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3 días después de la catástrofe, Avril logró despertar aunque seguía sedada por los medicamentos.

La chica aún estaba desorientada, un poco confundida, sin contar el dolor insoportable de las quemaduras, pero apenas abrió los ojos lo recordó todo.

Recordó ver por el espejo retrovisor al auto de Daniel demasiado cerca en aquella curva, y cuando ella logró girar el volante para apartarse, ya era demasiado tarde.

Sintió el impacto desde su costado derecho, el automóvil dió varias vueltas antes de estrellarse contra la barricada.

Luego un gran resplandor y la gran ola de calor que la azotó.

El impacto la había dejado atontada, pero ver todo ese fuego a su alrededor la hizo entrar en pánico.

Debía salir de ahí.

Intentó quitar el volante, pero este ya había volado lejos. Bien, un problema menos.

Mientras intentaba pararse, el fuego se extendió aún más debido a los líquidos que botaba el vehículo.

Cuando finalmente pudo pararse sobre la estructura suspiró tomando valor para poder atravesar las llamas.

Era la única salida de aquel infierno.

Dió un salto pero no había sido lo suficientemente largo para pasar el fuego. Fue entonces que sintió sus piernas arder.

Al menos ya lograba divisar el otro lado.

Un último salto fue suficiente para salir del incendio. Del otro lado la esperaban los auxiliares quienes la bombardearon con los extintores pensando que alguna parte de ella estaba en fuego.

Ella cayó de rodillas al piso y luego en posición fetal.

Estaba completamente desorientada.

Recordó a un auxiliar preguntar si ella estaba bien, pero ella no podía decir nada.

Su cuerpo estaba sintiendo muchas cosas en ese instante.

Entonces llegó la ambulancia, cuando la estaban posicionando en la camilla sus ojos se cerraron.

Definitivamente había sido una jornada aterradora.

...

Avril abrió sus ojos por primera vez en el día.

La habitación estaba alumbrada por la luz que entraba por la ventana, además de algunas luces encendidas.

Ugh, esa habitación de hospital comenzaba a causarle náuseas.

Giró su cabeza hacia la derecha, esperando encontrar a su hermana mayor acostada en el sofá como lo había hecho los últimos días.

Pero para su sorpresa...

Era Daniel.

BETTER TOGETHER • Daniel Ricciardo •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora