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No sabes lo mal que lo pasé todo ese tiempo, sentía un dolor en el pecho con cada día que pasaba y no sabía nada de ti, por un momento creí que te habías cansado de mí.

Hasta que tocaron la puerta y cuando lo abrí, ahí estabas tú, con un gran ramo de flores en mano, te veías nervioso.

Lo siento, debí haberte buscado antes, ocurrieron muchas cosas, por favor perdóname.

Sonabas tan arrepentido y ni siquiera dudé.

A pesar de lo dolida que me sentía, no pude evitar perdonarte inmediatamente, me dolia más verte de esa manera.

Te abracé temiendo que desaparecieras (que me dejaras otra vez) y te dije que no importaba, que entendía.

¿A quién trataba de engañar? A mi misma al parecer, porque dolía, dolía muchísimo, y de todas formas me guardé todo para que no te sintieras mal.

Nuevamente todo volvió a la normalidad, pero esta vez te sentí un poco distante, me evitabas cada vez que me acercaba demasiado.

No dije nada, no quería molestarte con algo tan tonto.

Seguí diciéndome que era por que eras Kazekage, que era por que tenías que velar por la aldea y que tenías cosas mucho más importantes por hacer.

Después de todo, yo era solo una civil común y corriente y tú tenías una gran carga encima.

En comparación con el bienestar  de Suna, yo solo era alguien sin importancia (¿Y cuándo demonios llegué a pensar así de mí misma?).

Para GaaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora