Capitulo 24

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-Un momento- dijo Ni interrumpiendo el momento -ya recuerdo, ya recuerdo-

Todos voltearon a ver al león confundidos.

-Recuerdas que?- pregunto Malkia

-Recuerdo haber pasado por esta zona en unos de mis viajes-

-Vagabundeos querrás decir- dijo Simba con burla

-Enserio?- dijo Mufasa -quieres decir que conoces algún camino en esta zona?-

-Si- dijo el león -un camino que lleva a Pridelands-

La alegría se envió enseguida en el rostro de los compañeros, aquella no era cualquier cosa porque si Ni decía la verdad su viaje estaría apunto de acabar.

-Sabes donde está ese camino?- dijo Mufasa

-Esta al pie del monte, es un camino que lo rodea y lleva hacia la selva, entonces se abre un camino que lleva hasta un lugar llamado Backlands.

-Backlands- dijo Simba -esas son las tierras vecinas de Pridelands

-Entonces que estamos esperando- dijo Malkia con ganas de salir corriendo

-De acuerdo- dijo Mufasa -Vamos-

Cuando el grupo avanzo Mufasa se quedó contemplando un momento el monte Kilimanjaro que terminaba de iluminarse en los rayos del atardecer, después fue detrás de los demás.

Les tomo todo un día en encontrar el camino del que Ni hablada, ya que la vegetación de aquel lugar era sumamente espesa y había tapado aquel lugar.

-Vaya lugar- dijo Simba al ver la vegetación que los rodeaba

-He visto peores en este viaje- dijo Malkia recordando todo su trayecto hasta allí.

-Si vieras aquellos que también e visto- dijo Ni

-Enserio, que lugares has visto?-

-He visto muchos lugares Malkia- empezó a decir el joven león -lugares bonitos y no tan bonitos, por ejemplo una vez fui a un lugar llamado Sealands, es un lugar lleno de agua, con pequeña islas por doquier, al igual hay otro lugar con montes muy elevados que casi tocan el cielo y también e visto lugares con ríos de fuego!-

-Hay no inventes Ni- dijo Simba -esas cosas no existen, ríos de fuego, ja-

-No estés tan seguro Simba- se oyó la voz de su padre -una vez oí a un tejón que hablada de un lugar así, no recuerdo su nombre pero era un volcán muy grande, casi igual al de las Lejanias, y me contó que la lava corria por el piso como su fuera un rio-

-Ya vez yo no miento- dijo Ni con un aire de victoria-

Como iban avanzando los leones pudieron notar que por alguna extraña razón el cielo se iba volviendo gris, como si fuera a llover, pero no había señales de ello.

-Que extraño- dijo Malkia

Unas horas más tarde se detuvieron a descansar, la tarde estaba cayendo y la noche se aproximaba, delante de ellos había una especie de abertura que posiblemente llevaba a una especie de sumidero.

Simba se había acurrucado en su padre y ahora estaba dormido, por su parte Mufasa veía como Malkia y Ni platicaban a cierta distancia, parecía que se llevaban bien y ahora quieran conocerse mejor, según el león mayor eso era lo que toda pareja debería hacer antes de vivir juntos, conocerse, eso fue lo mismo que habían hecho el y Sarabi en su juventud.

El león no dejaba de pensar en su esposa, estaba deseoso de llegar lo más pronto a Pridelands y salvarla a ella y su reino de las garras de su hermano. Volteo entonces al ver el cielo y se percató que la estrella del león estaba cada vez más grande, eso significada que estaban a menos de tres días de viaje. Con sus patas apretó a Simba contra su melena y el también se quedó dormido.

-Esta muy estrelló- se quejo Malkia al ver qué no podían pasar con facilidad entre aquellas paredes de piedra

-Un poco mas- dijo Mufasa, creo que más allá está la salida

-Salida?- dijo Ni -estamos en un laberinto, ya nos tomo un día salir de aquí.

Cuando piensas entrar a un laberinto lo primero que haces es asegurarte de que puedas volver a salir, al menos que no sepas que estás a punto de entrar a uno de esos. Los cuatro leones nunca se imaginaron entrar a un laberinto natural, hecho de paredes de piedra, los leones habían perdido un día de viaje entero tratando de salir.

-Por aca- había dicho Ni

-No es por aquí- dijo también Malkia

-Es mejor regresar- les dijo Mufasa en más de una ocasión, pero no, los jóvenes leones habían decido tomar otro camino que los había perdido aún más. Toda una noche estuvieron metidos allí y a la mañana siguente Mufasa por fin había encontrado lo que parecía una salida, pero dos paredes de piedra formaban una salida muy angosta.

-Vamos Ni- le dijo Mufasa tratando de empujar al joven león.

Por su parte Malkia y Simba habían logrado pasar antes gracias a su tamaño y ahora ellos jalaban a Ni de la melena para ayudarlo a pasar.

-Vamos un último esfuerzo- dijo Mufasa y a continuación con toda su fuerza le dio un último empujon a Ni y este puso salir, pero entonces ocurrió lo inesperado. Fue tal la fuerza que Mufasa uso que no solo salió Ni, si no también el, rompiendo un poco de aquella pared de piedra y los dos salieron disparados, llevándose a Malkia y Simba que estaban frente a ellos, el grupo empezó a rodar colina abajo por una especie de terreno gris y tierra seca, rodaron y rodaron entre gritos hasta que al fin fueron a chocar contra un árbol seco.

-Ahh mi espalda- dijo Ni

-Todos están bien?- pregunto Mufasa

-Mas o menos- contesto Malkia

-Eso fue divertido- dijo Simba con una sonrisa -lo volvemos a intentar?-

Su padre y Malkia lo voltearon a ver con una caras de desaprobación.

-No, mejor no- dijo el cachorro

-Ni se paro entonces como pudo y volteo a ver dónde se encontraban y entonces grito- Ehh, majestad!

-Como deseo que este viaje termine ya- dijo Malkia

-Pues creo que tú deseo acaba de ser concedido- dijo Ni

-Que quieres decir?- dijo Mufasa

-Vengan-

Mufasa se adelantó un poco y entonces contempló aquello que creía no volvería a ver, allí ante sus ojos muy a la distancia estaba la Roca del Rey. El viaje había terminado

EL REGRESO DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora