Obliviate

Capitulo 8 Misión

Harry se encontraba midiéndose el traje para el gran día de su boda, solo faltaban 8 días, no podía negarlo, a veces dudaba de que hiciera lo correcto, sobre todo cuando Hermione se mostraba tan en contra de que se casara, ella siempre sabia cuando algo estaba mal, sabía que la chica trataba de no tocar el tema porque quería respetar su decisión, pero ¿cómo podría estarse equivocando?, se casaba con su gran y primer amor, con la hija de unos padres que lo habían adoptado a él como un hijo, unos padres que por primera vez le hicieron sentir lo más parecido al cariño, ella era la chica que lo había esperado por tanto tiempo, pero sobre todo, como iba a negarse la posibilidad de por primera vez tener su propia familia, algo propio de él...

—Porque tan pensativo — Ron lo observaba mientras también se probaba su traje, había intentado evitar a Harry todos esos días por lo que sabía de Ginny, pero ese día no supo que mentira inventar cuando Harry se presentó temprano en la madriguera y le pidió que lo acompañara.

—Nada, solo estoy nervioso — confeso el moreno.

—Mmm supongo que es normal, mmm Harry, ¿no te has arrepentido? — esperaba que la respuesta fuera que si, le suplicaba a Merlín que fuera así, no quería ser el que echara a perder la boda.

—Sí, la verdad si, jajaja — Harry sabía que podía ser honesto con él. — Son solo los nervios.

—No crees que deberías pensarlo mejor — insistió el pelirrojo, estaba buscando la forma de confesar. — Harry yo debo decirte....

—Hermione también piensa que cometo un error — Harry interrumpió a su amigo.

Ron se quedó callado, lo invadieron los celos, él siempre ha creído que entre ellos hay un sentimiento más que de amigos, suponía que Hermione se oponía a la boda porque sabía que así lo perdía para siempre.

—Si verdad son solo los nervios, hasta yo estoy nervioso y no soy el que se casa jejeje — fingió alegría el pelirrojo y palmeo la espalda de su amigo.

—Si lo sé, tu hermana me hará el hombre más feliz del mundo, lo sé — dijo ya más tranquilo Harry.

El pelirrojo trago en seco, esperaba no estarse equivocando, pero en ese momento sus celos eran más importantes.

En la mansión Malfoy...

—Narcisa voy a regresártelos intactos — decía Severus.

—No Severus, ya te dije que cualquier libro que quieras consultar puedes hacerlo aquí, ningún libro sale de mi casa, eran el mayor tesoro de mi difunto marido — Lucios Malfoy había muerto después de la guerra defendiendo a su familia, pues los mortifagos que habían logrado huir y habían descubierto que Narcisa le había mentido a Voldermort, los habían casado por todo el país para matarlos por traidores, y en un último acto de redención Lucios Malfoy había muerto defendiendo a su familia.

—Está bien Narcisa, pero los libros no los consultare yo, lo hará la señorita Granger, ¿tienes algún inconveniente? — dijo derrotado Severus, sabia como era necia Narcisa.

—Hermione, mmm no, no tengo inconveniente, ¿pero ella querrá Severus? — pregunto con gracia

—Lo hará, conociéndola bien, ganara más sus deseos de poner su manos sobre libros tan antiguos, que sus prejuicios.

— ¿Ok y cuando será? — lo interrogo la señora.

—Lo más seguro será el martes, se lo aremos saber a ella el lunes — explico él. — ¿Van a ir? Pregunto Severus cambiando de tema al tomar la invitación que encontró sobre la mesita de estar.

—Me resulta extraño que fuéramos invitados, pero aun no lo sé, es un día especial Severus, me resulta raro que escogieran precisamente ese día para su boda. — Narcisa ni por todo el oro se hubiera casado esa fecha.