez las cosas mejorarían. Y quién sabe, tal vez podríamos volver a ser mejores amigos.

Por desgracia solo unos cuantos días sostuve conversación con Coral, aún por más que lo intentáramos no teníamos un tema definido para hablar, se podía percibir un aroma a tención en el ambiente entre los dos y eso que simplemente eran mensajes, intentábamos no rendirnos, queríamos que la plática no muriera, por más difícil que fuera.

Las dos mejores semanas que había tenido nunca llegaron a su fin, ya con la mente más clara, con sentimientos estables y un pensamiento racional, me empezaba a sentir tranquilo, con algún que otro altibajo pero ya no podía usar más tiempo, lo que faltara de arreglar tenía que hacerlo porque había llegado el momento de volver a la escuela, a la rutina, a volver a ver a aquellas personas que tuve que decirles adiós, que por más que intentara su presencia aún me causaba angustia e incomodidad, si bien hice las paces con Coral, aún no me sentía preparado.

El día de encuentro llegó, todos volvimos a la escuela y simplemente empezamos la rutina. Como era de costumbre esperé junto con unas amigas del salón a que llegaran los profesores, por suerte ese último año escolar volví a tener el mismo horario que una vez tuve en primero, lo que significaba que después de un tiempo cada uno se iba a ir por su lado, aprovechamos para ponernos al tanto y platicar, aunque haya sido un rato, yo solamente me hundí en mis pensamientos hasta que una silueta que se iba acercando se divisaba a lo lejos. Coral se acercó saludando a todos, incluyéndome, desgraciadamente se podía sentir de manera exagerada esa tención en el ambiente que no dejaba que las cosas fueran bien, no me sentía preparado, no estaba a gusto, todo el cariño que le tenía aún estaba, pero también había algo que no me dejaba sentirlo. Oculte un poco mis sentimientos y correspondí el saludo, después de eso tuve que irme, unos pasos después, voltee hacia atrás, la vi, hice una mueca intentando sonreír, agache la cabeza, retome mi camino y al final entre a mi salón.

De verdad que intentaba pensar que las cosas iban a mejorar, tenía esa esperanza de volvernos hablar, desgraciadamente el único juez para decidir eso era el tiempo que tanto necesitábamos, para prepararnos, para madurar, y sobre todo para perdonarnos, porque aún había una espina, me costaba tan solo verla a los ojos, era tan triste sentirme así que creí que lo mejor sería mantener la distancia, solo por esos momentos. Así siguió, durante los siguientes dos meses, no fueron los mejores, fueron una tortura. Los proyectos y trabajos escolares dejamos de hacerlos juntos, algo que sin duda era extremadamente raro y para nada usual, eso hacía que los maestros nos preguntaran ¿por qué ya no nos hablábamos? ¿Cuál era el problema? ¿Qué fue lo que cambio? Con lágrimas en los ojos se repetía una y otra vez el recuerdo tan triste de cómo fue cuando dijimos hasta aquí. Fueron meses tristes que se convirtieron en una marca temporal de sentimientos y ¿cuál es la razón de saber todo esto? ¿Qué tiene que ver con mi querido enamorado sin amor? Tiene que ver mucho, sin el contexto de mis decisiones, de mi pasado con ellos y sobre todo ese alejamiento que tuvimos, nada de lo que está por venir tendría sentido. No es agradable recordar cómo se sentía tener cerca a personas que ya no les habla cuando antes lo hacía, escuchar su voz era como escuchar una nota desafinada o una mala canción. Por desgracia todo incluía a Nádir, sin estar presente siempre tenía algo que ver, lo peor es que ni siquiera lo miraba.

Te recuerdo - Para todos aquellos que alguna vez fueron todo para mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora