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N.A

Normalmente no dejo notas, pero quería hacerles saber qué e tenido mucho trabajo tanto laboral, como académicamente, y no había podido actualizar tan pronto como me hubiera gustado.

Y por eso este capítulo es más corto, pero ya estoy trabajando en el próximo y planeo recuperarlo. Por favor disfruten de su lectura. ❤️

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Tom

Tom sabia que estaba rayando el límite de lo que está socialmente permitido... Otra vez, pero durante una semana no había podido dejar de observar a Granger de manera casi obsesiva en cada lugar que se encontraba, la estaba siguiendo y era plenamente conciente de eso.

Ella siempre lo había intrigado, por que mientras el lograba caer en las gracias de casi cualquier persona con un mínimo de esfuerzo, ella no lo necesitaba hacer nada, simplemente lo lograría.

A pesar de su fachada aburrida, tenía que admitir que era más interesante de lo que creía. Todos sabían que ella era la favorita de los profesores e incluso parecía que Snape no era completamente inmune. Pero lo más intrigante era la forma en que el Director Dumbledore la trataba, como si de la más preciada posesión se tratara.

Cosa que el jamás logro

Era de conocimiento común que ella era la protegida de Aberforth Dumbledore, uno de los hombres más gruñones y malhumorado que a conocido, pero también uno que no lo piensa dos veces antes de desafiar a un duelo de magos a cualquiera que se atreva a ofender a la bruja.

Claro que hasta hora solo habían sido rumores, puesto que no había nadie que lo comprobará.

Porque los cadáveres no hablan.

Esa pequeña voz dentro de su cabeza lo estaba volviendo loco.

Durante años le intrigo la protección del mago, pero teniendo cosas más importantes en mente, como dominar el mundo mágico lo dejo pasar. Después de todo ella era solo una puritana, que rara vez rompía las reglas.

Pero valla sorpresa, está era la tercera vez en la semana que la descubría escabulléndose después del toque de queda, el problema no era ese, si no el que desapareciera sin más.

Por tercera ocasión la vio desaparecer en el séptimo piso, sabía que si esto era como las veces anteriores ella parecería al día siguiente en el desayuno, con su uniforme planchando he impecable. Como si nada hubiera pasado.

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Hermione

Una vez que estuvo dentro de la sala de menesteres respiro tranquila, no entendía que demonios le estaba pasando al idiota de Riddle, pero está era la tercera vez que la seguía cuando salía de la sala cumun de los directores.

Nada de esto era casualidad, sabía que debió de haberle dicho al señor Dumbledore desde que ocurrió la primera vez. Pero como bien dicen por ahí más vale tarde que nunca.

Con cuidado camino al otro extremo de la habitación donde se encontraba una puerta de madera, sin pensarlo mucho la atravesó y camino la distancia correspondiente hasta llegar al final del pasillo oscuro, donde se topo con la parte trasera de un retrato, tocó levemente el marco con su barita, y espero a que le dieran el pase.

— Premio anual o no, estoy seguro que escaparse del colegio sin avisar a nadie sigue siendo contra las reglas.

Hermione observo como Aberforth Dumbledore descansaba en un sillón en la vieja sala de estar.

— Pero cuál es el mal si solo quiero ver qué cierto adulto mayor que conozco, se encuentre en buen estado de salud.

Lo siguiente que escucho fue un montón de maldiciones que avergonzaría a cualquiera, antes de que el mago se pusiera de pie.

Ella no espero mas y corrió a abrazarlo, el como siempre lo habia hecho desde que era una niña, la rodio suavemente y palmeo su cabeza con una mano.

Se mordio el labio brevemente antes de decidirse decirle o  no.

— Tengo algo que contarte, pero por favor no grites demaciado.

Un tipo diferente de odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora