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Al parecer Jennie no era tan inteligente y calculadora como lo creyó en un primer momento, ¿quién en su posición cometería un error tan básico como ese?

En cambio Lisa, ella era mucho mas ágil, sabía perfectamente como manipular a cualquier persona y dejar a esta comiendo de la palma de su mano, jugar con su mente y hacerlos creer que ellos tenían el control, cuando en verdad todo estaba estratégicamente planeado a su favor.

Cuando sus muñecas fueron liberadas sobó estas con sus manos, notando las marcas rojas en su piel, tan solo fueron unas cuantas horas, pero ya no lo soportaba, entre ese detalle y la incómoda postura de sus brazos, sentía que había estado allí al menos una semana.

Gracias a su nueva posición podría salir corriendo de allí, ya nada la retenía, en resumidas cuentas, era libre. Pero aún se mantenía allí, sobre el cuerpo de Jennie, disfrutando de la mirada expectante que recibía de su parte.

No se libraría tan fácilmente de ella.

Comenzó a desvestir a la castaña de forma apresurada, sin dejar que Jennie quitara ni una sola prenda de su cuerpo, no volvería a sentirse así de vulnerable ante ella.

En su mente iniciaba un debate contradictorio, sentía que estaba perdiendo el juicio, ya que una mínima parte de su ser anhelaba que la castaña volviese a tocarla, pero no, no debía demostrar debilidad.

Sus toques estaban muy lejos de ser delicados, intentaba llenar sus pensamientos de furia, de impotencia, buscando liberar esos sentimientos que había acumulado las últimas horas. Jennie no era una buena persona, si la castaña no fuese tan ingenua posiblemente quien sabe lo que hubiese pasado con ella, no tenía certeza de los planes que tenía en su maliciosa mente.

La piel blanca y pálida de la mas baja empezaba a tomar un tono rojizo, en sus pechos varias marcas proporcionadas por los labios de la rubia, quien se encargaba de expandir aquellas por varias partes de su cuerpo.

En la mente de Jennie no cabía lugar para pensar en frio lo que estaba sucediendo, quizás su desordenada distorsión de la realidad le hacía creer que todo podría ser de color de rosas, que podría tener un futuro con Lisa a su lado, amándola al igual que lo estaba haciendo en ese mismo instante.

Se dejó llevar completamente, y eso era un nuevo error que agregar a la lista.

Pero no podría culparse, sentir como Lisa creaba un camino húmedo, utilizando su lengua para recorrer desde sus pechos hacia el interior de sus muslos era completamente delirante, no lo soportaba más, quería sentir aquellos labios tomándola de una vez por todas.

Con algo de torpeza buscó con su mano el rostro de la chica, abriendo sus ojos para encontrarse a esta observándola entre medio de sus piernas, su boca a tan solo pocos centímetros de su intimidad, una sonrisa ladina reflejada en sus labios.

Con impaciencia sujetó el corto cabello de la rubia para empujar su cabeza levemente y cortar con la poca distancia que la separaba de disfrutar por primera vez la sensación de sus labios paseándose con agilidad en la parte mas sensible de su cuerpo.

Tal y como lo esperaba el orgasmo la golpeo con fuerza, la lengua de la mas alta moviéndose con destreza en su centro y sus dedos penetrándola con gran intensidad fueron los culpables de que su cuerpo se contorneara sobre las sabanas y gritara el nombre de Lisa desde lo mas profundo de su garganta.

Tal vez debía culparse por ser tan débil, por bajar las barreras en el momento menos adecuado, pero había cedido y aquello le costaría mas de lo que podía imaginar.

Psychopath-JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora