CAP. 39

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Una vez sabida la noticia sucedieron un par de cosas que realmente pusieron a prueba la paciencia de katsuki, y valla que no tenía mucha. Un ejemplo a dar es el de cuando se enteraron sus viejos. La bruja que tiene por madre entró en una especie de crisis emotiva cuando se enteró. Saltó de aquí para allá, de allá para acá, y no dejó de gritar por unos tortuosos cinco minutos. Se le burló bastante, restregándole en la cara que ella tenía razón cuando le decía que algún día tendría hijos y sabría lo que se siente cuando te desobedecen. Él exclamaba y defendía con todo su ser que jamás tendría siquiera una novia y la vería morirse sin que se halla cumplido su ridículo sueño de ser abuela. Bueno, el tiempo te cambia, no sólo esta casado sino que adoptó a un niño. Y para colmo su compañero de vida, que es hombre, está esperando un hijo suyo. ¿Quién lo diría? Ahora tiene que aguantarse las risas de su psicópata madre.

Otro ejemplo es cuando lo supo la parvada de idiotas descerebrados auto denominada, desde hace ya varios años, la bakusquad. Todavía puede escuchar la chillona voz de la ojos de mapache llenándolo de felicitaciones a él y a su esposo por tan maravillosa noticia. Dos días después le llegaron cinco cajas de pañales con una nota que decía “Mimaré a mi sobrino hasta que me muera, incluso si aún no ha nacido. Tooru-chan manda saludos!” y un pequeño dibujo de su cara sonriente. Realmente se tentó de lanzar todo eso por la ventana pero su hijo no se lo permitió.

- ¡no son para ti, son para el bebé y sólo el bebé decidirá qué hacer con ellos! – le dijo con voz retadora

Al final las cajas quedaron guardadas en su habitación a petición suya. Los amigos de fumikage no hicieron tanto drama, excepto por la loca cara de gato pero eso no duró mucho hasta que tsumiki la golpeó.

Ahora, katsuki sabe perfectamente que todo eso no es nada en comparación a lo que sucederá una vez cierta personita se entere. Y conociendo lo rápido que corre el chisme en esa ciudad no pasará mucho tiempo hasta que tenga al idiota de hawks instalado en su departamento como si fuera su propia casa. Hablando de eso, debería empezar a buscar un buen lugar para mudarse antes de que nazca su hijo.

El blondo estaba tranquilamente sentado en el sofá con la laptop en sus piernas y un paquete de pockys a su lado cuando, de pronto, empezó a escuchar pasos apresurados. Parecía que alguien caminaba con mucha prisa. No, más bien parecía que corría.

- oh, mier- no pudo terminar su frase cuando un imbécil cara de pollo frito se hizo presente en el departamento abriendo la puerta de manera abrupta

- ¡¿Dónde está?! – preguntó con cierto toque furioso en su voz entrando en el lugar como pedro en su casa - ¡¡díganme donde está o juro que are arder este lugar hasta que ya lo queden ni las ceni-¡ugh! – un rodillazo en el abdomen bastó para que se callara, gentilmente ofrecido por nuestro azabache gótico favorito

- deja de gritar, molestas a los vecino – dijo calmado pero con una mirada de advertencia

- tan amable como siempre, toko-chan – alagó adolorido, el mencionado sólo rodó los ojos y suspiró mientras que katsuki ya tenía ganas de aplastarlo como hizo con el pocky entre sus dientes

- tus inesperadas e irritantes visitas siempre son apreciadas y lo sabes hawks, pero ahora explícame a detalle la maldita razón por la cual llegas a mi casa a tan tardías horas haciendo un escándalo de lo peor y acabando con el pacífico ambiente que reinaba en este lugar, sin mencionar que casi rompes la puerta – apunto a dicho objeto sin dejar de dirigirle una reprobatoria mirada al héroe alado

Este, recordando el motivo de su exagerado drama anterior, se reincorporó completamente renovado y tomó por los hombros al menor. Esto alertó al blondo, quien en ningún momento despejó su filosa mirada del plumero rojo gigante en su departamento, conocía al imbécil que podía llegar a ser el antiguo mentor de su esposo por lo que ya estaba preparándose para regalar puñetazos.

"Caricias" Una historia bakutoko (¡En edición!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora