Después de unos días, el gran momento llegó.
La noche comenzó cuando llegue junto con unos amigos a la casa donde seria aquella fiesta, dispuestos a pasárnosla bien intentamos que todo fuera perfecto. Al poco tiempo de estar ahí y comenzar a saludar llegaron más personas y poco a poco se empezaba a llenar la casa de amigos, tampoco se esperaba que fueran demasiados, pues no se invitaron a muchos, solo aquellos que eran los más cercanos. De un momento a otro mi querido enamorado sin amor había llegado, disimulando y actuando lo más aburrido que me era posible, note su presencia y sin poder evitarlo mi vista chocaba con su esencia. Él llegó y se dispuso a saludar a nuestros amigos, no sé si no noto mi presencia o quería de alguna manera evitar el contacto, porque al único que no saludo fue a mí, juzgando por todo lo que yo estaba sintiendo, suponía que lo mejor era no hacerle notar la ausencia del saludo, así que solo pase de largo, lo ignore y continúe hablando con mis amigos. El tiempo paso rápido, de un momento a otro algunos ya estaban un poco tomados, otros no tanto, la minoría que era la que no tomaban seguían cuerdos y en sus cinco sentidos, Nádir era uno de los que ya no podían llamarse sobrios, algunos otros amigos y yo manteníamos solo una pisca de cordura. En algún punto de aquella fiesta, Coral, mi querido enamorado sin amor y yo, estábamos en una esquina de la casa un poco alejados de todos los que bailaban y gritaban sin preocupación alguna. Nos encontrábamos hablando de cosas al azar, no había un tema definido, lo primero que nos llegaba a la mente era lo primero que decíamos. Coral de un instante a otro se fue de aquella esquina dejándonos solos a Nádir y a mí. Él y yo no decíamos mucho, pero seguíamos hablando sin un tema en específico, decíamos lo mucho que nos la pasábamos bien en esos momentos, llego un punto en el que me quedé sin ideas y sin palabras, no sabía exactamente que decir o que hacer para que no se tornara abrumador el ambiente entre los dos, simplemente paré de hablar y me mantuve con una sonrisa. Lo único que se mantenía fijo en esos momentos eran nuestras miradas una sobre la otra, no había palabras, no había gentos, de repente la ruidosa música comenzaba a desaparecer y se podía sentir ese campo como si de dos imanes se tratase, no pensé y comencé a acercármele, él no se alejó, solo se quedó ahí mirándome paseando su vista de mis ojos a mis labios, podía ver como sus ojos se movían de un lado a otro, una y otra vez, no dijo ninguna palabra, solo se quedaba ahí estático, me acerque otro poco más, lo suficientemente cerca como para que nuestras respiraciones se cruzaran, nuestras narices se rozaran y nuestros ojos pudieran ver el tenue reflejo de cada uno, en ese momento él solo separo los labios y cerró los ojos, lo tome como una invitación a acercarme un poco, solo un poco más, lo suficiente como para que por fin nuestros labios se juntaran. Y así fue. No pasaron ni siquiera cinco segundos después de haber cerrado los ojos cuando nuestros labios comenzaron a moverse creando una suave danza, tranquila y sin desesperaciones, simplemente podía sentirlo y él me podía sentir, aunque ya nos habíamos besado anteriormente, este beso no se parecía en nada a los demás, había una pisca de sentimiento, algo que lo hacía tan diferente, quizá solo eran nuestros labios que se estaban terminado de conocer, algo que haría que una felicidad enorme se originara en mí, se imaginarán ¿no? Besar al chico por el cual habías estado enamorado por tres años debe ser algo más que simplemente emoción, de mis mejores momentos podría decir, desgraciadamente no duro demasiado.
Él se separó de mí y después llego Coral...
Por suerte o infortunio nos habíamos separado antes de que ella nos viera, queríamos creer que nadie fue espectador de aquel momento tan surreal, no quería pensar demasiado, pero todo empezó a tornarse confuso, pareciera que automáticamente después de haber separado nuestros labios, mi mente comenzó a aturdirse por lo que había pasado, se sentía como algo increíble, no podía asimilar que había besado aquel que por situaciones o caminos del destino pensaba que simplemente estaba ahí para verlo desde lejos y el máximo acercamiento tendría que ver con retos y juegos tontos. Mi mente se había convertido en una ruleta de pensamientos, ahora todo estaba más confuso, no entendía nada y tampoco quería hacerlo, ni siquiera tenía lugar para pensar en algo, en mi mente solo rondaban ideas tontas y alocadas: ¡lo besé! sin ningún reto, sin nadie a los alrededores, solo él y yo, en un beso profundo, aunque después se haya arruinado por Coral, lo hicimos...
Ignoré mis pensamientos y volví a la realidad, unos minutos más Coral se volvió a ir a quién sabe dónde, momento perfecto para Nádir y yo, solo nosotros dos supongo. Perdí completamente la certeza de cómo fue que sin perder el tiempo ya nos estábamos besando una vez más, esta vez el beso era más fluido, algo donde ya no había dudas y simplemente pasaba porque era algo que ambos queríamos. Como mala obra del destino, llego una vez más Coral, ay, mi querida amiga, siempre llegando en los peores momentos, pero bueno, no tardo en volverse a ir. Ahora les presento el tercer beso que nos dimos esa noche, donde dejo de ser algo lento a convertirse en algo más rápido y deseado: con forme avanzo el beso Nádir coloco sus manos sobre mi cintura y me acercó hacia él, yo puse mis brazos alrededor de su cuello, casi como una típica película cursi seguíamos danzando con los labios, nuestras lenguas parecían gemelas y nuestras respiraciones chocaban, me hubiera encantado que esos instantes jamás acabaran, pero lamentablemente de un instante a otro todo se detuvo, nos separamos y yo seguía confundido sin saber qué hacer, le sonreí, llegó Coral y mi mejor reacción fue irme de ahí. No quería hablar sobre eso, mucho menos empezar a divulgarlo, pero indudablemente sentía la necesidad de desahogar mi felicidad incontrolable que se apoderaba de mis acciones y pensamientos. Aquí es cuando una persona más entra a tomar protagonismo: Arena es el nombre de la primera persona a la que le conté todo lo que había pasado esa misma noche, recuerdo que fuimos a un cuarto ella y yo, lejos del ruido y del bullicio, comenzamos a platicar y por un buen rato estuvimos hablando de todo lo que había pasado, no fue hasta que nos sacaron de nuestra burbuja de amistad y regresamos a la realidad, duramente teníamos que volver a la fiesta fingiendo que no había sucedido absolutamente nada. Cuando salimos de aquel cuarto comencé a buscar con la vista a Coral y a Nádir entre la gente, los pude ver a lo lejos abrazados en la misma esquina donde lo había dejado, me acerqué y vi que algo no andaba bien: Nádir aparentemente estaba llorando, mi reacción automática fue intentar ir a hablar con él y preguntarle ¿qué es lo que le pasaba? ¿Qué era lo que tenía? Pero antes de poder siquiera acercarme Coral puso su mano entre él y yo, atónito y confundido me le quede viendo sin saber qué decir y qué pensar, no quería exagerar, pero me obstruía el dialogo con quien también era mi amigo... A partir de ese momento no me pude acercar, tampoco Coral nos volvió a dejar solos, se quedó ahí, como si lo estuviera protegiendo, como si quisiera que no me acercara, me era imposible no sentirme desesperado, Nádir aún seguía llorando y con forme pasaba el tiempo iba empeorando, no podía estar ahí viéndolo sufrir sin hacer nada, ya no lo pensé dos veces ni por dos segundos cuando fui hablar con Coral y preguntarle ¿qué era lo que sucedía? Porque sin duda alguna algo malo estaba ocurriendo.
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Te recuerdo - Para todos aquellos que alguna vez fueron todo para mí.
Teen Fiction¿Por qué hago todo esto? Simplemente necesito desahogarme, dejar salir todo, sacar este clavo para poder empezar de nuevo. No solo estoy escribiendo esto por ellos, también por mí, por un nuevo comienzo y si por alguna razón los llego a olvidar quie...