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Tal vez fue el hecho de haber crecido en un orfanato donde la comida era escasa y dejaba mucho que desear, pero el valoraba todas las comidas, nunca se perdía una y tomaba su tiempo para disfrutarla.

Ese día en particular se encontraba en el desayuno, la cuál considerada la comida más importante del día ante sus ojos, cuando una lechuza café, un poco más grande de lo normal entro y se poso delante suyo. La observo mientras con tranquilidad termina el bocado que tenía en la boca, con cuidado y sin dejar de ver a la lechuza frente suyo tomo una servilleta y con delicadeza se limpio.

- ¿Eso es para ti Riddle?

Ignoro a Malfoy a favor de la lechuza que ahora estiraba su pata derecha donde la misiva se encontraban atada. La lechuza voló lejos apenas libero el sobre, dejándolo solo mientras admiraba el mensaje.

A simple vista era un pulcro sobre blanco, pero al darle la vuelta no pudo evitar contener  una pequeña sonrisa, el sello era algo curioso, lo que parecía un Fénix extendiendo sus alas con una estrella dentro de un círculo en su pecho, estaba detrás de un escudo, este era rojo y amarillo, tenía 3 estrellas de cada lado y a cada costado del escudo sobresalían cuatro banderines verdes, la parte inferior del escudo sé arremolinaban plumas de fénix, pero justo en la parte superior de la cabeza del fénix, enmedio de sus alas estaba una D tan pulcra y elegante como un sello lo permitía.

Eso solo podía significar que Aberforth Dumbledore había respondido a su carta. Guardo su carta en el bolsillo de su túnica y continuo con el desayuno, esperaría a tener algo de privacidad antes de leerla.

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No fue hasta más tarde ese día que pudo leer con tranquilidad su correspondencia. No negó que se sorprendió al ver el símbolo de los Dumbledore's si bien el viejo Aberforth había reclamado la magia familiar hace ya algunos años, jamás se refería a el como uno.

De hecho nadie lo llamaba por su nombre.

Sr. Tomas M. Riddle Gaunt.

Me encuentro en la terrible necesidad de responder a su carta de un modo afirmativo, todo esto debido a su falta de sentido común y de preservación, como usted bien sabe un cortejo no puede ser negado ni por la bruja en cuestión, ni por su tutor. Esa es probablemente la única razón por la cuál tendré que acceder a su audiencia.

Más sin embargo dicho cortejo puede ser roto en cualquier momento, si encuentro el más mínimo indico de que sus intenciones con mi ahijada no son honorables, no dudaré en matarlo.

No me voy a andar por la ramas, no me agrada, y maldigo el día en que pusiste tu vista en mi hija, pero me apegare a las costumbres y espero que usted también lo haga.

La audiencia se llevará acabo en su próxima visita al pueblo, no antes y no después. Lo espero a las 9:00.

Aberforth Dumbledore.

PD: Un solo minuto tarde es una ofensa y claro indico de falta de interés todo esto es válido para cancelar cualquier cortejo antes de que ocurra.

Tom leyó la carta varias veces, pero en cuanto la aparto de su vista la carta se quemó dejando solo algunas cenisas en tres sus dedos. Al parecer el viejo lo odiaba, aún que quisiera saber si esto era todo criterio propio o la influencia de Granger tenía algo que ver.

También entendió que tenía que hacer todo con extremo cuidado, no se perdió el detalle de que la llamo hija, y si ya había amenazado con matarlo y no había dejado ninguna prueba.

Por lo visto este Dumbledore era más astuto que su director, si bien ambos eran demaciado astutos para pertenece a Gryffindor, este no ocultaba sus intenciones y deseos de matarlo.

Cerro los ojos y se indio en el sillón y como ya se había hecho costumbre penso en la culpable de todo esto.

Maldita seas Hermione Granger, maldita seas.

Un tipo diferente de odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora