Hablar sí, no ignorar.

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Cuando me desperté eran las diez y media.

Vi a K.O durmiendo como un tronco así que no la desperté, que durmiera.

Bajé por las escaleras con el pijama puesto, era verde con rayas blancas en la camiseta y los pantalones largos completamente verdes oscuro.

Cuando miré el salón estaba vacío, era raro porque mi madre solía leer libros a esa hora. Me pregunté dónde se había metido y fui a ver por todos los lugares de la casa. Al final, la encontré en el jardín regando las flores.

— Buenas, mamá.

— Hola, Lapis. —Me contestó sin mirarme, pero con una sonrisa.

— ¿Qué haces aquí tan temprano?

— No sé, solo me apeteció estar en el jardín y pues aquí estoy.

— Ah, vale...

— Lapis, pareces preocupada.

— ¿Qué? No, yo... estoy bien. No pasa nada.

—No mientas, sé lo que pasó. ¿Quieres hablarlo?

— ... Sí. — Dije suspirando — No sé qué hacer. Bueno, sé que debería hablar con él pero no sé cómo hacer que me hable. Sabes que Pepo es muy cabezota. — Refunfuñé apoyándome en la pared.

— Jejeje. Ay, Lapis. Haz todo lo posible para poder hablar con él, tranquilízale e insiste en que hable contigo. — Dijo mi madre con una sonrisa.

— Sí, lo intentaré. — Respondí mirándola.

— Así me gusta, no te rindas.

—Je, gracias por el consejo.

—No hay de qué.

Después de ayudar un poco a mí madre con las plantas, me fui a la cocina y me preparé el desayuno, pero me di cuenta de que algo faltaba... K.O.

Subí a mi cuarto y llamé a K.O para que se despertara.

— ¡K.O! ¡K.O! ¡TÍA! ¡LEVANTA!

— Aaah... ¿qué? — Preguntó con los ojos entrecerrados.

— Despierta, son las once.

— ¿Las once?... bueno, cinco minutos más, que no pasa nada.

— ¿Cómo que no pasa nada? Anda, tira. Que no puedo desayunar sin ti. — Le dije tirándola del brazo. 

— Aaaw. Vale. Ya voy. — Dijo levantándose.

— Por fin, vamos.

— Jo, ¿por qué tienes que ser tan estricta?

— Y ¿yo qué sé?

Mientras estábamos bajando vimos que mi madre ya nos había preparado el desayuno y, además, nos dejó bollos de chocolate en la mesa, eso sí que era raro.

Nos apresuramos en bajar y nos pusimos a comer. Estábamos hambrientas.

— Señora, ¿usted a preparado los bollos? — Preguntó K.O llevándose otro bollo a la boca.

— Pues sí. ¿Te gustan?

— ¡Sí! Están muy buenos. — Contestó K.O con una sonrisa. — Lapis, ¿por qué no me has contado que tu madre sabe preparar bollos tan buenos? — Me preguntó K.O susurrando.

— Hm. — Contesté encogiendo los hombros y con una sonrisa.

Después de comer, salimos afuera para disfrutar un poco el clima. No llovía y no hacía tanto calor como para quedarse enfrente del ventilador.

Mientras estábamos caminando por el parque nos encontramos con M.R.C., uno de mis mejores amigos y compañero de clase.

— ¡Ey! ¡Buenas M.R.C!

— Ah, hola, Lapis y K.O. ¿Cómo estáis?

— Pues bien. — Dije con una sonrisa.

— Eh, ah, ¿por qué mientes? Se nota que estás preocupada. — Me dijo K.O con cara confusa. — Estamos teniendo problemas con Pepo.

— Se ha enfadado, ¿verdad?

— Sí... — Contesté.

— Espero que se le pase. Bueno, adiós. Me tengo que ir. Tengo un partido de fútbol dentro de una hora y tengo que prepararme. Podéis venir si queréis. Es en el parque Axil II a las una y cuarto.

— Pues vale. Yo iré, no tengo nada mejor que hacer. — Afirmé.

— Sí, creo que yo también.

Después de estar hablando un poco más con él, seguimos nuestro camino.

Estábamos caminando mientras hablábamos sobre nuestras vidas, bueno más sobre la mía porque K.O solo estaba hablando de memes y videos graciosos. 

Ella es más de diversión y rebeldía, yo no tanto. Solo a veces.

Eran la doce y media, el tiempo había pasado volando y decidimos ir ya al parque Axil II, nos tardaríamos veinte minutos en llegar.

Cuando llegamos eran las una y diez porque nos habíamos parado para ir a comprar un chocolate. Quedaban cinco minutos para empezar y pudimos ver a Koro y a William sentados juntos, así que nos pusimos en los asientos arriba de ellos porque eran los únicos libres alrededor de ellos.

Les saludamos y hablamos un poco.

El partido empezó y nos concentramos en él.

Después de noventa minutos se acabó, obviamente.

Me alegré tanto al ver que el equipo de M.R.C. ganó.

2-0.

K.O y yo animamos como locas, al igual que Koro y William, fue muy entretenido. Hacía tiempo que no iba a un partido.

Cuando salimos del estadio vimos a Pepo.

Mi corazón dio un vuelco y me paralicé. No sabía el por qué, pero oí una voz que decía que me alejara pero mi cerebro me dijo que DEBÍA hablar con él. No sabía lo que hacer.

—Habla con él, ahora.

K.O interrumpió mis pensamientos, la tenía a ella y sabía que esa opción era la mejor. Tenía que hablar con él, no ignorarlo.

Me acerqué y le saludé.

— Hola, Pepo. ¿Q-qué tal? Quería decirte algo.






Nota de la autora: Buenas, no tenía inspiración y tardé demasiado para que se me ocurriera algo, pero lo conseguí :)

Chao. Que tengáis un buen día o una buena tarde o noche.

Pepe Party - El Juego De Las Puertas [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora