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Luego de que la ambulancia se llevó a Avril, a través de las repeticiones todos en los pits seguían viendo cómo la chica caía de rodillas al piso sacudiendo sus manos tratando de aliviar el terrible ardor.

- ¿Cómo rayos salió de ahí? - cuestionó Charles aún viendo las repeticiones junto a todos los demás pilotos.

- Esto es increíble, viejo... Ella es increíble. - Lewis acarició su pecho tratando de calmar su corazón inquieto.

- Iré a hablar con Daniel... Él no está bien. - Max avisó y emprendió su camino al paddock de Mclaren.

Al entrar al paddock del equipo naranja, Max encontró a Lando siendo calmado por Carlos y a algunos ingenieros tratando de calmar a Daniel quien estaba teniendo un ataque de pánico.

- Dan... - Verstappen lo llamó.

Ricciardo al verlo saltó de su silla y lo abrazó.

- Todo es mi culpa, Max... - la voz de Daniel se escuchaba entrecortada.

- Fue un accidente, viejo.
No es culpa de nadie.

La mente de Daniel no podía comprender eso en ese momento.

Él solo podía pensar en que Avril estuvo al borde la muerte por una novatada que él cometió.

- Ella estará bien... Ella es fuerte.

Max había dicho eso pero muy en el fondo no estaba seguro de qué tan ciertas iban a ser sus palabras.

No sabía que tan graves eran las quemaduras de Avril, por ende, no podía estar tan seguro de que ella estuviera en buen estado.

Pero debía ser un pilar más para que Daniel no se derrumbase por ello.

La carrera fue pospuesta para el día siguiente y se le pidió disculpas a la fanaticada que había asistido para ver una carrera.

...

Unas horas después, apenas el auto se detuvo en la entrada del hospital, Daniel salió disparado del vehículo para poder llegar lo antes posible hasta la habitación donde Avril reposaba.

Eran las 12:40 AM pero sus ojos estaban bien abiertos, sin una pizca de cansancio.

Enseguida las enfermeras le indicaron dónde Avril estaba y él tomó el ascensor hasta el décimo piso.

- Daniel espera...

La voz de Lando no pudo detenerlo de irrumpir en la habitación.

En la cual se encontró la peor imágen.

- Señor Ricciardo, no puede estar aquí. - el doctor encargado de Avril entró detrás de él.

Pero ya era demasiado tarde.

Ya Daniel había visto a una Avril inconsciente, con vendas desde la punta de sus dedos hasta sus codos, vendas en sus piernas y un collarín para estabilizar su cuello.

Él no sabía cómo reaccionar, o qué decir.

Su garganta estaba apretada, su boca estaba seca.

Lando lo sacó de la habitación mientras él seguía en una especie de trance o de shock.

Lo único que podía pensar era que Avril tenía que estar bien.

Ella debía pararse de esa cama para que él pudieran disculparse con ella.

Sino jamás se lo perdonaría a sí mismo.

BETTER TOGETHER • Daniel Ricciardo •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora