Capítulo 4: No muerdas la mano que te da de comer

12 2 0
                                    

Ethan Scheel es una persona consecuente, él nunca pensó en dañar a las personas, menos si él las había querido. Olivia, bueno... ella no había mencionado nada en sus redes, y que él supiese no había dicho nada a sus amigas.

-¿Ethan? ¿Derek? ¿Bratt? ¿Hay alguien en casa?- Preguntó Sabrina, mirando hacia los lados, buscando a alguno de los nombrados. Era cierto que eran amigos, también era cierto que ya no se hablaban tanto cómo antes pero Sabrina sabía que podía confiar en Ethan.

-¡Sabrina! Aquí, en el jardín- Sabrina se inclinó, fue de camino hacia el jardín. Estaba Ethan en el suelo, jugando con su perra, ella se sentó en el suelo junto a Ethan, saludó a la perra con una caricia..

-Hola Ethan, tengo un problema, voy a estar fuera...- Hizo una pausa buscando cualquier señal para contar la realidad, decidió no hacerlo, al menos no del todo. - Bueno, estaré fuera unos días y necesito que le des algo a Harvey, no tengo tiempo para dársela yo, no me hagas preguntas porfa, porque no sé cómo responderte.- De su tote bag, saca una carta, se la da a Ethan. -Asegúrate de que se la das, es muy importante. Me voy ya mismo. -Sonó una bocina de coche, Sabrina en el fondo sabía que ya era la hora de irse, la despedida. Abrazó a Ethan por los hombros y le dio un beso en la frente. -Cuida de todos los loquitos de por aquí, y cuídate, muchas veces piensas que puedes solo, y se te viene el mundo encima, hasta luego.- Sabrina empezó a caminar y desapareció de su vista sin esperar una respuesta.

Ethan estaba confundido, tenía un dolorcito en el pecho, de esos que parecen agujas clavándose poco a poco. Sacó su móvil del bolsillo y escribió a Harvey.

Ethan: Oye, cuando puedas pásate por mi casa y vienes a recoger algo, te quiero <3 

Harvey: Hola Ethan, vale, dentro de nada pasaré x tu casa a ver si puedo, no tengo ni idea de q será, yo tmb t quiero.

Acto seguido se escuchó una moto, apareció Harvey con el casco en la mano y con el pelo desordenado.

-Hola Ethan, ¿Cómo estás?- Preguntó Harvey, calmado, entonces Ethan le hizo un gesto con la mano y le entregó la carta.

-Estoy bien, pero creo que estaremos mejor.- Dijo Ethan rascándose el cuello. Harvey empezó a leer la carta y sus ojos empezaron a derramar gotas y después lágrimas sólidas. Su respiración se agitaba y se tambaleaba, acabó sentándose en el suelo. Harvey le ofreció la carta a Ethan para que la leyese bien también, el ojiazul la aceptó.

'Hola Harvey, supongo que Ethan habrá hecho bien su trabajo. Le he dado la carta a él porque considero que es uno de los que más te puede ayudar en un momento cómo este, pero eso es lo de menos. ¿Verdad? Mira, sé que que has estado cuando peor he estado, pero el Lunes pasado me pregunté si mi vida era la que yo realmente quería, llegué a la conclusión de que no.

Muchas cosas las estaba haciendo por hacer, hablé con mi padre, cómo vive en California, Estados Unidos. Le pedí permiso para ir y me dio luz verde, así que aquí acaba nuestro libro Harvey. Empezó hace más de tres años y acaba hoy, en casa de Ethan. No me gusta tenerte por si acaso. Yo quiero volver a enamorarme, volver a vivir, sin cadenas que me aten.

Pero por ahora, he llegado a la conclusión de que soy un alma libre, que no necesito a nadie a mi lado. Ahora mismo no puedo darte lo que buscas. Por favor, no pienses ni por un segundo que no te quise, o que no eras lo suficiente para mi. Contigo aprendí a querer y me enseñaste lo que es un hogar, actualmente ya no me interesa eso. Lo de ser feliz sí, por eso me voy.

Gracias Harvey, te quiero.

Casi tuya, Sabrina K.'

Ethan se quedó quieto, no quería moverse mucho, tampoco quería romper más con las partes rotas de sus amigo. Se puso en su piel, era la primera vez que veía a Harvey tan roto y tan vulnerable, tan humano. Se agachó y abrazó con todas sus fuerzas a Harvey, al separarse le habló con tanto tacto, cómo el que tienes con un hermano que está dañado.

we are a family nowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora