Vivir con Anne es maravilloso, cada mañana antes de irse a la universidad pasa a mi oficina a dejarme el almuerzo, y me da un beso de despedida. Casi siempre antes de irnos a dormir vemos películas antiguas, y a pesar de que dormimos en habitaciones diferentes, me siento seguro al saber de que ella esté conmigo.
-Oye Anne, ya tengo las palomitas...- dije entrando a su habitación y salí rápidamente. -Lo siento, debí tocar antes- volví a decir, pero esta vez muy apenado. -Está bien, entra; no es nada de que apenarse- dijo desde adentro. Poco a poco abrí la puerta y entré a su habitación. No sé por qué hice ese escándalo? Sólo se estaba poniendo sus mascarillas para el rostro. -Me sentí con mucha confianza y entré sin avisar- dije sentándome en su cama. -Bueno, no pasó nada malo... Oye, quisieras probar esto?- dijo volteando a verme, todo su rostro estaba cubierto de esa pasta color negro, me dio mucha risa. -Por qué te ríes? Es parte de embellecer- -Cómo quiera, no gracias. Yo no necesito esas cosas en mi rostro-
No sé porqué dije eso, a final de cuentas ella ganó, ambos teníamos esa mascarilla en el rostro. -No entiendo porque en cada película me ven a mi cómo el malo? ¡Soy muy pasivo!- dije algo molesto. -Sólo es una película- -Si, así que anota el nombre de "Furia de titanes" a la lista de películas que nunca volveremos a ver- dije y ella reía. -Por qué te molesta? Lo mismo dijiste de "Hércules"- -Es que odio que me vean cómo el malo, y esa película fue la peor. Sabes que ni siquiera Zeus fue un buen padre y esposo? Y no sólo eso, Hercules no era hijo de Hera- -¡Es un película de Disney!- -Y eso qué?- -Deben de formentar la "familia feliz" para los niños- -Qué pésima enseñanza- dije y ella no paraba de reír, yo la abracé. -De verdad, quita esa película- volvi a decir ya un poco más calmado.
Tú me inspiras, tú me llenas; eres esa mujer que me completa, Anne. Tú mirada es una explosión de sensaciones, eres dulzura, atrevimiento, ternura, calidez, travesura, osadía... con una sola mirada me seduces, mi querida. Con un pequeño gesto nos conocimos, con una mirada nos gustamos; después con un abrazo nos quisimos y con un beso... más nos íbamos enamorando.
Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos negros y el beso que de noche pones en mi mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas; y lo que más siento es no tener tú flor, pulpa o arcilla, para el gusano de mi sufrimiento. Sí tú eres el tesoro oculto mío, sí eres mi cruz y mi dolor mojado, sí soy el perro de tu señorío, no me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado.Luego de que ella quitó la película fuimos a lavarnos la cara. -Estúpida película- murmuré y ella rió. -El Dios del inframundo frutrándose por una película dirigida por simples mortales- -Querida, si por mi fuera, les daría clases de historia a todos ellos, pero no soy maestro- dije y ella dio un pequeño beso en mi mejilla. -Es la primera vez que me dices "querida"- -Bueno, sólo salió de mi decirlo- -Está bien- dijo. Caminó hasta la puerta para salir del baño de mi habitación, cuando la detuve tomándola de la cintura y la besé, ella se sorprendió, pero ya no puedo seguir ocultando esto que siento, la quiero y la respeto, pero hay veces en que el cuerpo tiene necesidades. El estar ella aquí viviendo conmigo, y dormir en habitaciones separadas, es como darle un pequeño sorbo de vino a un borracho.
¡Ten compasión, piedad, amor! ¡Amor, piedad! Piadoso amor que no nos hace sufrir sin fin, amor de un solo pensamiento, que no divagas, que eres puro, sin máscaras, sin una mancha. Permíteme tenerte entera… ¡Sé toda, toda mía! Esa forma, esa gracia, ese pequeño placer del amor que es tu beso… esas manos, esos ojos divinos
ese cabello pelirrojo y rizado, esa piel blanca, incluso tú misma, tu alma por piedad dámelo todo, no retengas un átomo de un átomo o me muero, o sí sigo viviendo, sólo tu esclavo despreciable seré. ¡Olvida, en la niebla de la aflicción inútil, los propósitos de la vida, el gusto de mi mente perdiéndose en la insensibilidad, y mi ambición ciega de tu seducción!Ella respondió a mi beso, y yo a ella. Entre mis brazos la tenía, y mientras nos besamos nos dirigimos a mi recámara, hasta llegar a mi cama, he ahí cuando la tuve en cuerpo y alma. Te desnudas igual que si estuvieras sola y de pronto descubres que estás conmigo. ¡Cómo te quiero entonces entre las sábanas y el frío! Enséñame, rehazme a fondo, avívame como quien enciende un fuego. Sólo un cuerpo como día derramado y noche devorada; la luz de unos cabellos que no apaciguan nunca la sombra de mi tacto; una garganta, un vientre que amanece cómo el mar que se enciende cuando toca la frente de la aurora; unos tobillos, puentes del verano; unos muslos nocturnos que se hunden en la música verde de la tarde; un pecho que se alza y arrasa las espumas; un cuello, sólo un cuello, unas manos tan sólo, unas palabras lentas que descienden como arena caída en otra arena…. Esto que se me escapa, agua y delicia obscura, mar naciendo o muriendo; estos labios y dientes, estos ojos hambrientos, me desnudan ante ti y tú furiosa gracia me levanta hasta los quietos cielos donde vibra el instante; la cima de los besos, la plenitud del mundo y de sus formas.
Me haces sentir vivo...
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Hades
RomanceQuiero sacarte de ese hoyo negro de la húmeda tierra, despertarte, armar tus fragmentos, coser tus heridas, quitarte el lodo de la cara, la cal de tus ojos y tu boca. Quiero tocarte, besarte, confirmarte y que duermas otra vez, o aunque seas ya peda...