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Tom sabia perfectamente que cuando algo se le metía a la cabeza,  no había forma de hacerlo cambiar de opinión. Aún no estaba muy seguro de si eso era considerado un don o una maldición.

La primera vez que la vio fue como cualquier otra persona, se dedicó a ignorarla después de que fue clasificada en Gryffindor , pero no fue hasta una semana después de empezar las clases cuando ella callo nuevamente en su radar.

Ella se había vuelto amiga del torpe de Longbottom, no se separaban nunca, y normalmente pasaban desapercibidos, pero fue cuando Malfoy decidió abrir su maldita boca, que ella explotó.

El jamás olvidaría ese día, ni lo maravillosa que se miraba, su cabello parecía tener vida propia cada riso crujía con magia su voz era apenas un susurro, pero ver cómo hacía que El arrogante y engreído Draco Malfoy convertirse en papilla fue... Glorioso.

Lamentablemente el director llegó y la detuvo, después de eso ella fue llevada a su oficina y Longbottom se quedó lloriqueando, después pareció recordar algo, por qué salió corriendo y nadie supo a dónde fue.

En ese momento el tampoco lo supo, pero ahora sabe exactamente qué fue lo que hizo, puesto que menos de un cuarto de hora después, se pudo apreciar como el dueño de Cabeza de Puerco atravesó el gran comedor solo para poder gritarle a todo pulmón al director.

¡ALBUS! QUIERO UNA MALDITA EXPLICACIÓN.

Todos los profesores se pusieron de pie ante la escena que estaba ocasionando, pero solo el director camino hasta ponerse a la altura de  Aberforth.

Tom decidió que por muy exquisita que fuera toda la comida, cosas como estás no pasaban a diario, así que retiro su plato y observó con atención la escena.

Mi estimado Aberforth, lamento decirte que no se aque te refieres, pero por qué no pasamos a mi oficina y discutimos esto con calma.

— No voy a ir a ningún lado hasta que me digas dónde está Hermione Granger.

Varias veces exclamaciones de sorpresa sonaron alrededor.

Me disculpara, pero... ¿Por qué necesitas saber dicha información.?

Tom escucho con mayor atención en el momento que nombraron a Granger, hasta donde el sabía ella era hija de muggles así que no sabía por qué ese hombre estaba tan interesado en ella.

Observo como Aberforth que solo un poco más alto que Dumbledore, lo señalaba con su dedo izquierdo, mientras que con la mando derecha sujetaba con fuerza su barita.

— Escúchame bien Albus, si algo le pasa, yo mismo vendré por ti, y te retare a un duelo.

Más exclamaciones de sorpresa inundaron el gran salón.

Los profesores que hasta ahora se habian mantenido al margen caminaron con sus baritas en mano listos para cualquier confrontación.

— Ab, ¿que es lo que pasa.?

Pasa que miéntras viva nadie dañará a mi ahijada, y si tengo que pasar sobre mi propio hermano para protegerla lo are.

Entonces el salón se llenó de murmullos, el mismo se sorprendió al escuchar la palabra hermanos, pero su mayor sorpresa se debía al hecho de que llamo a Granger ahijada.

Con mayor satisfaccion de la que debería observo a el director dar un paso hacia atrás mientras lo miraba fijamente.

— Ella no tiene buen control de su magia, atacó aún estudiante sin barita y no podía controlarse.

— ¿Mal control de la magia dices? Por favor, ella es una bruja poderosa y brillante, magia sin barita es muchas cosas menos un descontrol, y te has puesto a pensar que tal vez ella no es que no puediera detenerse, ¡si no que no quería!

Entonces en voz aún más baja casi un susurro hablo nuevamente.

— No permitiré que ella sufra, ni sea dañada como lo fue Ariana.

— Juro por mi vida y mi magia que yo Aberforth Dumbledore jamás permitiré que mi ahijada Hermione Granger sea dañada, por nadie, mientras yo pueda evitarlo nadie la lastimara.

Entonces todo se volvió un caos.

Tom recuerda que todos se volvieron locos por un tiempo, pero después lo dejaron pasar y más cuando Granger se negó a hablar.

Ella regreso en toda su gloria de sabelotodo, ignorando todos y a todos los comentarios al respecto, surgieron rumores de todo tipo, pero con el tiempo se olvidaron.

El se entero después, que Aberforth Dumbledore había estado renegando de su propio nombre durante años, y que esa declaración fue su reclamo sobre la magia familiar.

Con el paso de los años Granger siguio teniendo "explosiones de magia" como los llamo un el director aquella vez, pero jamás ocurrieron de la nada, siempre fue en defensa ya sea propia o de alguien más,  y cualquiera podría ver que ella lo controlaba completamente.

Poseía un control de su magia envidiable.

El director se conviertio en la sombra de Granger, observandola y ayudándola, jamás volvió a dudar de su capacitación, y con esa fachada de niña buena y su excelente reputación fácilmente se ganó el afecto del mago.

Aún que hasta donde Tom sabe, el director solo se acercó a Granger por qué a pesar de que su hermano reclamo su magia familiar, aún lo repudiaba a el, y el director en toda su astucia utilizaba a Granger para acercarse a su hermano.

El jamás dejo de observarla, pero se volvió más cauteloso, y se concentro mayormente en ganar terreno en su propia casa.

Pero ahora ella lo desafiaba y lo sacaba de sus casillas, sabía que tenerla a ella era una granfierte de posibilidades de todo tipo, pero como tenerla sin querer extrangularla.

Un tipo diferente de odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora