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Cassiopeia estaba arrodillada junto a la cama de Ben, con los ojos clavados en el chico, con el más leve rastro de una sonrisa en su rostro al sentir la magia de Tom irradiando de él, por una vez no ligada a la destrucción.

Sintió que su magia se acercaba a la de él, uniéndose a ella y apoyándola. Por primera vez se dio cuenta de lo fuerte y poderosa que era su magia combinada. Miró a Tom. Tenía los ojos cerrados y una sonrisa en los labios. Parecía más contento de lo que ella había visto nunca. Instintivamente, se dio cuenta de que él también sentía el poder inusual de su magia.

Se volvió hacia Ben. Ya tenía un aspecto mucho más saludable, aunque era evidente que seguía debilitado y agotado por las secuelas de las maldiciones.

Finalmente Tom bajó su varita y abrió los ojos. Cassiopeia le lanzó una mirada interrogativa y él asintió casi sin darse cuenta. Exhaló lentamente y miró a Ben un momento más antes de sacar de su habitación un frasco de Draught para Dormir y abrirlo.

"Bebe esto, Ben. Te ayudará a dormir. Mañana te sentirás mucho mejor".

Ben asintió sin decir nada y tomó el frasco de su mano, lanzando una mirada cautelosa a Tom. Luego bebió la poción y se recostó en la almohada. Al momento siguiente ya se había quedado dormido.

Cassiopeia se apartó lentamente del lado de Ben y se dirigió a los pies de la cama, donde Tom seguía de pie, clavado en el sitio, con los ojos fijos en el muchacho. Cuando estuvo a su lado, le susurró, con una sonrisa en el rostro:

"Sabía que lo tenías dentro".

Tom le devolvió la mirada sin decir nada. Durante un momento se quedaron allí, mirándose en silencio a los ojos. Entonces Tom dijo con voz ronca y baja:

"He echado de menos estar contigo. He echado de menos la forma en que me haces sentir".

Cassiopeia le sostuvo la mirada, tratando de controlar el increíble calor que sus palabras le hacían sentir.

"He echado de menos hacerte sentir", respondió en voz baja.

Los ojos de Tom brillaban y ella intuía lo que quería, pero se contuvo notablemente. Sin embargo, ella podía ver la pregunta tácita que ardía en sus ojos, y sabía que sólo estaba esperando su permiso. Los labios de ella se movieron un poco y le hizo un pequeño gesto con la cabeza.

Al momento siguiente, Tom se inclinó hacia ella y la besó como nunca antes lo había hecho.

Respiraba con dificultad cuando se separó. Sus ojos se fijaron en los de ella.

"Dudo que sepas lo que me haces". Su voz era áspera. "Pero no dejes de hacerlo nunca. Hazme sentir". Hizo una pausa, pasando los dedos por su pelo. "Hazme sentir tus latidos, tu infinita emoción. Hazme sentir cualquier cosa". En sus ojos oscuros brillaba un anhelo desesperado.

Cassiopeia le devolvió la mirada y deslizó lentamente las manos por debajo de su camisa, sin apartar la mirada de él. Cuando tocó su piel, sintió que cada centímetro de su cuerpo ardía. ¿Cómo pudo creer que los sentimientos eran una debilidad? ¿Cómo pudo creer que las emociones no servían para nada?

La forma en que la magia de ella se había unido a la suya mientras él lanzaba esas contraconjuros sobre el chico le había revelado una vez más cuánto poder tenían realmente sus emociones.

3. Tiempo robado | Tom Riddle. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora