Capítulo 7

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Hoy pasaremos todo el día en la playa, así que Lia y yo nos ponemos el bikini, el suyo es de color azul y el mío es de color lila, con la parte de arriba en forma de triángulo, y la parte de abajo es te tiro alto.

Como de costumbre, me quedo mirándome a través del espejo, no estoy cómoda y no me gusto. No tengo el cuerpo que la sociedad determina como bonito, tengo las piernas anchas, no tengo el abdomen plano, la barriga llena de estrías... por ese motivo uso el bikini de tiro alto, igual que los pechos, así que siempre he tenido inseguridad. Me toco la barriga y me miro de arriba abajo. No me doy cuenta de que Lia está detrás de mí hasta que levanto la cabeza y encuentro su mirada en el reflejo del espejo.

— Te queda muy bien. — Hago una mueca al escucharla.

— Si tú lo dices.

— Que sí, tonta, hazme caso.

Preparamos una mochila con todo lo que podemos necesitar el día de hoy, como crema solar, toalla, ropa de recambio... Hemos quedado en diez minutos con Gianna y Jeremy en la esquina de la calle del hotel.

Acabamos todo lo que teníamos que hacer, ordenamos un poco el desorden que tenemos en la habitación, en el baño y en el armario. Cuando estamos listas decidimos bajar hacia el lugar donde nos reuniremos.

Al llegar, veo a Jeremy, pero a Gianna no. Lo abrazo.

— ¿Y Gianna? — Pregunto distraída y separándome del abrazo mirando a nuestro alrededor.

— Hola Jeremy. ¿Qué tal estás? ¿Todo bien? Sí, todo bien. Me alegro. ¿Y tú? También, todo bien —­. Dice Jeremy manteniendo una conversación consigo mismo.

— Hola Jeremy ¿todo bien? — Digo sin dejarle responder — ¿sí? Me alegro. ¿Pero dónde está Gianna?

— Eres un caso aparte. — Me dice rodando los ojos.

— Hola Jeremy. — Dice Lia riéndose.

— ¿Ves? — Jeremy hace un gesto con las manos a modo de mostrar la actitud que tendría que tener. Eso hace que me ría. — Hola Lia. — Le dice Jeremy mientras se acerca a darle un abrazo.

— Bueno, vale, no me respondas. — Digo de morros.

— Está en casa, ahora viene. No sé qué le ha pasado, tenía que hacer no sé qué o se le ha olvidado no sé qué. — Me dice él quitándome las dudas que tenía.

— Mucho no sé qué, ¿no crees? — Digo riéndome.

Gianna tarda cinco minutos en llegar, y se disculpa por la tardanza.

— No te preocupes, seguro que estabas haciendo no sé qué. — Digo a modo de broma, mirando a Jeremy y Lia se ríe.

— Oye, ¿y yo qué sabía qué estaba haciendo mi hermana? — Dice Jeremy como un niño pequeño.

Noche de tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora