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"-Varias ciudades se han visto afectadas por lo que muchos dicen: un gigante. Las personas han estado huyendo, las carreteras están saturadas de tráfico y la taza de muertes ha incrementado totalmente. Esta criatura no identificada ha estado atacando la ciudad de Manhattan. Muchos se preguntan, de dónde proviene? A caso es un castigo divino? Lo cierto es que, se alerta a todos los civiles que se resguarden y no salgan por ninguna razón. El ejército americano con ayuda de otros países han estado atacando a la gigantesca criatura, pero esta no se ve con daños...-"      Apagué la pantalla.

-Cronos está destruyendo el lugar- dijo Hecate.       -Y aún falta más-      -Qué vamos hacer?-      -No podemos siquiera dormir, ya son las 2:00 am. Yo... debo pensar en algo-       -Necesitaremos ayuda-       -Reune a todos, a Tanatos, a Keres, las Erinias, las Moiras, a Nix, a todos-       -Si- dijo y se fue.

Mi mente no podía divagar más allá del pensamiento obsesivo de Anne. A dónde se fue? Estará bien? Está sola allá fuera? Al entrar a mi casa, no había quien me recibiera, ni siquiera Cerbero. Pero se escuchaba un ruido, lo seguí y en la habitación de Anne, allí estaba ella.       -No digas nada, sólo estoy empacando mis cosas- dijo molesta, pero sin importarme, me lance sobre ella y la abracé. Anne no dijo nada, dejó de moverse y agachó la mirada.      -Es un alivio que aún sigas aquí- dije ocultando mi rostro entre su cabello.      -Sólo vine por mis maletas-        -... Es verdad, hasta cierto punto-      -Ya no digas nada-      -Cuando te miré por primera vez, quedé helado. Y si llegué a pensar en eso, en usarte, pero, a lo largo de estos meses que he estado contigo me di cuenta de que, eres especial. Tienes un don para ver a los muertos a pesar de ser una mortal, irradias luz en mi vida y me contagia tú sonrisa. Anne, me haces sentir vivo, amado y seguro. Entonces dejé a un lado eso planeado y, decidí comenzar a vivir contigo. Me quedo corto al decirte que me gustas, o que te quiero-      -Ya fue suficiente, Hades...-        -Te amo, Anne- en cuanto dije aquello, ella volteó a verme.         -De verdad, esto que siento es inefable, tanto que me aterra, pero ya no puedo ocultarlo. Te amo- volví a decir y ella me abrazó también.       -Y no sólo eso, quiero despojarte cómo mi esposa consorte-       -Me siento en shock- dijo sonriendo mientras se separaba de mi.      -Te lo digo en serio. Serías la reina del inframundo. Qué dices?-        -... Confío en ti, así que... si- respondió y me besó.

-En cuanto termine todo esto, tu yo nos casaremos- dije. Bajé al inframundo con ella. Estaba Hecate con algunos dioses y Titanes en la sala de juntas, y todos se encontraban alterados.
-Cómo sucedió esto?-      -Hades se suponía que debía de cuidar del Tártaro-      -Cronos está suelto-    -Todos vamos a morir-      -Qué haremos sin Zeus y el resto de la dinastía de los seis traidores?-       -Estamos vulnerables-      -Dejaron de existir los cíclopes y los cientobrazos-      -Quien nos ayudará ahora?-      -Estamos solos-      -¡¡Silencio!! Sé que esto es algo con lo que no contábamos, pero no podemos perder la cabeza, tenemos que recrear la fortaleza únicamente con los que quedamos-       -Pero necesitamos a Zeus, él fue quien lo derrotó-      -En realidad, él sólo dio el último golpe... Esto es lo que haremos, buscarán a cualquier Dios o titán que nos ayudó a vencerlo la primera vez, y lo unirán a la fortaleza...-         -No hace falta que nos busquen, con sólo sentir la presencia de Cronos en el aire, es suficiente para saber que estamos bajo ataque- dijo Febe acompañada de Temis y Tetis.      -Es bueno saber que están aquí-      -Lo que queremos saber, es quien nos guiará? Tú Hades? Eres el único que queda, el resto de tus hermanos no están-      -No queda más opción-

Todos fueron a recuperar su armamento, y a avisarle a los demás dioses. Yo regresé a su figura natural a Cerbero, ahora media metros de alto y libre con sus tres cabezas.      -Veo que ya arreglaste las cosas con Anne- dijo Hecate acercándose a mi.        -Si, pero ahora quiero darle prioridad a esto, sino, todos nos someteremos al reinado de mi padre una vez más-      -Debemos traer de vuelta a tus hermanos-       -Con Zeus y Demeter es imposible, ellos literalmente dejaron de existir, y con los demás, yo no puedo hacerlo, no puedo traerlos a la vida porque, yo soy la muerte- dije. Hecate paso sus manos por su cabello como sentido de desesperación.        -No somos suficientes-      -Eso lo sé, pero sabes? Conozco a alguien que si puede hacerlo- dije.

Los tres fuimos a ver a una titán, la casa era hogareña, se encontraba en Noruega.     -Vaya que le gustan las aves, por donde quiera hay- dijo Hecate. Llegamos hasta la puerta y una ninfa abrió.       -Ella los espera, pasen- dijo y entramos. Caminamos hasta la sala y allí estaba ella, sentada en el sofá leyendo un libro.      -Por fin llegaron... Siéntese- dijo voltando a vernos. Los tres nos sentamos en el otro sofá, no estaba presente Helios, así que era mejor para mí.
-Tea...-
-Antes de que empieces ha hablar, quiero disculparme por lo que provocó Helios. Fue un inmaduro que no pensó en lo que estaba haciendo, y provocó este enorme problema. Ahora mi hermano está suelto provocando desastre en donde quiera-      -Eso ya no importa-     -Claro que si, y como muestra, lo mandaré a pelear aunque él no quiera. También irá Selene y Eos representándome-      -Bueno, eso es de mucha ayuda. Pero la razón principal por la que viene, es que necesito un favor-       -Claro, dime-
-Necesito que traiga de vuelta a la vida, a mis hermanos- dije y ella alzó la mirada.

HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora