Capítulo 12

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La agradable calma de un domingo a la tarde. Leo solía disfrutar de esto muy pocas veces. Prefería salir con sus amigos a cualquier lugar que estuviese lleno de gente y perderse entre la muchedumbre, haciendo lo que fuese que le resultase lo suficientemente divertido como para entretenerse. Pero hoy esto no era así.

Leo había decidido saltarse un día de picnic en el parque con el resto de sus compañeros para quedarse en casa viendo su serie favorita. La nueva temporada se había estrenado y, como ninguno de sus amigos la veía, debía abstenerse a mirarla solo. No era como que le importase demasiado; de hecho, sintió un gran alivio cuando le dijeron que se irían, puesto que de esa forma no habría ruidos que lo interrumpiesen mientras se pasaba toda una tarde entregado a terminar el show.

Así que, se preparó unas palomitas, se tapó con la manta más suave y calentita que tenía y comenzó. Ya desde el episodio uno se mostraba prometedora; un nuevo éxito para la producción que la hubiese hecho. No entendía cómo a sus amigos no les interesaba, pero bueno, no era su culpa que la gente tuviera malos gustos.

Y, por primera vez, disfrutó de la paz y quietud, concentrado únicamente en lo que ocurría en la trama que le mostraba la gran pantalla, habiendo acabado ya el episodio número cuatro.

Sin embargo, su burbuja se rompió cuando ese maldito sonido empezó a reclamarle su atención.

Le estaban llamando.

—Espero que alguien se esté muriendo. Si no, quien sea que sea conocerá mi puño —dijo a la nada, para luego pausar la serie, tomar su celular y contestar. Por el enojo y el desinterés, ni se fijó quién era la persona que lo había contactado.

Se sorprendió cuando escuchó a Cáncer al otro lado de la línea.

—Hola, Leo —saludó tímidamente, como si estuviera avergonzada. ¿Avergonzada de qué?, se preguntaba en su mente. No es como si fuese la primera vez que lo llamaba.

—¿Cáncer? ¿Qué ocurre? ¿Sucedió algo grave? —respondió. No quería sonar tan insistente, dando a entender que no estaba muy contento de que estuviese solicitándolo a él, pero no era reconocido por ser la persona más controlada del mundo.

—¡No, nada de eso! —contestó, subiendo más el tono de voz. «Mismo tono que usa para minimizar sus problemas», pensó, lo cual solo hizo que se preocupara—. Es solo que... Bueno, es que...

«Definitivamente está avergonzada».

—Cáncer, ¿qué te pasó?

—¿No estabas viendo una nueva temporada de ese show que te gusta tanto? Sí, sí... Deberías seguir viéndolo; yo me las arreglaré. No te preocupes, en serio.

—Cáncer —demandó otra vez, con más fuerza. Se alivió cuando escuchó un suspiro de la chica, en señal de rendición.

—Bien. Les informé al resto que volvería a casa —inició, aún con indicios de vergüenza en cada palabra que formulaba—. Que me encontraba algo cansada, ya que no había dormido demasiado anoche, e iba a ir a descansar. No quería arruinar el ánimo del grupo; se notaba a leguas que no tenía suficiente energía.

Leo escuchaba con atención. Si bien al principio se hallaba un tanto exasperado y molesto por haber tenido que detener su maratón, ahora estaba preocupado. Cáncer era la más callada del grupo; siempre andaba viviendo en su propia nube, y por más que su sensibilidad y vulnerabilidad eran características suyas muy presentes y conocidas, era difícil que salieran a la luz tan a menudo, puesto que ella solía encerrarse como en una clase de caparazón mental para que nadie se enterara de su sufrimiento hasta que eventualmente se llenaba y explotaba, y todas las cosas que ocultaba detrás de un rostro relajado y atento salieran en forma de llanto. Le gustaba saber que con el paso del tiempo ese caparazón dejó de ser tan resistente, siendo más comunicativa luego de años de forjar confianza, solo que no era común que Leo fuera a quien le comunicara de lo que la acongojaba. Por lo general, era a Piscis o a Libra, incluso a Aries o a Escorpio. Leo no era el primero que debía de aparecer en su lista para conversar de algo que la avergonzase, pero sabía que si Cáncer te confiaba ese algo, tenías que guardar silencio y escucharla.

The disaster squad (signos zodiacales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora