N/A: Esta hermosura de imagen de Diluc y Venti es de ryu_Genshin77 y puedes encontrarla en Twitter (https://twitter.com/ryu_Genshin77/status/1373643211525156869). Y, bueno, he vuelto a la vida una vez más. ¡Excelente! Te debo una explicación, ¿no? Ok, ok, para hacer el cuento corto: estuve enferma por un tiempo (ya te puedes imaginar de qué... sí, de eso que le dio a medio planeta), mi computadora se murió en más de una ocasión (y yo de idiota que no guardaba en la nube T-T), escribía, revisaba y volvía a reescribir el capítulo (junto a su respectiva traducción) en días donde las circunstancias me lo permitían, atendiendo asuntos de la universidad y procrastinación en general (pero le saqué provecho a esa procrastinación para jugar al Genshin y leer ese exquisito lore de Enkanomiya y la Sima... ahhh, todo va perfecto). Y, pues sí, es eso. Ahí bien resumido y como un patético intento de excusa, pero es mejor que nada. Gracias por tu atención, te mereces lo mejor del mundo y espero que esta espera haya valido la pena (y si no, bueno, el próximo capítulo será mejor).
Ya era bien tarde en la noche y aún no había rastro de Venti, mucho menos de Aether y Paimon. Estabas empezando a considerar la posibilidad de que ellos tal vez no tenían planeado al Obsequio del Ángel para reencontrarse contigo. Tal vez habían escogido otro lugar para hacer eso, tal vez estaban esperando por ti en ese preciso instante y tú no lo sabías. También estaba la posibilidad de que sí tenían pensado ir al Obsequio del Ángel tras su intento de robo de la Lira Sagrada, intento que muy seguramente salió mal y era el principal motivo —por no decir el único— de que ellos todavía no se apareciesen en el lugar.
Sí... tal vez estabas haciendo lo correcto al quedarte ahí, sentada tranquilamente en uno de los taburetes frente a la barra mientras esperabas a que tu amante y sus amigos entraran por la puerta de la taberna en cualquier momento. Venti era el que debía encontrarte, no tú a él. No ibas a buscar los problemas, ellos vendrían directamente hacia ti.
—¿Esperando a alguien, señorita? —te preguntó de pronto el hombre que estaba detrás de la barra y tu mirada pasó rápidamente de estar perdida en el vacío de tus pensamientos a estar enfocada en él.
—Oh. Sí, en efecto sí, estoy esperando a mi pareja. Él es un bardo al igual que yo y ambos acordamos vernos aquí para dar una función especial pero, por alguna razón, no ha llegado todavía... —Esa fue tu respuesta.
—Hm, ya veo. Pero no hay necesidad de preocuparse, estoy bastante seguro de que su pareja vendrá pronto. —replicó el hombre, ofreciéndote una sonrisa amable—. Los bardos son muy escuchados en Mondstadt, señorita. Es posible que su pareja aún se encuentre cantando en alguna parte de la ciudad, nunca está de más tener un poco de Mora extra en el bolsillo.
—Eso es cierto y, pues, supongo que esa puede ser una razón de su demora. Él es bueno en lo que hace y la gente le paga por ello. —soltaste una breve risita antes de continuar con la conversación—. Sí, creo que tienes razón. Gracias por el comentario.
—No hay de qué. Si hay algo que necesite, puede pedírmelo o, si así lo desea, puede esperar a que regrese el Sr. Diluc. Él volverá pronto del almacén.
Asentiste agradecidamente a sus palabras mientras le devolvías esa sonrisa de amabilidad; por supuesto que el hombre tras la barra no era Diluc, era más que obvio. De barba castaña y bigote separado de ella, su nombre era Charles y, según lo que Diluc dijo al presentártelo, él era el cantinero del Obsequio del Ángel. No tenías queja alguna con Charles, él era todo un profesional en lo que hacía: escuchando los pedidos de los clientes, agarrando botellas del mostrador, agitando mezclas y sirviendo bebidas en la barra. Charles cumplía con todas sus funciones como cantinero de la taberna mientras procuraba iniciar algunas conversaciones casuales contigo y escuchar lo que sea que tuvieras que decir al respecto.
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Ameno: Que el Viento Te Guíe [1]
Fiksi PenggemarEl bardo llamado Venti te entretiene y sus canciones son gratas de escuchar. Barbatos, el Arconte Anemo, es un dios agradablemente amistoso y su amor por la libertad te resulta placentero. Ambos son la misma persona, ambos tienen la apariencia del c...