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Dejo la masa de galletas a un lado para ir colocándolas en el horno.

Espero que me salgan ricas, porque ya van tres veces que intento hacer galletas navideñas y se me terminan quemando, churrascadas.

— Me voy, ya me he cansado de verte preparar esas cosas. —habla Tae, tan divino él.

— Esas cosas, dices... —chasco mi lengua viendo como se va— ¡Son galletas navideñas, grosero!

No obtengo respuesta por lo que me vuelvo a concentrar en mi trabajo navideño, todavía falta un mes para navidad pero bueno, ¡ya se siente el espíritu navideño!

Siento unas manos rodear mi cintura y sonrio al saber quien es, sus labios se posan en mi mejilla, dejando un suave beso ahí.

— Seguro que esta vez te quedan buenísimas. —murmura Jimin sobre mi piel.

— Eso espero. —respondo.

Jimin se aleja de mi para apoyarse en la encimera, le doy una mirada rápida, tiene un pantalón corto de dormir, una sudadera y el pelo desvelado.

Pongo las galletas dentro del horno y coloco la temperatura que me habia dicho la chica de YouTube, tengo que dejarlas treinta minutos ahí dentro.

Luego de ponerlas dentro me acerco a Jimin, rodeandolo con mis brazos, acercándome a él hasta mas no poder.

— ¿Hoy no has salido? —pregunta y niego con la cabeza, separándome un poco para poder mirarlo.

— Ha estado nevando. —respondo con desinterés.

— Cierto... Ha estado nevando. —sonrio.

— El año pasado, cuando nevó por primera vez me... me dijistes lo que sentías por mi. —hablo con vergüenza, su sonrisa se ensacha y sus manos van a mi cadera.

— Así que te acuerdas...

— Claro que me acuerdo, después te avergonzaste por confesarte.

— Ese no era yo. —dice con gracia y rio— Si algo no ha cambiado en esté año son mis sentimientos. —habla luego de unos segundos en silencio— Bueno... si que han cambiado, han crecido... mucho.

— ¿Cuanto es mucho? —pregunto y él parece pensarlo.

— De aquí hasta... el espacio.

— Eso es mucho. —admito y él rie.

Me percato de como su mirada baja a mis labios y los vuelve a subir con rapidez, hace lo mismo un par de veces pero no me besa, cosa que no me gusta.

— Anya, ¿puedo... —me quedo esperando su pregunta pero él parece dudar— ¿Puedo besarte? —vale, sin duda su pregunta me toma por sorpresa.

Hay unos segundos de silencio, Jimin y yo nunca nos hemos besado, nunca. Sí, hemos estado mucho tiempo con este royo que tenemos de tratarnos como pareja sin serlo, hasta ahora, pero nunca nos habíamos besado.

Asiento con la cabeza y, lo siguiente que siento, son los labios de Jimin sobre los míos, suaves, dulces, delicado, cariñoso...

Dios mío, si esto es un sueño no quiero que acabe nunca.

Asi que así se siente besar a tu enamorado, como si estuvieras en las nubes, en un sueño, en un paraíso.

Cuando nos separamos por falta de aire ambos tenemos los labios bastantes rojos, es notable que nos acabamos de besar, por lo qué enrojezco un poco.

— Te amo mucho, Anya. —suelta antes de volver a besarme.

×××

cjkwncijsb me toca.

Love, M 🧡

¹ They don't know about us  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora