|𝟷𝟷| 𝚂𝚎𝚡𝚘 𝚖𝚊𝚝𝚞𝚝𝚒𝚗𝚘.

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Rivaille Ackerman x Lectora.

[Continuación no tan continuación de "Primera vez"]

—Pero Rivaille, yo sólo...— quisiste replicar. Estaban discutiendo, no era la primera vez que lo hacían sin embargo no era algo de lo que los dos disfrutaran. Y tenías paciencia para cualquier planteo, pero no para la siguiente frase que te diría:

—Yo nunca te pedí que me cuidaras...— bramó con el entrecejo levemente fruncido, el rostro cansado pero inmutable, no viste ni una pizca de remordimiento al decirte aquello. Tus ojos comenzaron a arder debido a que las lágrimas rápidamente se hicieron presentes. El seguía mirándote, enojado y agobiado, bajaste tus hombros y simplemente te rendiste, ibas a irte, no sin antes detenerte a un lado de él.

—No me lo pediste, pero aun así somos una pareja ahora, yo doy todo por ti, si de verdad ya no quieres seguir... ya conoces la salida... — le informaste dolida y te fuiste de allí con las lágrimas desbordando por tus mejillas.

Lo abandonaste en la cocina, el moreno se quedó mirando un punto fijo y al cabo de un rato fue tras de ti, abatido por lo que dijo, e intentó entrar a la habitación que ambos compartían, no obstante, le habías puesto pestillo y tu compañero golpeó la puerta fuerte pero no de forma violenta.

—Déjame sola, Rivaille...por favor...— te oyó sollozar del otro lado, podía sentir tu dolor.

—T/n...yo...hablemos...— sólo dijo, no quería disculparse a través de una puerta, quería arreglar las cosas como era debido.

No hubo respuesta por tu parte, sólo te oía hipar y llorar, él se limitó a separarse de la puerta, soltó un suspiro, rendido, devolviéndose a la cocina, se sentó en una de las sillas y recordó de manera fugaz cuando le dijiste por primera vez que lo amabas.

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—¡T/n! — te llamó mientras completaba unos formularios más y se terminaba la infusión que quedaba en su taza. Apareciste lo más rápido que pudiste, lo miraste con expresión preocupada. En este punto, ambos ya estaban en una relación, él había aceptado tus sentimientos y cada tanto te trataba con cariño, obviamente no en público. —Necesito que vigiles a Erwin...Hange y yo iremos a investigar ese sótano con Eren y Mikasa, ¿de acuerdo? — ahora te miró fijamente y notó tu inquietud.

—Pero...Rivaille tu tobillo... no ha sanado aún... — advertiste intranquila, te observó severo y tragaste saliva.

—Las decisiones ya están tomadas, T/n... —explicó y se dirigía a la puerta para ir a buscar a su compañera no obstante lo detuviste, tomándole del brazo suavemente, el capitán de escuadrón suspiró pesadamente.

—Te amo, Rivaille. — confesaste en un susurro sólo audible para ustedes dos, el moreno te contempló un minuto, viendo tus mejillas completamente teñidas de rojo escarlata, soltó su característico "tch" y ahora él tomó tu brazo para envolverte en un abrazo.

—Voy a estar bien...Te prometo volver...— murmuró, cuando se separaron, le sonreíste aun con preocupación y besaste su mejilla.

Obviamente cuando volvió ambos se sonrieron con alivio.

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Te acomodaste de lado en la cama, ya te dolía la cabeza de haber derramado tantas lágrimas, miraste el cielo nocturno que te mostraba la ventana de la habitación. Extrañaste sus brazos envolviéndote como todas las noches, sus besos, sus caricias y sus suaves "te amo" antes de quedarse completamente dormidos.

SNK { +𝟙𝟠 𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤 } 𝕍𝕖𝕣𝕤𝕚ó𝕟 𝕔𝕙𝕚𝕔𝕠𝕤 𝕩 𝕝𝕖𝕔𝕥𝕠𝕣𝕒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora