"Quizás en otra vida"

1 0 0
                                    

Me levanté temprano con el sonar de mi despertador, logré prepararme y alistarme para salir de casa a tiempo suficiente para no llegar tarde, mañana era mi primer día como interna en el hospital por lo que quería ir a guiarme mejor para no estar tan perdida, me mire al espejo por última vez y arregle los mechones de mi cabello – debería dejarlo crecer está vez – me dije a mi misma para luego tomar mi mochila y salir – suerte Sam – escuché la voz de mi madre mientras cerraba la puerta. Tome el metro que me llevaría al hospital, el sol ya había comenzado a salir y empezaba a atravesar los vidrios gruesos. A lo lejos se distinguía un cielo despejado, seguía pensando en Markus después de ese día, su rostro apático como siempre, inexpresivo... - ¿Por qué tenia que hacer eso? – continuaba preguntando, aunque de poco servía, jamás entendería a ese sujeto, ya hacía dos semanas que no sabía de él y había pensado incluso en ir y disculparme, tratar de entender, no debí decirle eso antes de irme – tonta – me repetí mentalmente, el metro llegó a mi destino y me baje con mucho problema, hoy había mucha gente y ya empezábamos a apuñuscarnos allí.

Llegué al hospital entusiasmada ya que pronto podría iniciar al fin las prácticas y aún seguía sin creer que había llegado hasta ese punto, una parte de mi no confiaba en mi propia habilidad, pero eso no me detuvo, caminé por un rato por el lugar hasta llegar a una de las alas y en mi distracción me tropecé con una doctora del lugar.

- Lo siento mucho – me disculpé riéndome

- Tranquila estaba distraída – responde para observarme

- Tú me pareces familiar – respondí también observando bien a la doctora

- Qué curioso a mí también, te vi con alguien más – respondió poniéndose las manos en el mentón

- Tú eres la psicóloga de Mar – dije ante lo que ella abre su boca sorprendida

- ¿Mar?... Ah Markus – su emoción no pudo ocultarse – entonces tú debes ser Sam – extiende su mano para saludarme

- Sabe mi nombre – dije con una risa sorprendida

- Markus me habló de ti muchas veces – responde cruzando sus brazos

- Tengo miedo de descubrir que ha dicho de mi – vuelvo a reírme nerviosa

- Te sorprendería saber que han sido cosas buenas en su mayoría

- ¿Está segura? – pregunté extrañada pensando que quizás no contó todo

- Jamás lo escuche decir algo malo de ti, siempre te defendía

- No sé porque me sorprende, él siempre es así

- Si... soy Liz, por cierto, lamento no haberme presentado antes

- No tranquila, vi a Mar saliendo de tu consultorio y alcancé a verte, jamás pregunté tu nombre – me disculpé - ¿Cómo está Mar? – pregunté a lo que pone un rostro confundido

- Justo iba a preguntarte eso a ti – responde – ustedes estaban viviendo juntos ¿No?

- No... hace 2 semanas me fui de su casa y no volví a hablar con él – respondí con un tono molesto

- ¿Pasó algo? – pregunta Liz

- Tuvimos una pelea... – respondí rápidamente – bueno no un pelea, ninguno gritó ni nada... solo discutimos

- Nunca fue fácil tratar con él – responde poniendo su mano en mi hombro tratando de consolarme

- ¿Acaso Mar no ha venido a su terapia? – pregunté a una Liz extrañada por su poco conocimiento

Estoy muerto queridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora