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Podía verla a través de las cámaras de seguridad, siempre iba a lado de Hecate, a donde quiera que fuera, parecía entusiasmada por su trabajo, aunque me pregunto, cómo una mortal puede ver a los muertos?
Ambas llegaron hasta mi oficina a dejarme papeles para firmar, y la miraba de reojo.    -Qué tal tu segundo día, Anne?-     -Fantástico, es muy interesante- respondió sonriendo. Creo que es hora de acercarme a ella.

Al finalizar la jornada iba camino a la tienda por comida para perros, y la miré caminando por la calle con su mochila, acerqué el auto y bajé el vidrio.       -¡Anne!-     -Señor Maxwell- contestó volteando a verme.     -Quieres que te lleve hasta tu casa?-       -No puedo pedirle semejante favor-     -Vamos, no es molestia, con gusto lo haría-
Ella subió al auto y ajustó su cinturón de seguridad, parecía algo nerviosa.       -Tranquila, no te voy a raptar-      -Estoy segura de que no-      -Y dime, vives con tus padres?-      -En realidad ya no, me mudé aquí en Manhattan para poder entrar a la universidad-      -Y qué estudias?-     -Leyes-      -En serio? Serías una excelente abogada para nuestra empresa-      -Eso suena genial- contestó y reímos un poco. Vaya que me siento patético, no sé qué más preguntarle o platicar.        -Siempre en la empresa se siente tan frío?- dijo rompiendo el hielo, tiene iniciativa.       -Si, nosotros ya estamos acostumbrados, el calor nos pone de mal humor-   reí.      -Bueno, es verdad-       
Vaya que vive lejos, mi piel comenzaba a tomar el tono pálido real, no puedo alejarme tanto del inframundo o tomaré mi forma verdadera.
-Es aquí, muchas gracias... amm, se siente bien usted? Se ve pálido-      -Sii- respondí nervioso.       -Te veo mañana en la oficina, que pases buenas noches- volví a decir.      -Gracias, hasta mañana-
Entró a su casa y regresé al edificio, en el camino compré un costal de comida para perros. Subí hasta la penthouse y me dejé deslizar por la puerta hasta llegar al suelo.
-Por Gaia, no sé cómo acercarme a ella, hace siglos que no empiezo algo así. Qué debería hacer, Cerbero?- dije mirando al perro que se acercaba a mi.       -Te sientes incómodo así, cierto? Con una sola cabeza, pero debemos mezclarnos con los mortales-   El perro comenzó a llorar.      -Esta bien, tú ganas- dije, utilicé mi poder para darle la forma verdadera a Cerbero, apareciendo sus otras dos cabezas.

En eso, comenzó a radiar luz solar en el edificio.    -Debe ser una broma, qué está haciendo ella aquí?-   Tocaron el timbre de mi puerta y abrí.      -Hola, Hades-      -Hola, Leto-
No sé a qué vino esta titán a mi casa, ni mucho menos sé cómo entró a este edificio, pero sé que se trata de algo importante.
-A qué debo tú visita?-      -Bueno, escuché que sólo quedas tú, y me gustaría aclarar eso-      -A qué te refieres con qué sólo quedo yo?-      -No lo sabes? No sabes lo que hizo Hera?-     -Bueno, sé que tiene una relación con una mortal...-
Me cayó la indirecta, estoy tratando de estar en las mismas.      -Tenía-      -A caso no están juntos?-      -Vaya que estas desinformado-     -Pues lo siento, tengo mucho trabajo aquí-      -Tú fuiste desterrado del Olimpo para estar sólo en el inframundo y cuidar del Tártaro. Después del sacrificio que hizo Hera, sólo los dioses del Olimpo murieron, entiendes eso?-       -Recuerdo que Zeus asesinó a Perséfone frente a nuestros ojos, y cuando combatí con él, me desterró, pero no sé del supuesto sacrificio, que fue lo que hizo ella?-      -Asesinó a Zeus para que finalmente el resto de los dioses descansaran y su maldición con el humano terminara- dijo. Eso me impresionó mucho, no tenía idea de que todos ellos murieron.

-Pero, porque nadie llegó aquí?-     -Bueno, es que ellos, ahora son hechos piedra- 
Que extraño, ni siquiera noté la ausencia de ellos, y me da gusto de que Zeus haya muerto. Eso me deja siendo el único Dios de la primera generación, y el último de los seis traidores.      -Bien, ahora sabes que es verdad-      -Así es. También, te estuve vigilando, y me pareció que has puesto tú mirada en esa humana que es idéntica a Perséfone-       -A dónde quieres llegar?- pregunté y ella se levantó del sofá para encaminarse hasta la puerta.      -Has pensado en utilizarla como receptora para el alma de Perséfone?- respondió y salió.
Tiene razón, puedo utilizar a Anne para depositar en ella el alma de mi Perséfone, y así, seguir con nuestras vidas juntos.

HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora