Extra: Austin y Erin

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Narrador

Al mismo tiempo que sucede la fiesta de Maddie en Boston, podemos encontrarnos con una escena muy distinta en Nueva York, en dónde en un bar de una de las avenidas principales de Brooklyn, Erin se encuentra empinándose su segunda margarita de la noche, a pesar no haberse sentado hace más de 15 minutos en el taburete de la barra.

A su alrededor la gente conversa en grupos, otros bailan en un pequeño espacio que funciona como pista de baile, pero ella no hace más que ignorar su alrededor, enfocándose en si misma, en su propio dolor, en su propia miseria. Sintió que no tenía ánimos de ir a Boston a celebrar a Maddie, pero usó el trabajo como una excusa. No podía ir y pasar tiempo en el mismo lugar que Hunter, no después del torbellino que seguía en ella desde su ruptura.

Y que se volvió aún peor después de haber pasado una noche con Austin hace un par de semanas.

Mierda.

No ha dejado de pensar en esa noche. Fue muy buena, pero no como ella recordaba que era tener un polvo con el pelirrojo. Tal vez fuera por el tiempo que estuvieron separados.

Si, tal vez.

Suspira antes de darle el último trago a la margarita, considerando seriamente si será correcto pedir otra. Al fin y al cabo, es sábado, no hay mucho por hacer mañana más que pasar una borrachera.

Si, tal vez eso ayude a apagar mi mente, piensa.

Todo es un caos. Su situación con Hunter, con Austin, su vida en general se ha vuelto un huracán del cual solo busca escapar, pero claro que de la vida no ha podido. No había tenido un desastre tan grande desde aquellos días que tanto recuerda con odio y dolor. Aquel tiempo en dónde todo era negro para ella. Cuando estaba aún tan joven, pero a la vez tan rota.

Echa un vistazo a su alrededor, pero todo parece desentonar con como se siente. Tal vez si deba ir a casa y emborracharse en un lugar seguro para ella. Se pone en pie después de dejar un par de billetes debajo del vaso, decidida a irse, pero no da más de un par de pasos lejos de la barra, cuando choca con una fuerte pared, aunque en realidad es un pecho humano.

De hombre, siendo más específico.

—Cuidado — Advierte ella colgando su bolso en el hombro sin verle el rostro aún.

—Claro, preciosa — Dice una voz que le hace poner los bellos de la nuca de punta.

Esa voz, piensa. No, no podría ser. Es imposible que sea esa voz.

Levanta la mirada temerosa, encontrándose de frente con el dueño de muchas de sus pesadillas en el pasado, aquel que arrebató tanto de su enniñada y dulce personalidad, extraviando las partes donde ella nunca pudiera volverlas a encontrar. 

Es Tedd. Su ex de la adolescencia.

Aquel por el cual se alejó de su ciudad natal, dejando a su madre y todo lo que conocía, queriendo escapar del dolor y los recuerdos que el pase de él por su vida, dejó.

No lo piensa ni un segundo para rodearlo, queriendo crear la mayor distancia posible con él.

—Erinneth, espera — Sienta como toma su brazo deteniéndola — Casi no te reconozco — Casi me salvo, piensa Erin ante esas palabras — Que bueno verte. Me gustaría hablar contigo.

—No puedo. No tengo tiempo — Trata de zanjar apartando su agarre y dando otros pasos lejos.

El miedo en ella es casi evidente. No quiere estar cerca de quien tan insegura la volvió, de quien tantas dudas creo en ella, y sobre todo, de quien la golpeó años atrás en medio de una discusión.

Su Hermano, y Yo #AH&L3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora