Capítulo 3: Orgullo y prejuicio

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Felicité miró a Ethan y le dijo -No importa a dónde vayamos, si vamos en tren, en tu autocaravana o en avión, tampoco me importa si vamos a Noruega, a Italia o aquí Gunqua. Estoy segura que si es contigo será maravilloso. Que sepas Mon Cheri, que si la felicidad estuviese en un lado, la mía probablemente estaría a tu lado.

-Oh vamos, me sonrojo. Bebé, no me puedes decir esas cosas sin avisarme- Dijo Ethan riendo.

-Pues llevo haciéndolo durante un par de años- Añadió Felicité, y se pusieron a hacer la cena (después del ataque de Ethan se quedaron dormidos, pero se despertaron para la cena.) Así que Felicité se puso a hacer la cena.

-¿Sí? Pues no dejes de hacerlo nunca- Dijo Ethan por lo bajito, Felicité puso la comida en el microondas, cuando paró cogió dos platos del armario de dónde estaba la cocina, los dejó en la mesa (sólo cabían dos personas).

-Me gusta pasar tiempo contigo.- Añadió Ethan, hablaron de clase, del futuro, de los planes del grupo de amigos, fue raro porque Ethan no se acordó de Olivia en ningún momento. Y así hasta que acabaron de cenar y fregaron los platos entre los dos.

-¿Quieres ver la tele en la cama?- Felicité asintió con ganas. así estuvieron hasta que ahora sí, se quedaron dormidos (con el pijama ya puesto, Felicité llevaba una camiseta de Ethan que le quedaba cómo un vestido corto, a mitad del muslo).

En cuanto a Derek y Felicité, la tarde fluyó cómo siempre, vieron series, salieron a pasear por los jardines, la hora de los mimos antes de que Derek se fuese para su casa.

-Buah Dee, eres un sol- Dijo Adrianne riéndose, acabó besando la mejilla de Derek.

-Me voy a casa, princesa.- Acabó diciendo Derek, así fue. Se fue a casa contento porque su gran amor platónico le había dado un beso, en la mejilla, pero oye, algo es algo. Al dejar el coche aparcado, entró por la puerta de atrás y vio que las luces de la caravana estaban apagadas, excepto una muy tenue que necesitaba Ethan para dormir. Se preguntaba si debía intentarlo, si realmente le importaba tanto Felicité, al tener el pensamiento de perderla, una lágrima involuntaria cayó de sus ojos azules. Decidió que sí hablaría con ella, pero por la mañana. Ya había perdido el orgullo lo suficiente (al menos por un día).

Salió el sol, el pueblo se puso rápidamente en movimiento, las tiendas levantaban la persiana, los panaderos amasaban pan y lo ponían para llevar, las luces de las farolas se apagaban a medida que la luz se iba haciendo más notoria. Derek, caminó varias veces a la autocaravana, y se devolvía a casa totalmente frustrado, no sabía si iban a ir al instituto o no, porque no veía movimiento dentro. Al final, al cabo de una media hora, tocó la puerta y le abrió Ethan, adormilado total.

-Oye Derek, eres mi hermano. Si lo quieres arreglar, me parece perfecto, pero no la cagues más. No voy a permitirlo, no se lo merece.- Dijo Ethan haciéndose a un lado, dejando que su hermano mayor pasase. Derek vio a Felicité en la cama, sentada en la cama, con el móvil en la mano. levantó la vista y al ver a Derek se sorprendió. Derek se sentó en la cama deshecha y preguntó  -¿Habéis dormido juntos?- Felicité lo miró con cara amarga y respondió -Sí. ¿Algo más?- Derek miró los ojos verdes de la muchacha y dijo -Sé que lo que hice estuvo mal, y más cuando has estado para mi siempre. Si que es verdad que no me gustas, porque te veo cómo a mi hermana o cómo amiga, y no me puedes culpar por eso. Si que me puedes culpar por ser gilipollas y por no haberme disculpado en cuanto lo dije- Empezó a sollozar, jugaba con sus manos y siguió hablando ante los ojos sorprendidos de Felicité -Pero por favor, no te vayas de mi vida. Sé que soy mal amigo y que soy malo en casi todo, y sé que te he tratado fatal pero eres a la única que realmente tengo.- Al acabar sintió que cuarenta elefantes se habían bajado ya de su pecho, le costaba respirar, Felicité le respondió - Derek, no te voy a dejar aunque tú siempre me estés dejando- Terminó de decir Felicité mientras le acariciaba el brazo y ahora fue el turno de Ethan.

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