XXI: Gracias Totales

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Debía descansar, pero no pude dormir muy bien esa noche, (bueno, en realidad casi nunca pude dormir bien) pensando en lo que le depararia a este sujeto, de repente se me ocurrió algo.
Mi plan era que dijera que yo me había desatado, para después amordazar a Jefferson, así hasta llevarlo afuera junto con un arma robada, quitarle toda posesión y así lo metí al coche para después llevarlo, sin antes atarlo.  Cuando yo lo meto en el coche salen 4 tipos armados y alarmados por el ruido, entonces yo les disparo a los 4 hasta matarlos y me voy con Faust secuestrado para luego sacarle información, luego en un descuido por la mañana, el me arroja fuera del vehículo y va hacia la base nuevamente. Era un excelente plan, solo había que esperar a ver que decía Faust, la verdad no sabia como reaccionaria.
Lo desperté y le conté el plan _¿seguro, Hernández? Yo podría refugiar hasta esto acabarse.
_ese es el tema, no sabemos cuando va a acabar, Jefferson, haceme caso por favor, por lo que se una base aliada esta a poco de acá, por favor hace lo que te digo_.
_Esta bien_ el me abrazo, fue la primera muestra de afecto en tanto tiempo, que ya no recuerdo la primera vez, solo podía recordar el sueño de Rosa. Yo correspondí su abrazo y le agradecí, le di mis lentes para ver en la oscuridad como recuerdo para el.
Luego camine hasta la base, el camino como siempre era tan difícil y pesado, más estando en estas condiciones, pase horas y horas caminando, hasta que finalmente amanecio y pude ver a lo lejos el puerto, camine un poco mas y me detuvo un hombre a mis espaldas a punta de pistola.
_identifiquese, soldado_ dijo el hombre.
_Franco Señor, Franco Hernández_.
_dese vuelta_ obedeci la orden y lo mire.
_cuenteme que paso, ¿por qué no tiene sus armas ni nada?_.
_le contaré todo señor, pero necesito atención médica urgente_. El entonces miro mis prendas llenas de sangre y acepto.
_veni pibe, vamos_.

FrancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora