Afrodita cargaba a su hija, Mariam, que a su vez, era hija del dios Ares.
Tú caminabas hacia la sala del trono, donde estás se encontraban.
Las puertas se abrieron, dejándote ver ante los dioses.
Mariam sonrío emocionada, mirando a Afrodita.
-Bájame, quiero ir con mi mami-
Dijo, la diosa del amor y todos los dioses que estaban en la sala abrieron los ojos con sorpresa, ¿Como que su madre?.
Y era claro el porqué.
Ella había dejado de lado a sus hijos, por razones de placer y idiotez, así que, desde que te casaste con Ares, sus hijos se volvieron los tuyos.
Afrodita bajó a la niña al suelo, ella inmediatamente corrió hacia tí con una sonrisa y los brazos abiertos.
Tu sonreíste y te agachaste a la altura de la hija de tu esposo.
-¡Mami!-
Grito antes de abrazarte.
Tu la cargaste y la abrazaste, riendo.
-Mariam, mi niña, ¿Como estás?-
Dijiste mientras besabas su cabeza.
-Bien mami-
Dijo una voz demasiado tierna, proveniente de la niña de 4 años.
Te abrazó con fuerza, mientras tu cerradas los ojos, el abrazo se sentía cálido ante el frío del invierno.
-¿Quieres ir a jugar?-
Preguntaste, la niña sonrío, dejando ver sus lindos dientes.
-¡Si!-
Tu reíste y besaste su cabeza, antes de salir al jardín, para ir a jugar.
[...]
Ares sonreía al ver como tu y su hija jugaban en el gran rosal de su madre, las risas que ustedes dos soltaban eran simplemente melodía para sus oídos.
Se apoyó en el muro de mármol blanco y dorado, cruzando sus brazos, sintiendo su corazón latir más rápido al ver tu sonrisa.
-Elegiste a la mejor de las mujeres-
Dijo la voz femenina de su madre, Hera.
-Mmhm-
Susurró Ares.
-El amor que le tiene a una hija que no nació de ella es prueba de que te ama en verdad-
Ares se sonrojó levemente, haciendo sonreír a su madre.
-La amo, madre, en verdad lo hago-
Ella rió, haciendo que su hijo la mire.
-Hasta el mas crudo invierno tiene su bella primavera-
Dijo antes de irse.
Volvió a mirar al jardín, tu alzaste a Mariam, dando vueltas.
Miraste hacia la ventana, viéndolo, tomaste la mano de tu hija.
-Dile hola a papi-
Ella lo saludo con mucho entusiasmo, ambas sonreían mientras meneaban sus manos, saludando.
El sonrío, moviendo su mano levemente.
Las palabras de Hera resonaban en su mente.
'Hasta el mas crudo invierno tiene su bella primavera'
Y tenía razón.
La guerra era su invierno.
Ella era su primavera.
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𝐃𝐈𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐆𝐑𝐈𝐄𝐆𝐎𝐒 𝐈𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚𝐬
RomanceImaginas con los dioses más bellos de toda la antigüedad🏛.