Me preguntaba si debía decirle o no a Claude lo que había hablado con Abraham, porque yo lo consideraba importante pero tal vez no lo sea tanto.
— Claude. —Lo llamé, él respondió con un ruido sin dejar de mirar a la carretera.— ¿Si yo siguiera siendo amiga de Abraham, te molestaría? —Pensé que la respuesta era obvia, pero aún así quise preguntarle.
— Sí, me molestaría y mucho. —contestó sin expresión alguna.— Pero no haría nada, solo dejaría de verte de la misma forma. —Fruncí los labios.— ¿Por qué?
— Solo es que me ha mandado muchos mensajes para hablar sobre algo importante, seguro será para él nada más y me daba curiosidad saber que era. —Escondí mi celular entre mis piernas.— Pero si te molestaría es mejor que no lo haga, tú eres mi mejor amigo, te soy fiel a ti. —Esbozó una sonrisa de oreja a oreja y me revolvió el cabello.
— Si quieres hablar con él, hazlo. —Al detenerse en un semáforo en rojo me volteó a ver.— Solo no hagas planes a mis espaldas. —Rió levemente.— Tampoco me hagas salir con él, sería incómodo. —Se rascó la nuca.— Ya no quiero tener nada contra él, después de todo, fue Hera quién eligió engañarme. —Suspiró.
El semáforo se colocó en verde y Claude volvió a mirar al frente para seguir conduciendo. No quería obligarlo a estar con Abraham si no quería. Yo solo iba a ayudar a Abraham a elegir su traje y después no volvería a hablar con él sabiendo que todo lo que lo involucre tenga que ver con Hera.
— ¿A donde nos vamos a comer para gastarnos todo el sueldo de Arnold? —cuestionó alegre.
— Vamos a un restaurante del norte, ahí hay unos que tienen una recomendación buenísima. —le respondí juntando las palmas de mis manos, Claude asintió sonriente.
Y mantuvo esa sonrisa por el resto del trayecto.
Al llegar al lugar, todas las mesas estaban ocupadas, pero para nuestra suerte, una pareja se encontraba retirándose de su mesa. Nos sentamos y un mesero nos entregó el menú para pedir una entrada. Cuando el mesero se retiró de la mesa Claude se movió un poco y sacó el celular, abrió la cámara y nos tomamos una foto.
— La primera foto que tomo y publico después de dos meses. —Escribió algo en el celular y lo dejó a un lado.— Hoy ha sido un día muy tranquilo, quiero que siga así. —Tomó aire y el mesero se acercó a la mesa para dejarnos unas copas de vino. —Gracias.
— Me alegra que haya sido tu primer mejor día después de un rato largo. —Alcé la copa un poco.— Brindemos por eso. —Sonreí.
— Corrección, no es el mejor día, es la mejor noche. —Las copas se juntaron e hicieron su característico ruido.— Porque todo es mejor cuando te tengo a mi lado. —Bebimos un trago corto al mismo tiempo y volvió a mirarme.— A pesar de todo, Vázquez, no sabes lo importante que eres para mi.
— Y tú lo eres para mí. —Tomé su mano.— Siempre voy a estar contigo y créeme cuando te digo que nunca más haré algo para perjudicarte. —Aún se veía triste pero sabía que todo iba a mejorar.
— Te creo, en serio, sabes que confío en ti más que en cualquiera. —Apretó mi mano y asentí feliz.
La noche iba bien, hablamos por mucho tiempo, la comida estaba riquísima, nos reíamos, hasta dijo que era uno de los mejores cumpleaños de su vida. Los dos compartíamos más que antes, no sé si fue realmente su mejor cumpleaños pero para mí si lo fue, sentía que estaba protegiendo a Claude después de tanto tiempo al verlo sonreír tanto, sonreír de verdad, no de esas falsas que lanzaba cuando le preguntaba si estaba bien y lo que hacía era pensar en Hera.
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Otro personaje.
Ficțiune adolescențiLa historia de el personaje secundario en un relato de amor. Supongo, que aunque a veces duela tanto que sientes que mueres por dentro, debes dar tu mejor sonrisa ¿No?