Capítulo 8: Vieja gloria.

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-¡No! Derek, baja un poco el ritmo. No puedo seguirte.- Dijo Felicité de tan solo 11 años. El pequeño Derek de 12 años, le respondió -Vale, vale. Pero sólo porque eres tú. Pero date prisa, que llegaremos tarde al parque. Y ya habrán ocupado el balancín.- Al terminar de decir eso, ambos se pusieron a correr, dejando atrás a sus madres.

Cuando llegaron ocuparon el balancín, el ojiazul dijo -Me lo paso tan bien contigo, no te cambiaría por nada, ni nadie. Literalmente, si yo te digo de saltar, saltas. Si te digo de acompañarme, lo haces. Ningún amigo que he tenido ha hecho eso. Son todos unos muermos. Todos.- Hizo una pausa ante los atentos ojos verdes de Felicité.- Todos menos tú, Fify.- Ella rió y lo miró sintiendo mariposas, que intentaba acallar con todas sus fuerzas.

Derek extrañamente se acordó de eso, desayunando. Porque Ethan le compraba las galletas que desayunaba Felicité, para tenerlas en casa. Y recordó a esa niña, de ojos verdes, de pelo castaño, con ondas, pequitas.

-Hola, Derek. Perdón por interrumpirte desayunando, sé que no te gusta.- Derek levantó la mirada de sus cereales de avena. Tuvo que mirar dos veces, porque él seguía viendo a la niña de pecas, no a la adolescente que era ya.

Era una niña, cómo su niña. Creció con ella. De bebés sus madres los bañaban juntos, aprendieron a caminar con pocos meses de diferencia. Iban a la guardería juntos. Entraron al mismo colegio, pero Derek era un año más mayor que ella. Aún así, se veían en el recreo, jugaban. Se burlaban un poco de Derek por jugar con la rara. Así hasta que en sexto, Bertha cayó enferma. Hospitales todos los días, hasta que Bertha murió, meses después.Entraron al instituto, Felicité iba mucho por casa, para animar a la familia. Ethan estaba roto. Todos, en realidad. En tercero, fue cuando Derek no aguantó más. Intentó quitarse la vida, un miércoles por la tarde. Quien lo encontró fue Ethan y Fizzy. Ethan fue a buscar a su padre corriendo. Estaba tirado en la bañera, vestido y con un bote de pastillas para dormir. En el hospital, su familia no se separaba de ellos. Felicité tampoco se separaba de su cama. Adrianne, no fue nunca, llevaba siendo amiga de Derek desde finales de primer curso, y no fue ni un solo día. Derek no volvió a hablar del tema

-Derek, te estoy hablando, hoy estás en las nubes. ¿Estás bien?- Preguntó preocupada Felicité.Derek respondió -Sí, estoy bien. Es sólo que estaba recordando un poco.- Dijo removiendo su café.

-Entiendo, sabes que cualquier cosa que necesites estoy aquí. Pero lo que quería decirte, es que Isabelle...- Hizo una pausa y Derek respondió -¿Qué? Isabelle Ness, ¿la madre de Adri?- Felicité Siguió hablando -Sí, y marquesa de Madner.- Miró a Derek casualmente, él respondió sin darse cuenta -Sí, ¿qué te ha dicho?- Felicité abrió la boca y dijo -¡Claro! Es decir, que lo sabías, sabías que son marqueses y no me lo has dicho.- Se sentó en la mesa de la cocina, indignada. Derek habló -Es que no sabía que te interesara.- Terminó de decir, poniendo las manos alrededor de la taza. -No, tienes razón, no me interesa. Pero yo a ti te cuento todo. O solía hacerlo. Cuando éramos amigos ¿recuerdas? Te contaba lo que hacía durante el día. Los cotilleos de mi clase. Tú también me lo contabas todo. Hasta que llegó ella.- Dijo Felicité haciendo una mueca. Derek lo entendió al momento, eso no eran celos cómo tal. Él conocía a la niña que tenía dentro Felicité, ella no sentía celos, se sentía reemplazable. Felicité al ver que no decía nada, se levantó para irse, pero Derek se interpuso en su camino y dijo -Me hicieron firmar un contrato de confidencialidad, No puedo decirle a nadie, nada sobre ellos. Ni siquiera el título que tienen aunque sea público. Me lo hicieron firmar cuando la familia de Adrianne me conoció. Pero quédate, quédate y te lo cuento todo.- Dijo Derek respirando rápido, Felicité lo miró preocupada. Se sentó y miró atentamente a Derek, quien también tomó asiento, volvió a decir -Conocí a Adri a finales de primero. A sus padres los conocí días antes de... bueno. Del intento. Entonces me pillaron en casa de Adrianne y ella por ese entonces no tenía permitido llevar a nadie a casa, y allí estaba yo. Con ella, en el salón, viendo una película. Ahí entró Isabelle y Caleb, entraron a la mansión, al verme se pensaron cualquier cosa, me trataron realmente mal. Me humillaron muchísimo, me dijeron cosas que me duelen recordar.- Hizo una pausa, mirándose las manos entrelazadas en su regazo. Y Felicité dijo -Pues para, no quiero que estés triste.- Él negó. Siguió su historia.- Total, que Adrianne, se veía a escondidas conmigo, aunque la castigaron sin su medicación. Ahí fue doble el daño, me dijo cosas que nunca pensé oír de ella. Aguanté hasta el Miércoles. Pensé que ellos tenían razón.- Para este punto Felicité ya se encontraba con lágrimas, aunque Derek para este punto estaba llorando, no paró de hablar. -Entonces cuando me desperté, y vi que estabas tú, que siempre estás y nunca me has dañado. Y no ella que si que me hizo daño, supongo que entré en conflicto porque fueses tan leal conmigo, y te quise alejar de mi. Pero gracias por no dejar que te aleje.- Derek se cubrió la cara con las manos, Felicité se levantó rápido y abrazó a Derek, le preguntó. -¿Has hablado de esto con ella?- Él contestó -No puedo, hice cómo si no pasase nada.- Le devolvió el abrazo cariñosamente. El ojiazul al separarse dijo -Sí quieres, cuéntale tú a Ethan. No quiero que me vea así.- Felicité asintió, al cabo del rato, Derek se fue a hacer deberes, él estaba en segundo de bachiller. Tenía que dar un último empujón para irse finalmente a la universidad, y buscar un trabajo para poder comprar sus caprichos.

Derek en realidad es bastante simple en esas cosas, cada uno ya tienen más o menos su futuro planeado. Algunos se quieren ir de la ciudad, otros quieren irse del pais, a Estados Unidos, Francia. Algunos no quieren dejar que la rutina les consuma, y piensan que el mundo es un lugar muy grande cómo para llamar 'hogar' a un sólo sitio. Una media hora más tarde, Ethan le dijo a Felicité que fuese a la autocaravana, para explicarle algo, y quien acabó explicando algo, fue Felicité a Ethan.

-No me lo puedo creer, osea, yo a mi hermano lo adoro, aunque sea un poco pesado. Yo muero por él, y saber que en realidad Adrianne ha presenciado cómo ha estado mi hermano y aún así no ha detenido el rollo que tenía su familia de psicópatas...- Se acomoda el pelo, de forma nerviosa. -Es que es lo que son, y ojalá pueda conocer a la Adrianne que es medicada, para que me rinda cuentas de cada una de las putadas que ella y su familia le han hecho a mi hermano.- Termino de decir, frustrado, con el ceño fruncido.

-No puedes, acuérdate. Que Derek firmó el contrato de confidencialidad, y que si se lo cuentas, sabrá que el contrato se ha roto. Y eso le puede buscar problemas con Isabelle y Caleb. Y si Adrianne ha sido cruel una vez, puede serlo dos, y tres. Y las que quiera, porque Derek la quiere tanto que se dejaría dañar por ella sin duda.- Se sentó en la cama estirada de Ethan, y levantó los hombros dándole una mirada de 'Es una mierda, lo sé'

-Pero lo peor de todo es que Derek JAMÁS le ha reclamado nada para no hacerle daño, haciendo que ella se sienta culpable.

Podrías llegar a pensar que Derek no tiene corazón, muchos podrían llegar a pensar que Derek ha muerto tres veces; cuando murió su madre, cuando Adrianne y su familia fue más que cruel, y aquel Miércoles. Jamás fue el mismo. Dejó de mostrar, dejó de sentir. Se alejó de todo lo que solía conocer. Pero eso que dicen de que cómo no sangró, nadie se dio cuenta. No hay cuerpo, no hay crimen ¿verdad?

Eso no es cierto, en el fondo de quien solía ser Derek Scheel.

La verdad es que en realidad, se aplica para todos. Ethan también murió con su madre, murió con la herida que tiene en el cuerpo, Ethan es el que más muere, pero ya sabes. Si no hay cuerpo, no hay crimen.

Todos lidian con sus mierdas, con problemas de autoestima, problemas familiares, problemas que han tenido de pequeños, que les han dejado muy marcados.

Aún siendo 'fantasmas' no pierden la esencia de estar vivos, es extraño de explicar. Es decir, son 'fantasmas' pero recuerdan que una vez estaban vivos, y ahora sólo fingen estar vivos, para que el resto no sospeche de que todos están igual.

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