El lugar está en calma, un silencio abrazador prevalece por toda la habitación. Un poco de luz se está colando a través de las cortinas -la mejor invención de éste mundo, definitivamente-, pero no es lo suficientemente molesta como para obligarme a abrir los ojos aún.
Estoy acostada boca abajo en mi cama, luchando entre volver a dormir o despertarme de una vez por todas.
¿Adivinen cual va ganando?
La alarma de mi teléfono empieza a sonar desde la mesita de noche junto a mí, pero soy lo suficientemente rápida para levantar mi brazo y apagarla, para luego dejar caer el brazo por el lateral de la cama. Logro escuchar el pequeño y casi inexistente sonido de unas pequeñas patitas caminando por el suelo de madera.
Enseguida siento como algo empieza a mover mi brazo colgando, incluso, lame mi mano.
- 5 minutos más - Murmuro dándome la vuelta hacia el otro lado.
No me dura mucho la comodidad, antes de que Rubí se suba de un salto en la cama, para empezar a caminar sobre mí y lamer mi cara. Me giro quedando boca arriba con ella viéndome a un lado.
Al menos ya no se sube sobre mi estómago. La última vez que lo hizo me sacó el aire.
Ya no es tan pequeña.
- Eres muy insistente ¿Lo sabias? - Ladea la cabeza, mientras que yo ruedo los ojos mientras le doy un beso en la cabeza antes de levantarme de la cama.
Juro que lo que más me emocionó después de todos esos años en el insti y en la universidad, era que podría dormir hasta tarde. Lo pensé muy pronto, ya que no tuve nada de eso por entrar a trabajar antes de graduarme.
Qué vida la tuya.
¿Despertaste temprano hoy, entrometida?
Buenos días, para ti también.
Una vez me coloco las pantuflas, me dirijo directamente hacia el baño de mi habitación. Luego de cepillar mis dientes, decido entrar a darme una ducha. Espero que el agua se ajuste lo suficiente antes de entrar.
Al terminar, salgo con una toalla y mi cabello en un rodete directo hacia el armario. Tomo un vestido negro de tela gruesa abrigada manga larga que me queda un poco mas abajo de la mitad de los muslos, me meto unas medias negras pantis para el frio y me coloco un collar sobre el cuello del vestido.
Me coloco un poco de maquillaje, como rubor, mascara de pestañas, corrector y labial. Dejo mi cabello suelto con las ondas naturales que agarró por el rodete durante la noche.
Cuando termino, me voy directo a la cocina con Rubi siguiéndome, coloco un poco de comida en su plato que no tarda en devorar, mientras que yo, por otro lado, me preparo unas tostadas, tocino y me sirvo un jugo de naranja, para desayunar mientras veo un programa de chismes en la TV.
Cuando ya he terminado de recoger y lavar lo poco que ensucie, el timbre suena. Veo la hora antes de salir corriendo a la entrada, en donde tomo la correa de Rubi y se la coloco justo antes de abrir la puerta.
- ¡Buenas días, señorita Olivia! - Molly me sonríe mientras que veo como en su mano tiene agarrada la correa del pequeño pug de la señora del 17B, yo solo la miro mal - Olivia.
Molly es una chica de 18 años que vive en el edificio de al frente. Sus padres manejan un local de cuidados para animales y ella al parecer heredó el mismo amor, porque suele trabajar cuidando a las mascotas de todos en mi edificio durante el día.
- Buenos días, Molly - Le sonrío tomando el pequeño bolso que tengo siempre junto a la entrada.
Cargo a mi pequeña Rubi para darle un poco de amor antes de bajarla y entregarle la correa junto con la mochila a Molly.
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Su Hermano, y Yo #AH&L3
Ficção AdolescenteTercer libro de AH&L Es necesario leer los otros dos libros para entender. Han pasado años, desde el momento en el que Olivia tuvo que partir de su natal y soleado Los Ángeles, camino a su nuevo destino: Boston. El tiempo ha pasado, su vida ha cambi...