— ¿Te puedo ayudar en algo? — Le pregunto al chico con los ojos entrecerrados desconfiada de sus intenciones.
— Hola, guapa. — Me dice este. Ruedo los ojos. ¿Por qué todos entran igual a las chicas? No es Pregunto. No es que me entren muchos tíos, pero... El caso es que lo ignoro. — ¿Cómo te llamas? — Me pregunta.
— ¿A ti que más te da? — Digo con esperanza de que se largue y me deje.
— ¿Ese que estaba contigo era tu novio?
— ¿Y, si lo fuera, me dejarías en paz?
— Yo no soy celoso. — Me dice. ¿Pero qué les da a todos los chicos con esa frase? No los quiero meter a todos en un saco, pero...
— Soy fiel, lo siento. — me doy la vuelta dándole la espalda.
— ¿Y ese acento tan bonito que tienes? ¿No eres de aquí? — Se me acerca de más y me giro de malas maneras.
— A ver, chaval, ¿no has notado que no, — digo enfatizando en la palabra "no", — estoy interesada? ¿Te hago un mapa o mejor un croquis?
— Así que eres de las difíciles. Me gustan los retos. — Dice acercándose más mientras me viene una oleada de olor alcohol y a saber qué más.
Pero que gilipollas. Vaya simio tío, que asco.
— ¡Que te alejes, tío! No pillas el NO. — Digo empujándolo un poco. Se tambalea, pero no se aleja. Por favor, que venga Teo ya.
— Guapa, pero dame un beso. — Dice poniéndome las manos en la cintura y acercándome hacia él.
— Si cuatro te voy a dar. — Digo con sarcasmo e ironía que el chaval no pilla. — ¡Puaj! ¡Aléjate! ¿Quién mierdas te ha dado permiso para tocarme? Quítame las manos de encima.
— ¿O qué? ¿Vendrá tu novio?
— Pues sí, vendrá su novio. — Dice alguien detrás mío y reconozco la voz.
Teo. Nunca me ha alegrado tanto escucharlo. Este me rodea los hombros con su brazo y me atrae hacia su costado, haciendo que el desconocido baboso me deje de sujetar. El individuo lo mira de arriba abajo con una ceja enarcada, me mira a mí, y luego se mira a él.
— ¿Este es tu novio? — Lo señala despectivamente, — porque no lo parece.
— Sí, lo soy. — Dice Teo. Le rodeo con los brazos la cintura.
— Pues vaya novio que deja a su novia sola en una fiesta. — Dice el chico.
— Claro que sí, — dice Teo ignorándolo, — toma cariño, — me mira y me tiende una botella de agua.
— Gracias. — Digo abriendo la botella doy un trago y se la devuelvo.
— Bueno, tío, yo solo te recomiendo que cuando una mujer te diga que no, no insistas, aún siendo un "no sé", tómatelo como un no. Si es un sí, ya se darán cuenta de lo lamentable que eres, pero solo en ese entonces cuando tengas su consentimiento y ella quiera. Tanto si es una mujer u otros, tienes que tener el respeto a todas las personas. — Miro a Teo embobada. Ahora que me fijo, es muy guapo.
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Noche de tormenta
Teen FictionImagínate que llevas años teniendo una meta con tu mejor amiga. Que lleváis soñando y planeando EL VIAJE DE VUESTRA VIDA desde que erais pequeñas. El que una noche os distrajo de la noche de tormenta, en ese entonces os aterraban, los truenos y los...