Capitulo 1

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Capitulo 1
Enhorabuena

Damian bajó las escaleras, sujetando su cuello con sutileza e intentando darse un suave masaje por la tensión en sus hombros. Era sábado por la mañana, la escuela no estaba en su horario más que algunas tareas pendientes —de las que fácilmente podía desistirse—, el día daba a ser uno muy resplandeciente, hasta para Gotham que normalmente estaba sumida en una sombría tristeza y oscuridad.

Alfred no había asistido a levantarlo, cosa que agradecía debido al mal humor del que se levantó —gracias a las prácticas de anoche— y no quería tener una represión de parte del adulto. A lo mejor el mayordomo se fue por una urgencia o simplemente tenía cosas más importantes que hacer.
Terminó de bajar y decidió ir a la cocina para servirse un cereal, pasando de largo una figura que le observaba con recelo.

— Hola, enano —habló el mercenario con un toque de burla— ¿Qué te dignó a despertar tan temprano?

Claro que se dio cuenta que Jason estaba ahí, toda la maldita noche le escuchó discutir con quien sabe quién en el estúpido teléfono, pero ignorarlo le traía más satisfacción. Sabía que le molestaba.

— Gremlin —una mano pasó a su derecha agarrando la caja de cereal que él quería alcanzar hace unos instantes.

Vio de reojo a un adormilado Tim llamarle como saludo. Damian chasqueó su lengua—marca personal casi registrada— ocasionando una sonrisa burlona en el otro robin, pero de nuevo volvió a ignorarlos como era costumbre.

— ¿Dami está enfermo? —cuestionó muy al fondo de la habitación uno de los pelinegros, se acercó con cautela sonriendo ligeramente para acariciar los cabellos despeinados del moreno.
Dick, su "hermano mayor", que seguía haciendo aquellos gestos tan mimosos hacía él y le irritaba en cierta parte, ahora se sentaba alado de los otros dos al esperar una respuesta.

— Eso parece ser —acompañó Tim mientras veía algo en su celular—. No quiso golpearme.

— ¿Mala noche? —Jason cruzó sus piernas arriba de la mesa recibiendo una mirada punzante de Dick, sabían que si Alfred regresaba y veía cualquier mancha en su adorada cocina, ellos no la contarían.

— ¿Sabiendo que ustedes van a pasar aquí este mes? Se me jodió todo el fin de semana —finalmente respondió el menor, dejando su traste vacío de vuelta a su lugar. Se le desapareció el hambre con tal sólo verlos, pero sabía que no era culpa suya... Eran de nuevo los efectos secundarios de las pastillas.

— Uy, no sabía que tenía que pedir tu maldito permiso.

— Jason —llamó el acróbata reprendiendo a ambos para suspirar— ¿Sucedió algo, Little D?

— No —contestó con rapidez para aclarar su garganta—. Cosas superficiales que no podrían comprender...

— Damian...

Dejando a su hermano con la palabra en la boca, él volvió a hablar—: Se porqué tengo que ver la cara del idiota a esta hora en la madrugada —apuntó a Tim, claramente hablando de la falta de sueño que este tenía—, pero no comprendo por qué tú y el zombie están aquí a estas horas invadiendo la maldita cocina.

Los presentes se quedaron callados, asumían que el demonio tuvo una muy muy mala noche y preferían no pisarle la cola de más. Después podrían cuestionar a Bruce por su comportamiento, pensando que posiblemente debido a una discusión con él; Damian se encontraba así. Era lo que más cuadraba.

Dick intentó contestar, pero Jason se le adelantó.

— Mira, mocoso, tampoco me gusta despertar a esta jodida hora y verte a ti —le apuntó con la cuchara que tenía en su mano—. Pero no pude pegar el ojo toda la maldita noche.

Lazaro [Damian Wayne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora