Capitulo 4

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Capitulo 4
Pensamientos 


"Todo lo que necesito"

"Se lo que buscas"

"Tómame la mano por siempre"

"¿Vas a lastimarme?"

...

Todo lo que hizo Jason fue mirar de reojo a su pequeño hermano, el condenado hablaba como si nada con el granjero en la sala. Parecían estar totalmente absortos en su conversación como para fijarse de las miradas quisquillosas que lanzaban los otros tres presentes, curiosos por supuesto ante la charla que mantenían.

Él sabía que el pequeño mocoso —que había crecido de un día para otro— era el único capaz de bajar las barreras del demonio. Dick tuvo la excelente idea de invitarlo después de su "huida" —como la llamó él—, de la cual no tenía ganas de hablar por ahora hasta que aclarara sus pensamientos. Eran tan turbulentos, sin guía alguna y llenaban su cabeza como un compartimiento lleno de secretos, una bomba a punto de explotar si no mantenía la calma. Necesitaba mantener la calma.

Suspiró, miró el reloj; 6 de la tarde. Roy todavía no le había respondido al mensaje de aquella mañana. ¿Qué tan difícil era mandar un sí o un no?

"No lo sé, Jason... Por como lo describes". Recordó las palabras del pelirrojo "Podría ser, jamás había visto algo como esto".

Negó con suavidad llevando la lata de cerveza a sus labios.

"Vigílalo".

Eso hacía maldita sea, eso hacía. Pero era tan complicado teniendo al super rondando a su alrededor, sin hablar de como Damian se daría cuenta fácilmente de sus intenciones. Lo notaba más paranoico de lo normal, no era complicado saberlo con tan sólo ver la postura que regía al tener a uno de ellos cerca... Algo de todo eso le resultaba tan familiar.

Damian, Roy.

Roy, Damian.

Pero no quería sacar conclusiones. Debería ser imposible ¿verdad?
No podía sucederle por segunda vez en su jodida vida; otra ocasión en la que tenía las manos atadas, sin saber cómo actuar y terminando de ser la presa de sus nervios; como sucedió con su mejor amigo en su momento. Cuando no supo manejarlo bien y casi lo perdía. Aún sentía el olor agrío inundar sus pulmones y la habitación como un vago recuerdo, el leve sonido de un lloriqueo en la esquina del baño. Todo tan especifico.

Lo necesito, Jason.

No lo necesitas.

No quiero seguir aquí.

Tienes que seguir aquí.

Jas...

— ...Son —su mirada paró al cuerpo alado suyo, Tim alzaba la ceja con duda tocando su hombro— ¿Te encuentras bien?

Jason asintió—: Si, simplemente me molestan.

— ¿El qué? —Dick entró a la conversación sonriendo de forma ladina.

— Están ahí, como si nada —les señaló con sus manos mientras susurraba por lo bajo—. Como colegialas enamoradas, mejor que ya se besen.

— ¡Jason!

No prestó atención a la reprenda del acróbata al notar girar el rostro de Superboy en su dirección con sutileza, con un leve sonrojo entre sus mejillas demostró que le había escuchado. Robin por su lado frunció su ceño al ver esta pequeña acción y le siguió, viendo a los tres chicos parados fingiendo hacer otras cosas. Tras un leve chasqueo de lengua se levantó y se dirigió a otra sala acompañado del adolescente.

Lazaro [Damian Wayne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora