Estoy en un caos ahora. Realmente perdí la cabeza, realmente, realmente la perdí.
-Su hijo ya no tiene cura. Lo único que podemos hacer es...
¡Advertencia:
🍃 ; Tema sensible: Esquizofrenia
🍃 ; Angst
🍃; Violencia/Descripción de escenas explícitas...
Confiaba plenamente en su hyung. Y el incidente del día anterior no fue nada para él.
Una persona normal le tendría miedo a su comportamiento extraño y anómalo, pero si estuvieras perdidamente enamorado como lo está Soobin; tan solo sentirías más ganas de protegerlo de todo.
—Gracias, mamá... Prometo no volver a hacerlo... —abrazó a Soobin del brazo.
—Gracias por confiarme a su hijo, señora. Lo cuidaré mejor, lo prometo.
—A ti, Soobin-ssi... —contestó su madre con una sonrisa.
—No soy un bebé, Bin. Puedo cuidarme sólo.
No dijo nada. Tan solo lo tomó de las mejillas y juntó sus narices. El mayor sonrojando y callandose.
—Para mí eres un bebé.
Y se avergonzó. Su mamá esbozó una sonrisita al ver la escena.
—Soobin-ah, ¿hoy puedes quedarte a dormir?...
—Le preguntaré a mamá. Lo más seguro es que sí, así que...
—¡Perfecto!, sabes que el uniforme extra está en la habitación de Yeonjunnie.
—Sí, sí, gracias.
Una vez recibió la confirmación de parte de su madre, esa noche se quedó a dormir junto a su hyung.
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—Hyung.
—¿Sí?
En una posición de cucharita, Soobin comenzó a acariciar el vientre de su mayor. Yeonjun más que encantado, y sobre todo, entrando poco a poco al mundo de los sueños por el suave tacto.
—¿Por qué dejó de tomar la medicación?
Y sus ojos se abrieron en demasía.
"Tan entrometido. De seguro les contará a tus padres, y ellos te llevarán con el psiquiatra."
—¿De qué estás hablando, Soo?...
—Estaba buscando el uniforme extra que tenía. Y encontré pastillas escondidas debajo de una bufanda. ¿Sucede algo?... esto que hace es peligroso.
"Lo dice porque quiere llevarte al psiquiatra. Te está subestimando y es un chismoso. "
"Le dirá a tu madre."
"Miéntele."
"En esa posición fácilmente podrías darle un codazo en la costilla."
"Te está sermoneando."
—No es de tu incumbencia.
—Claro que es de mi incumbencia. Tus padres están preocupados por ti. Yo estoy preocupado por ti. —tomó sus manos. Entrelazando sus dedos. —No está bien. ¿Ellos te dijeron que no los tomaras?
"Si los tomas te atormentaremos el triple."
"No dormirás."
"Mátalo de una vez. Es molesto."
"Ya sabes qué hacer."
—N-No. Sólo son mis reservas. Siempre tomo mis pastillas puntualmente.
"Mátalo."
Tembló.
Nunca.
No podía. Aunque su subconsciente parecía decirle que lo haga. Él no quería.
Tantas veces. ¿Cuántas eran las oportunidades en las que esas voces le dijeron que matara a alguien?
Sólo las ignoraba.
Pero, poco a poco, todos esos pensamientos lo ahogaban al punto de ceder algunas cosas. No podía soportar.
Escuchó como Soobin suspiró en su oreja. Causándole una corriente eléctrica recorrerle la espalda. Sus mejillas sonrojaron.
—Voltéate, por favor, hyung.
Y así lo hizo.
—¿No me mientes?
Iba a haber una pausa. Y sus delirios comenzarían de nuevo junto a aquellas voces. Pero repentinamente Soobin lo besó.
Tan suave, tan delicado, que sintió dormirse con sus labios puestos en los suyos.
—No miento...
—¿Me lo prometes?
Tragó saliva. Sus mejillas aún carmesí.
—Te lo prometo.
—¿Por qué?
—¿Hm...?
—¿Por qué me mientes?
Un silencio reinó.
—Las pastillas tienen fechas escritas en la parte de atrás. Todas son de la semana pasada.
Y quiso que la tierra se lo tragara.
—Yeonjunnie. Te amo.
Yeonjun negó con fuerza.
No otra vez.
—¿Tú me amas?
—Sí...
—Entonces, —tomó sus manos. —no hagas esto. Si continuas, tu mamá no tendrá consideración. Y tendremos que alejarnos... Yo no quiero eso... porque te amo, hyung, y-y no soporto estar sin ti a mi lado por más de un día.
¿Decía la verdad o mentía?
Esta vez decidió creerle.
—No puedo.
Sorpresivamente, el menor se levantó de la cómoda cama. Para dirigirse al cajón de noche.
—Estas eran para mañana. Pero las tomarás ahora.
"Mátalo."
"Quiere obligarte a hacer algo que no quieres."
"Te está mandando."
"Ni siquiera te ama. Está fingiendo estar preocupado."
—A-Aléjate de mi... no quiero y-y tampoco puedo. No quiero.
Soobin se metió la pastilla a la boca. Y Yeonjun abrió los ojos en grande.
No se esperó que lo besara, ni mucho menos que al incorporar su lengua al beso algo desordenado, le metiera la pastilla por la garganta, haciendo jadear al pelinegro.
—¿Q-Qué? ¿qué estás haciendo? —tembló en su lugar. El contacto había sido más morboso que anteriores veces, y además de eso, le hizo tragar la pastilla a regañadientes.
Solo recibió un abrazo. Yeonjun forcejeaba con debilidad, poco a poco sus párpados pesándole por el sueño, y por sus brazos tan acogedores.
—Perdón, hyung. Pero es por tu bien.
Finalmente se dejó hacer. Y con los brazos de Soobin rodeandole la cintura, cerró los ojos, con cansancio.
