TE AMO ☆Jaedo☆

Capítulo 10

Sabía que era egoísta, tanto como sabía que no estaba bien lo que hacía, pero sentía que había llegado a mi límite.

Podía soportar que Doyoung tonteara con otros tipos (tipos a los cuales yo no conocía), podía soportar que incluso los hubiese llevado a casa sin mi conocimiento (por no hablar de mi consentimiento), hasta podía soportar que tuviese "saliditas" y actividades extraescolares con ellos, pero si había algo que jamás podría soportar era que me dejase de lado. Doyoung y yo habíamos estado juntos toda la vida. Y así tenía que ser por siempre.

Así que cuando vi el inmenso interés de Johnny en él, la apuesta de ese grupo de idiotas que se decían amigos suyos y la predisposición de Doyoung ante ese hecho no tuve más remedio que improvisar un plan.

Cuando vi como Jeno se inclinaba hacia Johnny para decirle que Doyoung quería irse a casa fue que me decidí, sobre todo tras ver el buen ánimo del idiota ese. Así que apenas los dos desaparecieron de nuestra vista, Doyoung mirándome con algo muy parecido a la culpa, tomé a Jaemin del brazo y me lo llevé a rastras hacia los baños de hombres, justo a tiempo para ver entrar a Johnny a ellos, con una sonrisa estúpida e ingenua en la cara.

-Jaemin -dije -es hora de que pagues el favor que me debes.

-¿Qué favor? ¿Traerme a este horrible lugar?-. Bufó-. El único chico de mi interés tiene novio.

-Olvídate de Renjun y escucha con atención.

Y le dije lo que debía hacer durante los próximos diez minutos. La idea no le agradó en un principio, argumentando que no tenía nada que hablar con ese soso chico que estudiaba artes.

-Ingeniatelas.

Repliqué antes de echar a correr a los camerinos. Le había hecho un par de preguntas sobre el lugar a Donghyuk mientras Doyoung y Jeno hablaban. De todos Donghyuk era el que menos sabía mantener la boca cerrada. Así que me explicó todo, haciéndome casi un mapa de las instalaciones, sin olvidar mencionar la salida de emergencia.

Golpeé la puerta del camerino con los nudillos, esperando que Jaemin no lo arruinará, aun si me veía capaz de luchar por Doyoung, de cualquier forma con tal de no dejarle a ese tipo tenerlo.

Y mi plan había funcionado. No iba a mentir diciendo que no esperaba alguna resistencia inicial por parte del chico de ojos pequeños, por eso me sorprendió que me siguiera tan dócilmente. Claro que si lo veía con lógica y frialdad era evidente que sería así, después de todo a quien Doyoung quería era a mí, no a ese Johnny Suh

Aun así me vi en la necesidad de acorralarlo una vez estuvimos dentro del auto, sintiendo su rechazo inicial para terminar cediendo, sus mejillas rojas debido a la vergüenza, pero ya me encargaría yo de ello.

Doyoung intentó decir algo, pero no le dejé. Ya hablaríamos cuando llegáramos a casa, en ese sitio aun estábamos en peligro de ser interrumpidos, ya fuera por Johnny, o fuera por Jeno, quien no había dejado de lanzarme miradas asesinas en toda la noche.

Conduje a toda velocidad, lanzándole miradas ocasionales a mi amigo, quien se removía en su asiento, con ambas manos fuertemente sujetas al cinturón de seguridad. Iba sin mirarme, aun si su rostro seguía ruborizado.

Estacioné el auto justo frente a nuestro edificio y me volví hacia él. Lo noté nervioso y no pude evitar inclinarme hacia él para robarle otro beso, mordisqueando levemente su labio inferior.

-Vamos. -Y abrí mi portezuela, dándole la vuelta al auto para hacer lo mismo con la suya, topandome con sus ojos fijos en mí.

-¿Por qué haces esto? -Quiso saber, sin hacer el intento por bajar del vehículo.