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Trate de enterrar mis sentimientos porque no estaba segura de si tú sentías lo mismo y no quería dañar nuestra amistad.

Pero me lo confirmaste el día que te nombraron Kazekage. Cuando te acercaste a mí y me pediste salir, en ese entonces ambos teníamos 15 años, sin embargo fue el mejor día de mi vida.

Y con toda la felicidad del mundo, acepté.

Todo iba tan bien, que no debi sorprenderme cuando empezaste a actuar extraño después de que conocí a Hotaru, recuerdo que no me hablaste por una semana entera.

Eso dolió ¿sabes? Me sentí mal, ¿por qué te alejaste?, solo era un amigo.

(Ese día considere no ver más a Hotaru para que no te molestaras.)

Cuando arreglamos las cosas, todo volvió a la normalidad, o eso creía.

Debo admitir que era divertido verte celoso cada vez que me veías hablando con él, aunque trataba de evitar estar a solas con él por miedo a que me dejaras de hablar otra vez.

Cuando cumpliste 18, se realizó una reunión con el consejo de ancianos. No te ví en todo el día.

Habíamos hecho planes y no asististe. No me molestó porque sabía que tenías deberes como Kazekage, así que no tuve inconvenientes con que no aparecieras, a veces no aparecías porque tenías muchas cosas que hacer (aunque eso no lo hacía menos doloroso). Pero después de que pasaron tres días y no volviste a aparecer, me preocupé seriamente.

Fui a buscarte, y cuando llegué a la torre, me prohibieron el paso.

No entendí lo que pasaba y eso me asustó. ¿Había hecho algo malo?

Por un mes entero no supe nada de tí. Y eso me destrozó.

Para GaaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora