𝐀𝐋𝐖𝐀𝐘𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐅𝐎𝐑𝐄𝐕𝐄𝐑 | DONDE dos almas se reencuentran después de décadas.
Ella no cree en el destino.
Él cree en el cada vez que la mira a los ojos.
Ella solo ha estado en una relación, pero sus libros la han hecho vivir miles.
Él n...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tiempo después. En una de las tantas salas de hospital en Nueva Orleans. Los gritos de una mujer cesaban dándole inicio a los llantos de un bebé.
Una de las enfermeras se acerca a la mujer joven con el pequeño bulto en sus brazos.
— Felicidades, señora Emily. Es una hermosa niña.
Le entregó la recién nacida envuelta en una manta rosa. La mujer joven sonrió mientras lágrimas de felicidad caían por su rostro.
— Hola. – Dijo acariciando una de las mejillas sonrojadas de la bebé. – Hola, mi amor. Ahora somos tú y yo... pequeña Feyre.
Lástima que esa felicidad no les duró...
FEYRE.
La clase de griego no estuvo tan mal. Al no tener dislexia estaba en desventaja. Se supone que normalmente la padecen la mayoría de los semidioses, pues nuestro cerebro está diseñado para leer griego antiguo en lugar de las lenguas modernas. Por suerte o desgracia yo soy de los pocos que no tiene esa enfermedad. Pero Annabeth era una excelente profesora.
Aunque había momentos en que mi mente empezaba a divagar, pensando en todo menos en lo que la rubia escribía en el pizarrón.
Primero. El final del libro me destrozó.
Segundo. La cuarta parte de mi cerebro se centraba que mi don se enfocara en los hijos de Atenea y Hazel.
Tercero. Justin aun no me había respondido los mensajes o llamadas.
Cuarto. Quería volver a esa playa.
Volver a sentir el silencio y la paz en mi cabeza que solo sentía cuando me ponía los audífonos. Sin nadie cerca en kilómetros a la redonda.
Y por mucho que me duela admitirlo, fue divertido pasar tiempo con Di Angelo.
Auch, justo en el orgullo.
Pero talvez solo es porque es el único en que no siento sus emociones. Si, debe ser eso.
Es un idiota.
¿No podía dejarme en mi cabaña desde el principio?
No, el hijo de hades tenía que lucir sus poderes llevándome a la playa más remota, y encima coquetearme un poco. Aunque no lo hacía enserio.
¿Qué se cree?
Que se joda.
— Davina. – La voz de Annabeth me trajo a la realidad.
