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Debía evitar que Lisa continuara realizando preguntas o nada saldría como lo había planeado, llevaba semanas cubriendo cada pequeño detalle y no se perdonaría que su idea se arruinara por culpa de la curiosidad de la chica.

Buscando volver al ambiente en el cual se encontraban minutos atrás la castaña colocó sus manos en los brazos de Lisa, los cuales estaban cruzados sobre su pecho, buscando cubrir la semidesnudez de su torso, logrando que ella cediera y le permitiese deleitarse nuevamente con aquella vista.

Estaba deseosa de sentir el calor de su piel mezclándose con la suya, había anhelado esto durante tanto tiempo que por primera vez dio paso a sus impulsos, volviendo a besar a la chica con un gran deseo, inmediatamente siendo correspondida.

Sus manos comenzaron de forma desesperada a deshacerse de cada una de sus prendas, tanto las suyas como las de Lisa, obteniendo la total desnudez de ambas en tan solo un momento, no quería perder mas tiempo.

En el proceso sus cuerpos habían terminado sobre la cama, envolviéndose entre aquellas sabanas blancas que tanto tiempo le costó elegir, quería que fuesen perfectas, a decir verdad buscaba que cada detalle lo fuese.

Sus labios recorrían la piel de la rubia en su totalidad, ningún centímetro de su cuerpo sería excluido en el proceso, y ese detalle estaba enloqueciendo a Lisa.

Jamás en su vida se había sentido tan deseada como en ese momento, la forma en la que esta mujer la observaba lograba excitarla de sobremanera, no acostumbraba a ceder el control de la situación tan fácilmente, pero en esta ocasión no pondría ningún tipo de impedimento.

Definitivamente no se arrepintió de su decisión, por un largo tiempo se dedicó simplemente a dejarse llevar por la sensación de la boca de la castaña haciendo maravillas en su cuerpo, corriéndose en sus labios al menos unas dos veces, o quizás más, no podría afirmarlo, ya que el tiempo se había detenido para ella.

En un determinado momento sintió un leve peso sobre su abdomen, ocasionando que nuevamente abriera sus ojos, encontrándose con el cuerpo desnudo de la chica sobre el suyo, en sus manos sostenía lo que creía sería una fina tela de color negro.

-¿Que es eso?

-¿Recuerdas que mencione que tendría algunas cosas que me gustaría mostrarte?- el rostro de la chica se movió apenas unos centímetros, asintiendo a su pregunta.

-Bien, porque esto es una de ellas- sostuvo con firmeza la tela sobre el rostro de la rubia, quien la observaba con la intriga plasmada en su expresión- tu solo.. confía en mí.

Por segunda vez, un leve asentimiento le dio pase libre a la castaña para que colocara aquella tela sobre sus ojos, privando a la chica de uno de sus principales sentidos, levantando su rostro para atar suavemente los extremos en la parte trasera de su cabeza.

En cuanto a Lisa, podría decirse que se encontraba tan ensimismada pensando en el placer que esa mujer le estaba generando que no analizó muy bien la proposición, tan solo quería disfrutar de la nueva experiencia.

Por la siguiente media hora sintió como sus otros sentidos se agudizaban, su cuerpo se encontraba en alerta ya que no podría percibir lo que sucedería luego, y Jennie se encargaba de jugar muy bien con aquel detalle, alejándose por algunos segundos y disfrutando de la desesperación de la rubia para que volviese a llevar sus manos a su cuerpo.

Las manos de Lisa comenzaron a buscar alguna superficie firme de la cual aferrarse, llevando inconscientemente sus brazos detrás de su cabeza, justo hacia el cabezal de la cama, sujetando este con fuerza.

Jennie se detuvo nuevamente, sin sorprender a Lisa ya que eso era algo que se repetía numerosas veces. Era su oportunidad, no podía fallar en esto.

La castaña deslizó su cuerpo hacia el costado izquierdo de la cama, abriendo silenciosamente uno de los cajones de su cómoda, obteniendo fácilmente los objetos que buscaba.

Lisa continuaba en la misma posición, esperando por el nuevo movimiento de Jennie, pero su intriga desapareció de forma fugaz cuando escuchó el leve sonido de un "click" y un instante mas tarde una de sus muñecas sentía el frió metal apretándose contra su piel.

Rápidamente quitó la venda de sus ojos con su mano libre, observando como Jennie tomaba su otro brazo buscando colocarlo en la misma posición. Lisa luchó por un breve momento para impedir que esto sucediera, pero su intentó falló.

Como resultado, ahora se encontraba con ambos brazos sobre su cabeza, uno en cada extremo opuesto, y estos siendo sujetos por dos pares de esposas, cada una con un extremo de esta en su muñeca y el otro colocado en aquel estúpido cabezal.

-¿Que crees que haces? no te he permitido que hagas esto, suéltame en este mismo instante.

En el rosto de Jennie volvía a reflejarse aquella sonrisa perversa, ocasionando que Lisa sintiera un mal presentimiento.

-Claro que no, lo lamento Lisa, pero eso no sucederá.

-Espero que esto sea una estúpida broma de mal gusto Jennie- la chica comenzó a tirar fuertemente de sus brazos, buscando liberarse de las malditas esposas, pero sus intentos eran en vano.

-¿Acaso nadie te advirtió que no debes confiar en extraños?

Al escuchar esas palabras Lisa cayó en la cruda realidad, ella sola se había metido en la boca de lobo.

Psychopath-JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora