Capítulo 04

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Ese día apenas y pude concentrarme en las clases, mi mente volando lejos cada pocos segundos, con taeyong dándome suaves codazos para que reaccionará. Y por primera vez en meses mi distracción no era por el. No estuve fantaseando con como seria tocar su piel o como seria su expresión al momento del orgasmo, tampoco imaginé una vida a su lado cómo venía haciéndolo anteriormente.

No, en mi cabeza sólo daba vueltas un nombre y no dejaba de ser irónico que se tratase de él, considerando la poca atención que le había prestado tiempo atrás; lo mucho que me había dedicado a ignorar su vida y a su persona en general.

Quería llamarlo y preguntarle sin rodeos quien era ese Rowoon. Yo era su mejor amigo y merecía algunas respuestas si de repente lo veía con alguien que yo no conocía. Pero mentiría diciendo que una parte de mi pensaba que eso era mentira, que yo realmente no tenia ningún derecho a cuestionarle la vida. Y lo peor de todo, que si lo hacía podría llevarme otra respuesta como la de esa mañana sobre Seo Johnny, o sea, que el me había hablado, pero por mi manía de no prestarle atención lo había pasado por alto.

Así que opte por no llamarle, por lo menos por los menos durante las primeras horas de clase. Aún si me asegure de interrogar a taeyong sobre ese tal rowoon durante una pausa que tuvimos para almorzar. Yuta sin rondar por ahí.

—No se mucho sobre el —respondió el peli rosa, asegurándose que su ropa estuviese bien puesta —Se que el y mi yukkuri comparten algunas clases, pero no son amigos.

—Pero ¿donde conoció a doyoung?

—Si tu no lo sabes, ¿por que crees que lo sabría yo? —bufó mientras se levantaba de manera majestuosa y se dirigía al baño.

Lo observé alejarse, moviendo graciosamente su trasero. Frunci el ceño y me gire. Otra vez en ese día que no me entretuve imaginando cosas pervertidas con ese trasero.

Y entonces fue que decidí llamar a doyoung, llevándome una leve sorpresa al mirar mi historial de llamadas. La ultima llamada hecha a mi amigo había sido hecha el día anterior, lo normal ya que yo mismo lo había buscado cuando taeyong volvió con el imbecil de yuta, lo inquietante estaba en la duración de esa llamada hacia el.

La más larga duraba quince segundos y si las comparabas con las de taeyong, de media hora mínimo; o las de jungwoo de veinte minutos, estaba muy mal para seguir considerándolo mi amigo. O que el haya considerado como tal.

Solo entonces me permiti recordar sus palabras, sus razones para seguir a mi lado. Y que la idea de que doyoung estuviese buscando un nuevo mejor amigo me pareció estupida. Si el realmente quería alejarse de mi no era un nuevo amigo lo que necesitaba, si no un nuevo amor. Y esa idea me pareció molesta

Marque su numero y me lleve el aparato al oido, esperando. Y empezando a ponerme nervioso mientras mas tardaba el en atender. Mi imaginación activandose entonces. ¿Que era eso que le entretenía demasiado que hacia que se demorase tanto en atender el teléfono?

—¿Jaehyun? —su voz sonaba preocupada cuando finalmente respondió.

Una sonrisa afloró en mi rostro al escucharlo. Si necesitaba alguna prueba de nuestra amistad seguía ahí no tenia sino que escucharle asi. Como siempre al pendiente de mi.

—¿Sucedió algo? —siguió sin cambiar su tono.

—No, todo normal.

—¿Entonces para que me llamas? —su preocupación desaparecía, para dar paso a la irritación.

—¿Es que  ya no puede uno llamar a su mejor amigo sin ningún motivo en especial? —bromee, bajando un poco la voz.

Escuche la suave respiración de doyoung al otro lado de la linea. Y eso me gustó, me recargue entonces en el respaldo de mi asiento, imaginando como debería verse en aquellos momentos; casi podria jurar que debió haberse sonrojado como esa mañana.

—Ah... —dejo salir al fin, su voz sonando insegura.

—La verdad es que te llamaba para saber si quieres que hagamos las compras juntos.

—¿Y taeyong?

—Irá con yuta —respondi. Silencio del otro lado durante un rato.

—Está bien —asintió al final, logrando que mi sonrisa se hiciera aún más grande si era que acaso sea posible.

—Entonces pasare por ti en... —mire la hora —Tres horas ¿de acuerdo?

—Si... —respondió con timidez. Dios ¿como no me había dado cuenta que podía ser haci de adorable? Desee estar junto a él en ese momento, mirando el rubor que debía adornar su rostro.

—Doyoung... —escuche una voz ajena por detrás.

—Ay, ya voy... johnny - y se volvió hacia mi —Te espero en la salida.

Pero en mi cabeza ya había dejado ese tema a un lado, sintiéndome molesto. ¿Había dicho "johnny"?

—Doyoung —llame antes de dejarle colgar —¿Con quien estás?

—Con unos amigos —respondió con rapidez —Tengo que irme...

—¡Doyoung! ¡Doyoung! —y finalizó la llamada así, sin importarle que yo siguiera llamándole del otro lado con los puños crispados.

—Ey... —la presencia de taeyong me hizo reaccionar —Baja lo voz que la gente te mira raro.

Era cierto. Solo me quedo soltar un suspiro y guardar el teléfono, procurando mantener la calma.

—¿Que ocurre con doyoung? —quiso saber, tomando asiento frente a mi De nuevo, ignorando al resto de comensales de aquella pequeña cafetería.

—No lo sé —admiti un poco frustrado por la actitud de doyoung de un momento atrás.

¿Desde cuando otra persona (dejando a jeno de lado, después de todo era su hermano menor) tenía más prioridad en la vida de doyoung que yo? Se suponía que estaba enamorado de mi, ¿no? Se suponía entonces que tendría que seguir siendo yo su prioridad. No ese johnny. Pase las siguientes horas como si el tiempo se hubiese congelado.

Miraba el reloj cada cuanto y me irritaba al comprobar que solo habían transcurrido un par de minutos. A ese paso jamás se iría por doyoung. A ese paso jamás podría enterarme de que hacia con ese tal johnny cuando yo no estaba a su lado. Y el doloroso recuerdo de esos meses dejandole de lado se apoderó de mi ¿Que tanto no habían echo ya? ¿estaba celoso? Si, no iba a negarlo, doyoung era mi amigo de infancia, lo conocía desde siempre y había pensado que eso nunca cambiaría. 

De repente el hecho de que estuviese enamorado de mi me parecia fantástico. Doyoung no tendría que alejarse de mi lado nunca. Aun si yo conseguía a taeyong el debía seguir ahí para mi.

Después de una larga tortura las clases terminaron, taeyong saltando de su asiento aún antes que yo, diciendo adiós con la mano. Y había ahí otra primera vez, no me moleste por su vaguedad hacia mi. Tenia la cabeza fija en otra cosa.

No me tomo más de veinte minutos llegar a su universidad, si bien habría llegado antes de haber ido en auto, pero el mio se encontraba en el taller.

Había sido un tiempo sin pasarme por ahí, olvidando como era, su gran diferencia con mis terrenos. La mayoría ahí parecían tipos sin preocupaciones en la vida.

Filosofía y letras, pensé, notando ese ambiente tan relajado, aunque un poco psicótico.

No tarde mucho en visualizar a doyoung, de pie junto a una máquina de refrescos. Su cabello siendo mecido por el viento que había comenzado a soplar.

—¡Doyoung! —llame corriendo hacia el, mirando una sonrisa en su rostro.

Sonrisa que yo no le había provocado, si no ese tipo. Su acompañante. El cual, pase a nunca haberlo visto en mi vida, estaba completamente seguro que se trataba de ese entrometido roba amigos, Johnny...

TE AMO ☆Jaedo☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora