𓏲 🍁﹕TREINTA ˒˒

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Tan sólo aquellas tres palabras bastaron para que la completa felicidad arribara placenteramente al alfa, cuyas facciones se iluminaron con notabilidad, luego de que aquella enorme y maravillosa sonrisa decorara con encanto su rostro

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Tan sólo aquellas tres palabras bastaron para que la completa felicidad arribara placenteramente al alfa, cuyas facciones se iluminaron con notabilidad, luego de que aquella enorme y maravillosa sonrisa decorara con encanto su rostro. 

Mierda, no podía estar más feliz. Su bebé, su omega, su JeongHan, su todo lo acompañaría. Ya no se apartaría del amor de vida, ya no habría sufrimiento que atravesar, ya no habría alma gemela que extrañar. JeongHan iría con él a Norteamérica, ¡Iría con él! 

Quería gritar, llorar, saltar de la pura alegría que había consumido su ser, ¡Mierda! Era todo un sueño cumplido, un milagro caído del cielo. No lo podía creer. Sentía que explotaría de la emoción en cualquier segundo. 

Y estornudó. 

─ Joder. ─murmuró, luego de sorber su nariz que parecía no querer dejarlo en paz. Ni siquiera pañuelos tenía. 

Su rostro se contrajo en una mueca de asco cuando sintió toda la mucosidad estancada en su garganta. Tenía ganas de escupir en aquel preciso momento. Y, por muy asqueroso que fuera, no se privó de hacerlo cuando bajó la ventanilla del auto. Después de todo, tenía que ingresar la clave para abrir la compuerta que le permitiría salir a la avenida. 

Al abrirse esta, Joshua aceleró, adentrándose al tráfico de Seúl. No tardó en volver a dibujar aquella feliz sonrisa en su rostro. Todavía no lo creía. Comenzaría una nueva vida con JeongHan a su lado. Tendría consigo a su adorado bebé, lo tendría todo el tiempo que quisiera, ya no habían más despedidas infinitas, ya no habría más espera. Su amor florecería, se amarían, lo mordería, se casarían. ¡Siiii! 

Se detuvo en un semáforo y se dedicó a mirar a JeongHan, intentando asimilar de una vez por todas que aquel no era un estúpido sueño, que eso, en realidad, estaba pasando. 

JeongHan le devolvió la mirada, sonriéndole apenas de lado, contagiándose por completo de la felicidad que el alfa no cesaba de emanar. Joshua tenía tantas ganas de fundir sus labios en un beso, tantas ganas que habrían sido capaz de ignorar totalmente la mucosidad en su garganta. Pero se detuvo, utilizando la poca fuerza de voluntad que el quedaba, no deseaba transmitirle el virus o las bacterias que se habían infiltrado sin permiso a su organismo. 

Por otro lado, recordó que debía hablar con el consigliori de su padre cuanto antes, por lo que quitó su celular del bolsillo de su saco y marcó su número. Cuando el semáforo se puso en verde, aceleró, dejando el celular en altavoz, recargado en su muslo. 

─ Odio decir que tenías razón, pero tenías razón. ─fue lo primero que dijo Joshua cuando la llamada fue atendida─ Se infiltraron. Debes conseguirme guardaespaldas cuando antes y dejarme listo el avión, estoy dirigiéndome hacia el aeropuerto. 

─ Enseguida te mandaré hombres para que te escolten, me encargaré de que tengas preparado el Jet apenas llegues. Ten cuidado y apenas corte la llamada, deshazte del celular. 

ᨳㅤֶ֢ ㅤ۫  𝐒𝐮𝐛𝐥𝐢𝐦𝐞 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧 ᵎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora