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Al salir de la sala de juntas llegué hasta el escritorio de Anne.    -Terminaste?-     -Por supuesto. Ya es tu descanso?-      -En 10 minutos-     -Te doy esos 10 minutos más- dije.
Subimos a mi oficina, almorzamos mientras jugamos poker.       -No imaginé que fueras tan buena en este juego-      -Añade años de práctica a esto también- dijo riendo.       -Necesitaré años de práctica para ti- dije entre risas.       -Qué tal estuvo tú junta?-      -Algo extraña... Estoy rodeado de gente extra-       -Entonces soy extraña- dijo y reaccioné.      -No, no ,no. No es lo que quise decir.... Tú eres maravillosa... Demasiado para estar con alguien cómo yo-       -Qué sucedió en la junta?-      -Es más que nada la sobre carga de trabajo, es el problema principal, pero no el más fuerte-      -Hablaron de alguna otra cosa?-      -En realidad, me siento confundido por algo que dijeron-        -Quieres hablar de ello?-     -Aún no. Pero hablemos de ti, que tal te está yendo en este lugar?-        -Bueno, debo confesarte algo- dijo bajando sus cartas.       -Primero, ya gané- volvió a decir y reí, bajé mis cartas también.       -Y en segundo, me da mucha pena contarte esto, pero es verdad lo que dijiste al principio, en realidad soy extraña-       -Claro que no-       -Si, me he dado cuenta de algo, hoy en la mañana en el noticiero, dijeron sobre un accidente vehicular que sucedió, donde las personas que viajaban murieron, dijeron sus nombres y pasaron una foto de ellos. Ahora que estuve capturando nombres, miré el de esas personas en las hojas, y en la fila de espera que siempre hay, estaban esas personas. Maxwell, qué es este lugar precisamente? Y por qué puedo ver gente muerta?-
Debo confesar que eso me sorprendió, ya se dio cuenta de su don.

-Vaya, vaya, vaya... Tú eres el único que queda vivo- dijo Eris entrando.
Qué demonios está haciendo ella aquí?
-Creí que fui estrictamente claro con no volver a verte en este lugar- dije levantándome de mi escritorio.     -Si, así es, eso fue hace siglos. La condición del acuerdo ya caducó- dijo, caminé hasta quedar frente de Anne, para que nada le pasara.      -¡¡Entró sin permiso!!- dijo Hecate llegando.      -Ya lo puedo ver-      -No entiendo porqué estás protegiendo a esa mortal-       -A qué veniste Eris?-      -Vengo por tu puesto, sí ya todos los del Olimpo murieron, debo deshacerme de ti, y seré la diosa del inframundo, pero antes, debo de deshacerme de esa mortal- dijo. La oficina se comenzó a ver más oscura, y Eris poco a poco fue convirtiéndose en un ave grande de plumaje negro, al finalizar tomó a Anne lanzandola por el cristal de la ventana quebrandolo. Rápidamente me lancé para alcanzarla. La tomé de su mano y con mi mano derecha me sostenía del borde de la ventana.

-Maldición, estamos muy alto- dije, Anne gritaba de lo asustada que estaba.    -Hecate, ayudanos- dije.      -¡Un momento, estoy peleando!-       -Hecate los humanos nos están mirando colgar-     -¡No quiero morir!- dijo Anne llorando.     -¡Hecate!-       -¡¡¡Maldita sea, Hades. Utiliza tú poder!!!-       -Hades?- preguntó Anne.       -Escucha, Anne. Me soltaré pero no te asustes, te explicaré todo-       -No te sueltes, por favor- dijo. Me solté y poco a poco iba bajando, la tomé entre mis brazos y llegué hasta el suelo a salvo con ella.
-Bien, ya estamos a salvo, An...-  Miré que se desmayó.    -Ay no-    Me teletransporte hasta la sala de descanso para dejarla a salvo, luego me fui a la oficina donde seguía Hecate peleando contra Eris.

-¡Ya basta, Eris!- dije apareciendo mi bidente, y ataqué.
-Te quiero muerto Hades, como todos tus hermanos-    
-Hecate, ve por el jarrón de los condenados- dije, Hecate obedeció mientras yo seguía peleando contra ella, hasta llegar al punto de causarle heridas abiertas y quemaduras.     -Aléjate, Hades-        -Sé que nunca me podré llevar tu alma, pero al menos te tendré encerrada por siempre- dije tomando el jarrón y la encerré en él.
Hecate estaba algo herida y me acerqué rápidamente a ella.       -Estoy bien, puedo curarme-      -Segura que lo estás?-    -Si, deberías preocuparte más por Anne-       -No tardaré, iré por ella- dije. Corrí hasta la sala de estar, ella aún seguía inconsciente, así que la cargué entre mis brazos y la llevé hasta mi oficina, o mejor dicho, lo que queda de ella.  
-A caso se desmayó?- preguntó Hecate.     -Si, cuando bajé, al darme cuenta ya se encontraba inconsciente-        -Lo bueno que no resultó herida. Iré a dejar este jarrón al Tártaro, te dejó aquí para que hables con ella acerca de esto, creo que ya no podrás inventar nada para ocultar quien eres-      -Es verdad, creo que ya es tiempo- dije. Hecate salió y en eso comenzó a despertar Anne.

-Te encuentras bien?- en cuanto dije eso, ella colocó su mano sobre mis ojos.    -Qué haces?-      -No quiero que me veas llorar- respondió.      -Oh, Anne. No tiene porqué darte pena- dije quitando suavemente su mano y pude observar que en verdad lloraba.
-Es sólo que, nunca me sentí tan asustada. Y ahora, estoy muy confundida, no sé nada de este lugar, ni quien era esa persona... Y sobre todo, quien eres tú?-
Me dolió escuchar lo último.
-Sé que no he sido lo suficiente sincero contigo, y te pido que me disculpes por ello, pero te contaré todo-
Me senté a lado de ella y comencé a decirle la verdad, que este rascacielo es el inframundo, quien soy yo, quien es Hecate, y todos los demás. Ella parecía muy sorprendida y no me creyó, pero al mostrarle un poco de mi poder, asimiló la realidad.

HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora