Su Hermano, y Yo #AH&L3

6. Traseros que pagan salarios

Narrador

Primer día del año y un momento histórico ha sucedido en la ciudad que nunca duerme, Nueva York.

Podemos encontrar la mayor calma observada en muchos años en la gran manzana, lo cual solo puede decir dos cosas, o un cambio en el estilo de vida caótico que habían estado llevando, o, que la mayoría de la ciudad sigue bajo los efectos de su resaca por el alocado año nuevo que ha llegado tan solo horas atrás.

Creo que sabremos cual es la más probable.

En uno de los más renombrados hoteles en la zona de Manhattan, podemos encontrarnos a una Olivia iniciando su mañana casi a medio día.

La cansada chica se dirige directamente al baño, dejando a su novio aun dormido profundamente en la habitación. Luego de orinar, cepillarse los dientes y lavarse el rostro tratando de borrar la horrible sensación que el alcohol genera en su cuerpo, frunce el ceño al observar su reflejo en el espejo del lavado dentro luminoso baño.

Abre los ojos acercándose más al reflejo asegurándose de que el sueño no le esté pasando una mala jugada.

Pero es real lo que está observando.

No puede evitar darse la vuelta y salir de nuevo a la habitación con intención de interrumpir la siesta de su "querido" novio.

Se detiene de golpe pensando como despertarlo, pero no lo piensa mucho antes de tomar uno de los cojines que decoraba la cama para lanzárselo directamente en el rostro al éste estar dormido boca arriba.

Drake no tarda en sentir el golpe sin inmutarse, pero abriendo uno de sus ojos, encontrándose a su novia de pie frente a él, de brazos cruzados y una vibra realmente seria para tratarse de ella.

— ¿Qué pasa? — No se da cuenta el mal que le hace a ella escuchar su ronca voz de recién despertado mientras se frota un ojo con la intención de dejar de verla borrosa.

— ¡Ésto! — Le grita ella colocándose de medio lado mientras apunta su cuello descubierto.

Drake frunce el ceño, pero al detallarla, se encuentra con algunas marcas rojizas en su piel, que seguramente no tardaran en volverse a un tono más violeta. Él se queda callado tratando de recordar exactamente el momento en el que le hizo esas marcas.

Definitivamente fue cuando llegaron a la habitación algo subidos de tragos a eso de las 4am.

Mentiría si dijera que no estaba algo consiente cuando le hizo esas marcas, porque realmente si sabía lo que hacía y ello se demuestra en que se encuentren solo en una zona en específico de su cuerpo.

— Que bonitas — Se limita a decir sin poder evitar el amago de una sonrisa mientras Olivia no cambia su expresión.

— Eres idiota — Le suelta ésta caminando hacia el espejo cuerpo completo de la habitación para observar las marcas en su cuello — ¿Cómo se supone que oculte esto?

Le pregunta de forma retorica con una actitud entre preocupada y molesta, aunque de una manera superficial.

— No ocultándolas — Drake suspira incorporándose en la cama y su novia no le responde — Es invierno... — Agrega al notar que no habla — Es normal verte con bufandas y sueters.

Trata de adivinar el humor de su novia, cuando ella se da la vuelta rodando los ojos, pero con una actitud más relajada que hace unos instantes.

La sigue con la mirada hacia la ventana en la cual se asoma antes de volver a la cama con él, donde se sienta recostada del cabecero con la mirada al frente unos instantes antes de girarla hacia él.