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Tom había estado en su guarida cuando de repente sintió que algo estaba fuera de lugar. Cuando había marcado a Cassiopeia con su marca en Albania, hacía ya tantos años, aquella noche después de haber matado a Floris, había combinado el encantamiento con un hechizo que debía alertarle cuando ella estuviera en peligro.
Se dio cuenta de que el encantamiento se había activado. Concentrándose en la sensación de ardor en su interior, trató de determinar dónde estaba ella. Cuando tuvo una vaga idea, se concentró en su paradero y desapareció.
Cuando reapareció, se encontró en los pisos inferiores del Ministerio. Un ceño fruncido cruzó sus rasgos. ¿Por qué iba a estar Cassiopeia en el Ministerio, y por qué aquí en particular? Se preguntó brevemente si algo andaba mal con su encantamiento, pero rápidamente desechó la idea. No había ninguna razón para que el encantamiento no funcionara correctamente. Avanzó lentamente por el pasillo, con la intención de averiguar por qué se suponía que Cassiopeia estaba por aquí. Cuando dobló la primera esquina, Rosier estuvo a punto de chocar con él.
La sorpresa se reflejó en el rostro de Rosier, que balbuceó:
— "¿Mi señor? ¿Qué estáis haciendo aquí?"
La cara de Tom seguía siendo la habitual máscara inexpresiva, aunque por dentro se preguntaba sinceramente lo mismo.
—"Pensé en echar un vistazo", —declaró vagamente, esperando que Rosier le diera una pista de por qué podía estar allí.
—"Los trajimos aquí hace poco, esos cinco profesores del colegio de los Sangre Sucia. Lestrange acaba de empezar a interrogar al primero", informó Rosier.
—"¿Dónde están?" — Tom trató de recordar qué había pasado con esos profesores y le lanzó una mirada inquisitiva.
Rosier se dio la vuelta y guió el camino hacia una de las celdas. Tom miró a través del agujero enrejado de la puerta. Había tres hombres dentro y una mujer que estaba tirada en el suelo, llorando asquerosamente. Tom se volvió hacia Rosier.
—"¿Quién está con Lestrange?"
—" Una mestiza. Se llama O'Leary".
—"¿Abajo?"
Rosier asintió y se dio la vuelta para caminar por el pasillo y bajar las escaleras que llevaban al piso inferior, Tom lo siguió. Al final del pasillo Rosier se detuvo, lanzando una mirada confusa a los dos guardias que esperaban frente a la puerta.
—"¿Por qué no están ahí?", — preguntó.
—"Lestrange nos ha mandado fuera", —respondió uno de los guardias con deferencia, con los ojos fijos en el suelo.
—"¿Por qué iba a hacer eso?" —La voz de Rosier era incrédula.
—"La bruja se burló de él diciendo que no se atrevía a estar a solas con ella y luego nos dijo que saliéramos", —murmuró el segundo.
La paciencia de Tom se agotó por fin y blandió su varita en la puerta. La pesada puerta se abrió de golpe y los cuatro hombres se quedaron mirando a Lestrange, que se giró justo antes de que la maldición que había estado canalizando diera en el blanco, revelando la visión de la bruja de pie en la pared de enfrente, con el brazo extendido delante de ella. Durante una fracción de segundo, pudieron ver el escudo que había intentado conjurar antes de que se desvaneciera.
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3. Tiempo robado | Tom Riddle. ✔️
Ngẫu nhiênTraducción autorizada por : @CountOnIllusions Si era sincera, siempre había sabido que no iba a haber un "felices para siempre". Lo había sabido desde el principio. Y aun así, en algún lugar de su interior, había albergado la esperanza de que incl...