CAP. 38

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Domingo por la tarde y nuestro gótico azabache a estado actuando extraño desde el momento en que se levantó. Claramente este comportamiento no ha pasado desapercibido para katsuki y mucho menos para keitaro, quien considera a su papá fumi una de las personas más serias en el mundo, su fría mirada penetra en lo profundo de tu Alma y puedes sentir como tus más grandes pecados son expuestos con sólo mirarlo a los ojos. Pero, justo ahora, esa fría y potente mirada que lo caracteriza se encuentra más perdida que aguja en pajar, o que la cabeza de su padre entre puercoespines.

Lo vieron caminar distraído, tropezarse con sus propios pies, tirar accidentalmente un par de libros del estante, el teléfono resbalársele de las manos, confundir algunas cosas y hasta estrellarse contra la puerta del cuarto queriendo entrar a este. Se habría roto un plato si katsuki no lo hubiera atrapado a tiempo. Intentaron preguntarle que le ocurría pero evitaba la pregunta o simplemente la ignoraba, esto al cenizo le desagradó pues la última vez que su esposo quiso evadir un tema importante terminó en el hospital luego de ser casi atropellado.

-¿crees que sea por algo que le dijo el doctor? - katsuki dirigió la mirada a su hijo, este se veía algo preocupado por sus propias palabras y esto terminó por preocuparle a él también

Ambos recordaban perfectamente que el azabache mayor no había estado con la mejor salud últimamente, el día anterior regresó al hospital con la intención de conocer los resultados de sus análisis, mas sin embargo no les dijo nada sobre el asunto y eso no los dejaba muy tranquilos.

Tenía bien sabido que su esposo se hallaba libre de trabajo ese día y saldría un rato, le dijo que visitaría a su madre y haría algo más después de eso antes de volver a casa.

Katsuki lo pensó durante un largo rato, pero al final se decidió por hacer una cosa. Vigilar a fumikage. Casos extremos requieren medidas extremas. Tal vez esto lo lleve a dormir en el sofá por algunos días pero nada le impedirá saber lo que sucede con su querido y adorable gótico.

Lo malo es que no tiene cómo vigilarlo. Debe trabajar y su hijo debe ir al colegio, después de eso pasará la tarde en casa de un compañero para realizar un trabajo para su clase. Tendría que pedir ayuda a alguno de sus amigos pero nada le garantizaba que su esposo no los notara, a parte de que seguro se delatarían solos y conocía a esos bastardos tan bien que sabía que si ellos caían lo arrastrarían a él. No, no y mil veces no, prefiere reírse de alguna tontería hecha por el estúpido pikachu que rogarles por su ayuda en algo tan importante.

Suspiró. Al parecer no le quedaba otra opción más que recurrir a esa demente.

- Me sorprende tu desesperación para recurrir a mis servicios, jamás creí que llegaría este día y la verdad es que me honra, nya~

- ¿vas a hacerlo o no?

- jijiji, sólo porque se trata de me querido amigo mika-chan, al que extraño mucho. No puedo esperar a descubrir todos sus secretos! - katsuki ya comenzaba a arrepentirse por su decisión

En cuanto el azabache salió del departamento supo que la loca cara de gato se encargaría de su pedido, sólo esperaba no haber cometido un error.

Fumikage caminaba pensativo por las calles de la ciudad, a paso calmado y constante se dirigió sin prisa alguna a la estación donde tomó el tren correspondiente y aguardó todo el camino hasta llegar a su parada. Bajó y recorrió todo el camino a pie que lo llevaría a su destino. Tocó la puerta y fue bien recibido por la mujer que él tanto adoraba, pues es quien le dio la vida.

Entre tazas de té y una charla amena fumikage se dio cuenta que era hora de hablar con su madre respecto a ese tema. Posó la taza sobre la mesa y miró fijamente a los ojos de su progenitora. Esta se dio cuenta del pequeño nerviosismo que nacía en los ojos de su retoño así que le dedicó una suave sonrisa llena confianza y comprensión. Con ello el azabache se dio cuenta que no debía alterarse y de su bolso sacó aquel papel que, aún con un poco de nervios, extendió hacia su madre y esta lo tomó con curiosidad.

"Caricias" Una historia bakutoko (¡En edición!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora