Capítulo 5

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-Me alegra su regreso Mayor- dijo Namjoon con protocolo.

Habíamos llegado a la casa el día anterior, nos medio instalamos y ahora me encontraba en el pelotón poniéndome al día y entregando los papeles de reingreso de Suran.

-Capitán Kim- devolví su gesto, sabía lo mucho que le enorgullecía su nuevo rango. -Quiero que reingrese lo antes posible- dije tendiéndole los documentos.

-¿Logró traerlas?- asentí, -Ohh, volvió como la señora Jeon- dijo mirando en contenido.

-Que no se sepa en el pelotón que es mi esposa, los rumores dirán que se le da trato especial.

-¿Y no es así?, se le está dando entrada en pleno mayo, eso nunca pasa.- lo miré mal. -Entiendo, es un caso especial. No diré nada, pero lo deducirán por el apellido.- asentí, tampoco era que me importaba, a ella si y me lo había dejado claro apenas amaneció.

-¿Que averiguaste sobre la escuela para Suni?- pregunté

-No habrá inscripciones hasta dentro de un mes, así que debes esperar, ¿acaso soy tu secretario?- reí.

-Me quedaré con ella entonces- dije en respuesta por la primera parte.

-¿No trabajarás?- claro que lo haría.

-La traeré conmigo, no veo problema- y no lo veía, era una niña tranquila, preguntona y malhumorada, pero tranquila.

-¿Y si los superiores..? - se cortó -Tu eres el superior, lo entiendo. Kim Suran no estará bajo mi cargo, mi grupo está lleno.

-Recuerda que es Jeon ahora, ¿quien la comandara?- pregunté con interés.

-Min- No lo conocía y lo supo por mi rostro -Tiene 1 año aquí, malhumorado, severo, gruñón, gritón y un completo toca pelotas. Igual que tú- eso no me gustaba.

-¿Min que?

-Min Yoongi, sus subordinados le tienen pavor. Por eso tiene espacio en su grupo, han desertado algunos- dijo y asentí, me sonaba el apellido.

...

-Ya llegué- vociferé desde la entrada.

Escuché las pequeñas pisadas de Suni venir hacia mi y luego pude ver su largo pelo moverse mientras corría hasta saltar para ser atrapada.

-Papitán, ¿que me trajiste?- dijo luego de darme un beso en la mejilla.

-¿Tu amor es solo por interés?- reclamé

-¿Dulces?- me ignoró.

Saque el dulce de la bolsa y se lo tendí, esta se bajó y comenzó a sacarlo de su funda para comerlo. Al verla batallar intenté ayudarla, se negó.

Obstinada.

Cuando terminó de batallar y logró su cometido se sentó en el mueble moviendo sus pies.

Su madre apareció desde la habitación, tenía el pelo húmedo y ropa holgada puesta.

-¿Aceptaron el ingreso?- asentí -¿Y la niña?, porque si ella no irá a la escuela debo quedarme cuidándola.

-También- mentí, -Yo la llevaré en las mañanas-. Asintió mirando a la pequeña comer su dulce. -Vamos a comprarles ropa- dije dirigiéndome a mi cuarto para cambiarme de ropa, ya que no me apetecía ir a la ciudad con mi uniforme.

....

Pasamos todo lo que quedó de la tarde haciendo compras, más por la niña que se anclaba de cualquier cosa que le gustaba.

Ella lo introducía al carrito, su madre la regañaba y sacaba y yo lo adentraba nuevamente, mientras recibía una mirada asesina de su parte.

-Dos cosas,- dijo cuando la pequeña estuvo distraída -No me desautorice frente a ella, y deje de consentirla- dijo autoritaria.

-Deberíamos dejar los honoríficos, estamos casados.

-Los prefiero y solo me presta su apellido- dijo tajante para luego dirigirse a la pequeña. Le dijo algo bajito y la niña asintió comprendiéndolo, luego se acercó a mi.

-Papitán, mi mami dice que debo dejar las cosas que no necesito, ¿me ayuda?- miré a su madre, la cual me miraba severa y luego a la pequeña, asentí.

Colocamos todo lo que creímos en su sitio nuevamente y luego pasamos a caja a pagar.

..
La niña se durmió en el camino luego de haber cenado con nosotros.

-SeokJin vendrá mañana a vernos- dijo aún mirando la carretera.

-Me alegro- dije sincero.

Continuamos el trayecto en silencio y al llegar a casa baje a la pequeña y le lleve a su cama, su madre tomó las cosas y las acomodó para luego salir del cuarto de la pequeña y adentrarse al suyo a dejar lo demás.

Los cuartos de ambas estaban uno al lado del otro por petición de la mayor y está dejaba su puerta abierta por si la niña despertaba en la madrugada. El mío estaba al final del pasillo.

-¿Está cansada?, quisiera ver esas fotos- asintió en respuesta y me siguió a mi cuarto para usar mi computadora.

Se sentó frente al escritorio y comenzó a colocar varias claves de seguridad hasta dejar a la vista sus archivos, copió solo una de las carpetas en mi computadora y luego salió borrando el historial.

-¿No se quedará?- me miró con la ceja alzada, -A verlas,- aclaré, negó y continuó con su camino.

Abrí la carpeta encontrándome con muchas fotos desde su nacimiento hasta ahora, videos de ella jugando, aprendiendo a caminar, haciendo berrinche.

Sentí un nudo en el pecho, sentía que había perdido toda una vida al lado de mi pequeña y no permitiré que eso vuelva a pasar.



...

Dí Gracias (2ª)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora