⛓Ares⛓

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Recargaste a tu hijo en tu pecho, cubriéndolo con el manto azul que decoraba tu túnica blanca

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Recargaste a tu hijo en tu pecho, cubriéndolo con el manto azul que decoraba tu túnica blanca.

Recargaste tu cabeza en el hombro de tu esposo, quien llevó una mano a tu hombro mientras te acercaba a él y besaba tu cabeza.

Ambos caminaron hacia su templo matrimonial.

Te sentaste junto a él en la larga banca de mármol dorado y blanco.

Tu bebé dió un adorable jadeo, tenía hambre.

Soltaste la túnica de tu hombro derecho, para dejar tu pecho al descubierto y que tu hijo comenzase a alimentarse.

Ares suspiró, quitando su casco de su cabeza.

-La guerra de Troya a iniciado-

Tu miraste a tu esposo acariciar suavemente su barba, pensativo.

-Es verdad, Esparta no se rendirá hasta acabar con Troya, y Troya no se rendirá hasta acabar con Esparta-

Ares asintió.

-Yo eh decidido apoyar a Esparta-

Dijiste, Ares te miró.

-Me parece una estupidez, un día yo invito a los Troyanos a comer a mi mesa, y en la misma noche secuestran a mi esposa por que Afrodita se las obsequió a cambio de una manzana-

Ares rió.

-Si me preguntas a mi, la única dueña de la manzana, eras tú-

Dijo, tu lo miraste curiosa.

-¿Porque, si yo no participé en eso?-

El sonrió, besando tu hombro, haciendo que un escalofrío te recorriera por el contacto áspero con su barba.

-Porque ninguna belleza es semejante a la tuya-

Tu sonreíste y rodaste los ojos, apoyando tu cabeza en su hombro por unos minutos.

-Aunque este mal lo que han echo, Paris y Elena me hacen recordar a nuestra juventud en Creta-

Tu sonreíste, enamorada.

-¿Y eso es por...?-

Pregunto Ares sonriendote.

-Eramos jovenes, libres, sin preocupaciones, sin pleitos, sin guerras. solo estábamos tu y yo, solos contra el mundo que nos rodeaba. Luego nos casamos, tuvimos que venir a vivir aquí porque se nos necesitaba en la corte-

Sollozaste con melancolía, recordando todos los tiempos que habían pasado juntos.

-Luego nació Eliazar, y jamas volvimos a ver los jardines de nuestros templos en Creta-

Suspiraste, volviendo a ver a tu esposo a los ojos, y besando suavemente sus labios en un beso rápido.

-Quisiera volver allá, por lo menos hasta que Eliazar crezca un poco, igualmente, casi nunca nos solicitan para algo-

Tu hijo había terminado de comer, y yacía dormido en tus brazos.

Cubrirte su desnudez con el manto de tu túnica, mientras seguías recargada en el pecho de Ares.

-Tal vez podamos volver a Creta, al menos por unos años-

Dijo Ares, haciendo que tus ojos se abran, y te des media vuelta para mirarlo.

-Pero, debemos hacerlo despues de la guerra de Troya, ya que nos solicitarán para apoyar a un bando-

Ares no pudo evitar derretirse con tu mirada de adoración.

-Te amo-

Dijiste, tu esposo sonrío besando tu frente.

-Yo tambien te amo-

𝐃𝐈𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐆𝐑𝐈𝐄𝐆𝐎𝐒 𝐈𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora