ᨳㅤֶ֢ ㅤ۫ 𝐒𝐮𝐛𝐥𝐢𝐦𝐞 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧 ᵎ

𓏲 🍁﹕TREINTAIUNO ˒˒

Estaban llegando tarde. Joshua odiaba llegar tarde. Debió haberse comprado un jodido despertador, no podía creer que había dormido tanto. De no haber sido por el chófer que había pasado a recogerlo y que había insistido tanto con el timbre, ni siquiera se habría despertado. 

Lo único bueno era que la fiebre y al tos ya se habían marchado, Joshua se sentía mejor que antes, sin embargo, su nariz aún estaba congestionada, limitándole el olfato. 

Se encontraba de tan malhumor que ni siquiera JeongHan se atrevía a decirle palabra alguna, tenía miedo de que le respondiera mal, o peor, le gruñera. 

Joshua no estaba enojado con él, todo lo contrario, estaba enojado con el hecho de no poder estar un momento tranquilo con él. Desde que llegó, no había disfrutado de nada. Si no era por el jodido papeleo y los lazos laborales, era por su jodido resfrío. Ni un puto beso en los labios le había podido dar a su omega. 

Y por tal razón, poseía aquel desfavorable humor de perro, el cual le otorgaba un aura aún más intimidante, pero que siempre le hacía quedar como un alfa grosero. 

Llegaron. Joshua fue el primero en bajar del auto, arruinando la intención de chófer en abrirle la puerta, por lo que el beta quiso abrírsela al omega. Sin embargo, dio respingo cuando recibió un gruñido voraz de parte de Joshua, quien, luego de rodear el auto por la parte trasera, lo fusiló con la mirada. 

─ Yo le abro. ─espetó con severidad. 

El beta realizó un asentimiento de cabeza, algo apenado, y se alejó. 

Cinco minutos más tarde, Joshua y JeongHan ya se encontraban dentro de la residencia del nuevo jefe del alfa, siendo recibidos por el mayordomo de éste. El lugar era cálido y ostentoso, JeongHan caminaban junto a su alfa, observándolo todo a su alrededor. 

Una muy joven omega rubia y despampanante, metida dentro de un ajustado vestido plateado, se acercaba a ellos haciendo resonar sus tacos en cada paso. Con una enorme sonrisa plasmada en su rostro maquillado, se detuvo frente a ellos. 

─ Mucho gusto, mi nombre es Tiffany. ─se presentó la omega con el acento americano enroscado en su lengua, mirando con especial atención a Joshua─ Tú debes de Honk, ¿No? 

─ Hong. ─le corrigió con rapidez JeongHan, lanzándole una mirada desdeñosa, mientras se apegaba a su alfa, entrelazando sus brazos. Una clara muestra de que aquel hombre ya se estaba apartado por él. 

Joshua sonrió, negando con la cabeza por la posesiva reacción de su bebé. 

─ Sí, mi apellido en Hong. Joshua Hong. ─aclaró el alfa─ Y éste es JeongHan, mi omega. 

La rubia enarcó una ceja, algo cínica, su sonrisa ya se había borrado hacía rato. 

─ Ya veo, lo siento. ─dijo, intentando sonreír de nuevo─ Mi padre te espera, acompáñenme... Oh y, por cierto, felicidades.