Recargaste a tu hijo en tu pecho, cubriéndolo con el manto azul que decoraba tu túnica blanca.
Recargaste tu cabeza en el hombro de tu esposo, quien llevó una mano a tu hombro mientras te acercaba a él y besaba tu cabeza.
Ambos caminaron hacia su templo matrimonial.
Te sentaste junto a él en la larga banca de mármol dorado y blanco.
Tu bebé dió un adorable jadeo, tenía hambre.
Soltaste la túnica de tu hombro derecho, para dejar tu pecho al descubierto y que tu hijo comenzase a alimentarse.
Ares suspiró, quitando su casco de su cabeza.
-La guerra de Troya a iniciado-
Tu miraste a tu esposo acariciar suavemente su barba, pensativo.
-Es verdad, Esparta no se rendirá hasta acabar con Troya, y Troya no se rendirá hasta acabar con Esparta-
Ares asintió.
-Yo eh decidido apoyar a Esparta-
Dijiste, Ares te miró.
-Me parece una estupidez, un día yo invito a los Troyanos a comer a mi mesa, y en la misma noche secuestran a mi esposa por que Afrodita se las obsequió a cambio de una manzana-
Ares rió.
-Si me preguntas a mi, la única dueña de la manzana, eras tú-
Dijo, tu lo miraste curiosa.
-¿Porque, si yo no participé en eso?-
El sonrió, besando tu hombro, haciendo que un escalofrío te recorriera por el contacto áspero con su barba.
-Porque ninguna belleza es semejante a la tuya-
Tu sonreíste y rodaste los ojos, apoyando tu cabeza en su hombro por unos minutos.
-Aunque este mal lo que han echo, Paris y Elena me hacen recordar a nuestra juventud en Creta-
Tu sonreíste, enamorada.
-¿Y eso es por...?-
Pregunto Ares sonriendote.
-Eramos jovenes, libres, sin preocupaciones, sin pleitos, sin guerras. solo estábamos tu y yo, solos contra el mundo que nos rodeaba. Luego nos casamos, tuvimos que venir a vivir aquí porque se nos necesitaba en la corte-
Sollozaste con melancolía, recordando todos los tiempos que habían pasado juntos.
-Luego nació Eliazar, y jamas volvimos a ver los jardines de nuestros templos en Creta-
Suspiraste, volviendo a ver a tu esposo a los ojos, y besando suavemente sus labios en un beso rápido.
-Quisiera volver allá, por lo menos hasta que Eliazar crezca un poco, igualmente, casi nunca nos solicitan para algo-
Tu hijo había terminado de comer, y yacía dormido en tus brazos.
Cubrirte su desnudez con el manto de tu túnica, mientras seguías recargada en el pecho de Ares.
-Tal vez podamos volver a Creta, al menos por unos años-
Dijo Ares, haciendo que tus ojos se abran, y te des media vuelta para mirarlo.
-Pero, debemos hacerlo despues de la guerra de Troya, ya que nos solicitarán para apoyar a un bando-
Ares no pudo evitar derretirse con tu mirada de adoración.
-Te amo-
Dijiste, tu esposo sonrío besando tu frente.
-Yo tambien te amo-
ESTÁS LEYENDO
𝐃𝐈𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐆𝐑𝐈𝐄𝐆𝐎𝐒 𝐈𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚𝐬
RomanceImaginas con los dioses más bellos de toda la antigüedad🏛.